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—Y si tú no fuiste

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—Y si tú no fuiste... ¿Quién fue?— Ran estaba de cuclillas frente a su cachorro, quien con la mirada desviada y un rostro de "No sé de qué me estás hablando" completamente actuado fue que apuntó a su primo.

—Ko-chan fue.— Soltó sin más.

—¡No mientas!— El menor se había acercado molesto dispuesto a recriminarle su mentira.

—Si fuiste, yo te vi.— Apartó el rostro, mordiendo la punta de su propio dedo.

—¡Tío yo no fui! ¡Se lo prometo!— Su dulce expresión ahora estaba preocupada y triste al ser inculpado de algo que no cometió.

—Oh.— Los brillantes ojos bicolor del chico cautivaban a cualquiera con su ternura.— Creo que... deberíamos resolver esto con las cámaras de seguridad ¿No, hijo?—

El chico de la pequeña trenza se tensó.

—E-ehm... Sí... Las cámaras.— Tartamudeaba viendo de reojo ese jarrón costoso que tiró con su pelota.

—Veremos si fuiste tú o Ko-chan...— Trató de alargar la conversación, esperando que su hijo admitiera la culpa.

—¡Fue To-chan! Lo juro tío Ran.—

—Calma, pequeño... ¿Y bien hijo?—

Estaba al borde, no podía seguir su mentira. Por eso y resignado debió soltar el suspiro y asumir la culpa.

—Fui yo, papá...—

—¿Ves que no cuesta decir la verdad?— Pasó tierno una de sus manos por la mejilla de su retoño, viéndole con comprensión.— Pero debes saber que tienes prohibido jugar con la pelota dentro de la casa ¿Lo sabías verdad?—

—Sí papá...— Hizo un pequeño pucherito, estaba avergonzado.— No volverá a ocurrir...—

Un par de pasos se oyeron por detrás, los cuales deslizaron la puerta del ventanal.

Rindō.

—¿Ocurrió algo?— Se quedó un momento observando el panorama, queriéndose asegurar que su cachorro estuviera bien.

—¡To-chan queria echarme la culpa de algo que no hice!— Sus redondos ojitos estaban brillantes de pena, se había puesto de pie para correr hacia su padre y así elevar ambas manos buscando que le tomara en brazos.

—¡Ya supéralo!— Exclamó el pequeño desde abajo.

—Hijo, no le grites a tu primo...— Ran habia abrazado a su retoño, tal como Rindō había tomado en brazos al suyo.— Son familia y deben cuidarse y respetarse entre ustedes.—

—...— El pequeño chico de la trenza sólo hizo un pucherito y escondió su rostro en el arco del cuello de su padre.— Quiero a mi papá Nayo.—

—Papá Nayo está trabajando...— Se puso de pie con el chico aún en sus brazos, dándole ligeras palmaditas en su espalda.— Llegará en un par de horas.—

Fruit [ Haitani x Kawata ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora