Camino en dirección a mi oficina luego de llegar de la visita que le hice a Klaus que me dejo un poco desconcertada. Yo jamás he sido tan impulsiva como lo hice hace un rato. Es la primera vez que choco en mi vida, mas no la primera vez que me hacen un regalo como el que Klaus me envió. Sin embargo, siempre ha sido Hanna la que se ha encargado de devolverlos.
- Señorita Klein – Hanna me saca de mis pensamientos cuando estoy por entrar a la oficina. – su madre y hermanos la esperan en la oficina – dejo escapar todo el aire que no sabía que está reteniendo, cierro los ojos llevando una de mis manos a mi frente frotándola levemente. Me vuelvo a verla y ella me da una mirada triste junto a una pequeña sonrisa de ánimo.
Asiento como la cabeza entregándole mi bolso y abrigo antes de retomar mi camino hasta estar frente a la puerta de mi oficina, respiro profundamente tomando el picaporte consiente de que lo que suceda en allí dentro me destruirá por completo.
- Al fin llegas – habla mi madre poniéndose de pie luciendo impecable como siempre enfundada en traje chanel negro que resalta sus ojos y su hermoso cabello.
- si me hubieran dicho que vendrían con anticipación – hablo caminando hasta el escritorio donde se encuentra Ronald sentado en mi silla lo que hace detenerme. – si están aquí por lo que dijo padre en la cena, no tienen de que preocuparse, no quiero nada de los Klein.
- Al parecer padre no piensa lo mismo – habla Otto molesto
- Toda mi vida ustedes no han permitido que olvide que solo soy una bastarda que no merece ser una Klein – al ver a los cuatro asentir con la cabeza me destroza, pero no se los demuestro - ¿Por qué se preocupan ahora? Si nada de eso me pertenece, ni me interesa.
- Díselo a padre, para que olvide esa estupidez – habla Kurt acercándose a mi haciéndome temblar, pero me niego a demostrarles lo mucho que me afectan.
- Quiero que busques la forma de rechazar todas esas ideas de forma legal – ordena madre haciéndome reír - ¿te divierto?
- Hablare con padre – digo sin más observándolos - ¿es todo?
- Necesito algo de ti – me vuelvo a ver a Ronald que se pone de pie acercándose a mí y el brillo en sus ojos no me da buena espina.
- Serás el próximo CEO del grupo Klein – hablo mirándolo a los ojos - ¿Qué podrías querer de mí?
- quiero hacer negocios con Klaus Winter – habla caminando a mi alrededor.
- ¿quieres que te enseñe como ser un empresario? – musito ganándome una fuerte bofetada que hace que mis ojos se llenen de lágrimas, mas no las derramo.
- No olvides con quien es que estas hablando – me toma fuerte del rostro con una mano haciendo que lo vea – ya que eres la heredera – el tono de sarcasmo no pasa desapercibido – quiero que el Klaus Winter sea socio del grupo Klein.
- ¿ego herido? – me suelta bruscamente antes de abofetearme de nuevo.
- No juegues conmigo, Raina – desvió la mirada hacia madre que nos observa con una sonrisa perversa lo que hace que algo dentro de mi muera un poco más. Paso saliva volviendo la mirada a uno de mis verdugos. – no creo sea complicado para ti – el brillo oscuro y perverso que veo que en sus ojos hace que un escalofrió de miedo me recorra el cuerpo – durante la fiesta de aniversario me di cuenta que puede estar interesado en ti.
- Y si no lo está – intervine madre observándome con desprecio y asco – siempre puedes convencerlo como hizo la zorra que te pario.
- Abriéndote de piernas – siento nauseas al escuchar a Otto haciendo que los demás rían con arrogancia.
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BRILLA PARA MI
RomanceRaina creció teniendo presente que los monstruos no habitan bajo la cama, que hay monstruos de carne mucho más crueles, estos poco a poco consumieron todo su ser, la doblegaron y con el pasar de los días ella perdió las ganas hasta que una persona l...