Fruit [ Haitani x Kawata ]

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Lamentablemente las clases habían iniciado en el instituto culinario de ambos gemelos, teniendo que lastimosamente volver a levantarse temprano y estudiar.

Souya había sacado la licencia de conducir y por suerte podría pasar a buscar e irse con Nahoya en el Jeep y dejar de lado el transporte público.

Ya era su último año de pregrado antes de iniciar los dos años siguientes en la rama de su preferencia; Repostería, Cocina internacional, Gastronomía avanzada o Coctelería.

Souya era un genio con las masas dulces, galletas, pasteles, dulces, mermeladas o chocolates. Nahoya en cambio era un maestro de los tragos elaborados, se sabía de memoria algunas bebidas y técnicas de preparación con toda clase de licores y algunos trucos para prepararlos.

Así que habían inscrito su matrícula en la institución con preferencia, ya eran los mejores de su generación.

No tenían muchos amigos en el lugar ya que conocían su reputación y sobre todo la de Souya; Esposo de un cargo alto en una empresa inversora importante en el país.
Y Nahoya como la ex-pareja del CEO de esa misma empresa y cuñado del COO (Sub-CEO) de la compañía.

Involucrarse con ellos no les parecía del todo buena idea. Pero por suerte habían tres personas que no hicieron diferencias y supieron descubrir lo interesante que eran a pesar de su nivel social.

El dulce caracter de Souya no se demostraba con su gesto siempre molesto. Y el juguetón de Nahoya era una máscara a su carácter explosivo y travieso.

(...)

—¿Nahoya?—

—¿Hm?— Seguía rascándose su nuca como idiota teniendo una desconcertada expresión en su rostro.

—¿Y a ti qué te pasa?—

—Ni idea, lo que quedó de la marca me está picando horrible.—

Seguía rascándose desconcertado y con cierto dolor en sus entrañas, su pulso se aceleraba y su labio ahora temblaba.

—¡Señor Kawata! ¿Está prestando atención?—

—¡S-si!— Elevó la vista, retirando la mano de su nuca.

—¡Más le vale, que sea buen alumno no significa que deba relajarse! ¡Preste Atención!— Y el profesor volvió a voltear.

Pero la picazón volvía y era cada instante más insoportable, teniendo que rascarse desesperado.

—M-maldita sea...— Murmuró para si, tratando apenas de prestar atención a clases.

Lastimosamente la situación no mejoró luego de una hora y media, dando finalmente el recreo, llendo con su gemelo al baño para poder refrescarse un poco en ir a comprar alguna bebida.

Souya había encendido su teléfono al igual que Nahoya, siempre solían apagarlo cada vez que estaban en cátedra con ese profesor malhumurado.

Habían ido al casino mientras cargaban los mensajes, comprando el mayor su desayuno; Un sándwich de pollo y un café y Souya un sándwich de carne con un expresso.

Se fueron a sentar al gran patio en una de las mesas con sombrilla para comer tranquilos y cómodos. Souya había tomado su móvil para ver qué mensajes tenía.

Todos de Rindō.

—... Oye, hermano...—

Nahoya hizo un sonido de pregunta.

—¿Desde qué hora te comenzó a picar el cuello?—

—¡Oh! Justo había revisado el teléfono para ver la hora y justo inició la comezón... Veamos... Tipo 9:35 creo.—

—... Ran al parecer tuvo un pequeño accidente a esa hora.— Leía cada uno de los mensajes enviados por su esposo.

—...¿A qué te refieres? ¿Q-qué le pasó...?—

—Se descompensó... y está en el hospital... Al parecer no está comiendo bien y está trabajando demasiado.—

Nahoya suspiró desconcertado, así que el lazo aún le informaba de todo lo que pudiera ocurrirle a su Alfa.

—... Vaya... La marca aún hace de las suyas.—

—Mh...— Suspiró, desenvolviendo su sándwich para darle el primer bocado.— ... ¿No has pensado en volver con él? Ya sabes... Él quiere volver contigo...—

Sonrió débil, dándole un sorbo a su café.

—¿Y tú como sabes eso?—

—... Rindō me lo dijo... Ran quiere volver contigo pero tiene mucho miedo de acercarse y hacerte daño o incomodarte.—

—... O-oh...— Su rostro enrojeció y su pulso se había acelerado.

—¿Por qué no te acercas también? Deberías dar un pequeño movimiento.. Ya sabes, como en el ajedrez.—

—Se me hizo una idea... No te preocupes...—

(...)

—¿Y bien?—

—... Se me había olvidado desayunar, es todo.—

—No, no es todo... Dios... Quizás cuántas veces te pasó ésto estando allá en América...— Rindō suspiró, poniéndose de pie de aquella banquita

—Nah, ahí sí comía, y bastante... Tuve que volver al gimnasio porque no me estaba midiendo.—

—...¿Ansiedad?—

—Si... Los primeros meses fueron horribles... Pero bueno, te juro que empezaré a comer bien...—

—Más te vale... Ran, tienes un maldito casino en la empresa, ve y pide un café o algo...—

—Sí... Dios, eres como mamá...—

—No, sólo soy tu hermano preocupándose de ti.—

—... Sí, claro... Mamá Rin.—

(...)

—Ya llegué cariño...— Rindō retiraba su calzado a la vez cerraba la puerta, entrado a la sala de estar para dejar su bolso y chaqueta.—...Ah, y Hola Nahoya...—

—Hola, Rin... ¿Te fue bien hoy?— Souya se había acercado y puesto de puntitas para besar su mejilla.

—Sí... Pero algo mal por ya sabes qué...—

—Hum... sí...—

—Bien, no importa, ya está todo bien... No pienses mal... ¿Pero que haces aquí, Nahoya?—

—... Vine a robarte ingredientes y electricidad...—

—Ehm... ¿Bien?— Se encogió de hombros, seguido murmurándole a su esposo en el oído.— ¿A qué se refiere?—

—... Estuvo con una comezón horrible en su nuca cuando Ran cayó en el hospital, le dije que él tuvo una descompensación porque no se alimenta bien... Y dijo que quería prepararle el almuerzo y dejarle preparada la cena.—

—... ¿Como eso?...—

—Nahoya está considerando hablar con Ran y tal vez volver...—

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