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Todos en la oficina quedan en completo silencio luego de lo que acaba de decir mi hermano, veo a Walda pasar saliva desviando la mirada a su esposo que solo nos observa perplejos. Aunque creo que Joss ya lo sabía, no por nada convirtió a su única hija en dueña de todo su patrimonio.

- Lo sabias ¿verdad? – pregunta mi esposa a su padre que asiente con la cabeza haciendo que a mi esposa le fallen las piernas por lo que la sostengo – permitiste que ellos convirtieran mi vida en un infierno – rompe en llanto - ¿a mí? a mí que soy tu propia hija...

- Solo quería que fueras fuerte... - responde Joss haciendo que mi esposa lance uno de los vasos que hay sobre la mesa a la pared furiosa.

- ¿Fuerte? – pregunta completamente rota algo que me mata, pero es algo que ella necesita – permitiste que tu esposa me maltratara, me golpeara y humillara, ¿para que fuera fuerte?

- Hija... - trata de hablar, pero mi esposa golpea fuerte la mesa habiéndola vibrar.

- Permitiste que estos tres hijos de puta me violaran ¿para hacerme fuerte? – lo dice Joss y Aurel se ponen de pie observando a los hijos de Walda que se encuentran pálidos - ¿no lo sabias papá? – pregunta burlona – siéntate – ordena señalándolo y él lo hace – voy a contarte lo que tuve que pasar, según tú, para que fuera "fuerte" – hace comillas con los dedos – Walda tu perfecta esposa, me golpeo hasta cansase, mientras tu "me lo dabas todo" ella me hacía comer de la basura, permitió que sus hijos me violaran y cuando quede embarazada, hizo que los tres me golpearan hasta casi matarme para que abortara – se limpia una lagrima con rabia mientras veo como Aurel observa a Walda con odio al igual que mi hermano – y cuando atente con mi vida por que no soportaba el dolor después de eso, dijiste que solo era para llamar "la atención".

- ¿Qué tenemos que ver nosotros en esto? – pregunta Rahel poniéndose de pie haciendo que mi esposa empiece a reír con sarcasmo.

- Debiste abortarme – responde mi esposa sorprendiéndola – porque por tu egoísmo, mi vida ha sido un maldito infierno hasta que conocí a Klaus – se vuelve a verme sonriendo y yo solo tomo su mano besándola.

- Mi esposa y yo hemos vendido absolutamente todo perteneciente a los Klein – hablo poniéndome de pie mientras mi hermano sostiene la mano de mi esposa dándole un poco de agua – así que Joss – me dirijo directamente a él – solo te dejamos lo que tienes encima...

- No pueden hacerme esto, es ilegal – trata de defenderse, pero sonrió con superioridad.

- Dejaste todo a mi nombre – vuelve hablar mi esposa – así que todas las decisiones son mías. – en este momento la puerta se abre dejando ver algunos policías que se acercan a nosotros.

- Ronald, Otto y Kurt Klein, están arrestados – habla un oficial pasando su mirada por todos nosotros – por el delito de abuso carnal en contra de la señora Raina Winter.

- No tienes pruebas, maldita zorra – habla Ronald mientras arrestan a sus hermanos – no tienes como demostrar algo que jamás sucedió – mi esposa lo abofetea.

- ¿quieres apostar? – pregunta ella con arrogancia mientras se los llevan.

Mientras estuvimos en Italia, mi hermano investigo más a fondo a los Klein encontrando el secreto de Walda, quien se acostaba con el padre Joss y de allí nacieron sus hijos, el hombre murió de forma sospechosa dos días después del nacimiento de Kurt, el menor de sus hijos. También descubrimos que Otto tenía un video muy oculto sobre lo sucedido la noche en la que violaron a mi esposa, en este video también está el momento cuando Walda abre la puerta del estudio dándose cuenta de lo que sucede mas no lo impide. Por el contrario, se da la vuelta cerrando la puerta tras ella.

- Walda – habla mi esposa señalándola – espero no volver a verte en mi vida, pero que la vida misma se encargue de ti.

- Largo – ordeno señalándole la puerta abierta por la que acaban de llevarse a sus hijos a prisión.

- Joss... - trata de buscar ayuda en su marido, pero el simplemente la ignora por lo que toma su bolso saliendo de allí.

- A ti te quiero lo más lejos de mi vida que sea posible – habla su padre que solo la observa antes de ponerse en pie acercándose a ella, pero mi hermano lo detiene poniéndose de pie.

- Hija... - trata de hablar, pero mi esposa se acerca a mí que la rodeo por la cintura con su brazo pegándola más a mí.

- Nunca lo he sido – responde ella – mantente lo más alejado que sea posible de mí.

Sin más él baja la cabeza pasando por el lado de mi hermano saliendo de la oficina dejándonos con los Kozek, nos volvemos a verlos a lo que ellos se ponen de pie observándonos.

- No sabíamos de ustedes hasta hace unas semanas – habla mi esposa endureciendo la mirada viendo a la mujer que la engendro – si van a preguntarme por qué hice lo que hice, la respuesta ya la di – habla ella viendo como la mujer da un paso adelante tratando de hablar, pero Aurel la detiene. – lo que dije fue verdad, debiste abortarme y evitar todo lo que sucedió.

- No fue culpa nuestra – habla Rahel furiosa – no eres nada, no eres nadie y si, tienes razón, debí abortarte cuando supe de ti... - mi esposa la abofetea fuerte riendo – pueden irse – señala la puerta, pero Aurel da un paso adelante y junto en ese momento veo un hombre acercarse a ellos entregándole una carpeta al hombre.

- Sé que no me conoces – habla dirigiéndose a mi esposa – pero también soy víctima de lo sucedido entre Joss y Rahel...

- Aurel...

- Cállate – le habla un poco fuerte haciéndola sobresaltar – eres como la hija que siempre quise tener, sé que es extraño lo que voy a decirte, pero – extiende la carpeta a mi esposa – tu jamás tuviste un padre y yo jamás tuve una hija.

- Aurel... - trata de hablar de nuevo, pero la ignoramos.

- Si me permites, quiero estar en tu vida de la forma en la que tú quieras que este – continua mientras mi esposa toma la carpeta – quiero regalarte el setenta porciento de industrias Kozek – jadeamos de sorpresa al escucharlo – sé que no compensa lo que sucedió, pero espero que sea mi entrada a tu vida.

- ¿Qué crees que estás haciendo? – pregunta Rahel abriendo los ojos perpleja. – esas acciones también son mías.

- Nada te pertenece – se vuelve a verla – rompiste el acuerdo que firmamos cuando nos casamos, además me engañaste todos estos años. Así que cuando firmes el divorcio no obtendrás absolutamente nada.

- ¿divorcio? – pregunta perpleja

- Si, la entable la demanda – responde Aurel impasible – así que vete, no quiero volver a verte nunca en mi vida.

BRILLA PARA MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora