Fruit [ Haitani x Kawata ]

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—¿Primera vez?— Un enfermero, presuntamente de los nuevos trataba de sacarle conversación al peliazul luego de administrarle la epidural.

—S-si... ¿Pareciera que tengo otros hijos?— Suspiró, el pinchazo en la espalda fue algo doloroso.

—Oh, no... No me refería a eso, ya sabe, lo veo muy calmado, es por eso.— Se hizo a un lado, viéndole un poco nervioso.— ¿Le digo al señor Haitani que pase? Estamos a nada de empezar.—

—... Me daría algo de vergüenza...— Musitó.— Ya sabe, no debe ser tan agradable ver a alguien parir...—

La puerta se abrió, el hombre de mayor edad entró.

—Es bueno que ambos padres estén juntos al momento del nacimiento, el cachorro reconoce de inmediato el aroma de ambos...— El doctor se hizo paso acomodando ambos guantes de látex en sus manos.— Por favor recuéstese y coloque ambas piernas en los soportes.—

Souya asintió tímido, dando un ligero suspiro el cual terminó por hacerle abrir ambas piernas con vergüenza.
Es decir, confía en su doctor, es un hombre profesional además de ético, no debe sentir vergüenza de esa situación.

Pero le falta su Alfa y lo sabe.
Hizo una pausa y tocó la mano del hombre, quien de inmediato volteó a verle.

—Tiene razón.— Estaba un poco avergonzado.— Hágalo pasar por favor.—

Le obedeció. La puerta se abrió gracias al enfermero en práctica, quien asomó su cabeza y en un par de palabras breves avisó al pelimorado.
Un ruido de pasos puso alerta al Omega, la posición en la que estaba no la consideraba del todo grata de ver, pero el hombre apenas al ver a su esposo corrió a su lado, tomando con cariño su mano, depositando cortos besitos en ella.

—¿Todo bien amor?— Lo notaba, sabía qué clase de sonrisa era esa, estaba a morir de emoción porque sus ojos brillantes lo delataban.

—S-sí...— Trató de sonreír, el aroma de su Alfa fue de gran ayuda en ese momento.

—¿Listos? Vamos a comenzar.— El hombre una vez acomodado al medio del menor esperó la confirmación.

—L-lo estoy...—

(...)

Rindō fue el primero en desmayarse por los nervios, así que lamentablemente debió ser separado a la fuerza puesto que el peliazul aún tenia tomado al Alfa desde su muñeca y tenía enterradas sus uñas con tal de liberar la tensión.

Fue colocado una camilla al lado de su Omega mientras él finalizaba el trabajo de parto el cual terminó siendo exitoso.

Un niño fuerte y saludable.

Fue inscrito por Souya, puesto que Rindō lamentablemente seguía inconsciente. Pero al peliazul no le afectaba del todo, sabía lo nervioso que estaba con todo esto y dió lo mejor de sí para mantenerse junto a él hasta donde pudiera.