Fruit [ Haitani x Kawata ]

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Transcurrida tres semanas las cosas volvían a la normalidad.

Rindō y Ran manejarían en conjunto el cargo de jefatura principal, Souya y Nahoya volverían a clases desde la próxima semana, teniendo aún tiempo de descansar.

El problema es que ya no viven juntos, y a ambos les duele la falta de la presencia del otro.

Para remediar la situación, Rindō pagó por las clases de manejo del menor y de paso le entregó las llaves de un jeep, cosa de poder ir a casa de sus padres a verlos y no sentirse solo mientras él no está.

Pero de momento aún aprendía, así que no tenía mayor remedio que quedarse en casa haciendo las labores de amo de hogar; lavar, planchar, limpiar y cocinar.

Rindō se negó a que hiciera esas cosas, que buscaría alguien que realizara las labores del hogar, pero Souya al menos le pidió que le dejara cocinarle para que llevara al trabajo, puesto que, una de las cosas que más disgustan al peliazul es que su novio compre almuerzo en el comedor de la empresa, siendo que tiene un amoroso novio estudiante de cocina que puede alimentarle correctamente.

Y Rindō claro que se pone feliz de aquello, ver como todos abren sus almuerzos instantáneos en empaques desechables y él en sus recipientes de vidrio con todo lo necesario para sobrevivir el día, hecho con cariño y cuidado por su esposo, un tanto de sopa de miso en un termo, el plato fuerte, fruta picada, jugo y uno que otro snack dulce o galletas y siempre con una notita en la lonchera de "Ten un bonito día, te quiero"

(...)

—¿Ya vas a presumirme tu comida?— Ran tomaba los palillos de madera y tomaba una porción de arroz para comerla mientras Rindō se situaba a su lado en el comedor exclusivo de cargos altos.

—Vengo a sentarme contigo, payaso...—

—Claro... Vienes a presumirme tu almuerzo casero hecho a mano por tu novio estudiante de cocina...— Le apuntó con el cubierto aún hablando con la boca llena.

—... Ahá.— Sonrió.— Mi novio con un agujero real.—

—¡Ya vete a la mierda!— Le arrojó un granito de arroz.— Te ries pero no sabes que la gente casada empieza a envejecer más rápido... ¡Ya tienes arrugas en la cara!—

—¿Yo? Pero si el que tiene peinado de señora es otro...— Frunció el ceño, bebiendo un poco de su jugo.

—Entonces soy la vieja de mierda más estilosa del mundo.— Se encogió de hombros.— Y honestamente un cambio de peinado no te vendría mal, Rin.—

—¿A qué te refieres?—

—Siempre hemos sido similares con el corte de cabello o el estilo, ¿No te interesaría tenerlo púrpura?—

—... Me tientas, a decir verdad es raro que digan que no parecemos hermanos, así que... probablemente lo haga.— Suspiró con una sonrisa baja.— ¿Debería también cortarlo?—