BYE, BYE

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Marinette tenía los hombros tan tensos que estuvo segura de que sus músculos le iban a montar una huelga el resto de la tarde, de servicios mínimos si tenía suerte. Pero no era como si pudiera hacer otra cosa más que aguantarse. Estaba demasiado centrada en lo que tenía que hacer a continuación.

ChatNoir: ¿Seguro que se ha escondido por aquí?

TigresaPúrpura: Estoy segura de que lo vi meterse por aquí

Pigella: ¡En este espejismo todo parece igual!

Pigella: ¡Solo veo árboles!

Pigella: Y todos me parecen iguales

RenaRouge: ¿Por qué tenía que echarnos un mutis encima?

RenaRouge: Esto de no poder usar el micro y tener que escribirlo todo es un asco

Ladybug: Calma todo el mundo

Ladybug: Su cuerpo está hecho de agua, debe estar en un lugar húmedo si lo que quiere es esconderse

ChatNoir: Pero en esta ilusión no hay más que árboles

El akuma, al verse arrinconado por ellos cinco había convocado un prisma. Una magia frecuente entre las sirenas de río que había por la zona. Un prisma consistía en encerrar a sus víctimas dentro de una caja en la que un fragmento muy pequeño de realidad se replicaba muchísimas veces. La única forma de salir de ellos era encontrar al akuma dentro del hechizo y destruirlo. Tenían la ventaja de que gracias a un ataque de Ladybug las coordenadas del hechizo se habían desviado y el akuma estaba tan atascado como ellos en aquel bosque sin acceso al río.

ChatNoir: No parece que tenga muchos lugares en los que esconderse

Ladybug: Quizás ese sea el problema, sería más fácil ubicarla si tuviéramos alguna pista...

Ladybug: Rena, ¿crees que podrías conjurar una ilusión?

RenaRouge: Sin voz estoy más limitada, pero los hechizos simples de la flauta deberían servir

Ladybug: Muy bien, tengo una idea

Explicar los planes a partir del chat era engorroso, pero Marinette logró hacerse entender con más facilidad de la que esperaba. Una vez que el plan estuviera en marcha no podrían comunicarse al ir cortos de tiempo, así que todos tenían que tener las ideas claras.

Se repartieron al rededor del perímetro marcado, formando un círculo invisible. Se escondieron tras los troncos de los árboles mientras que RenaRouge subió a la copa de uno para poder tocar su flauta. Después de tanto tiempo de silencio, con el único solido de las teclas y de los pasos de sus personajes entre el follaje, escuchar la melodía de la flauta fue tranquilizador. Aunque Marinette sabía que debía entenderlo más como el trompeteo que da inicio a la batalla y no como una nana.

El hechizo de RenaRouge hizo efecto rápido. Ante ellos se configuró un pequeño estanque que en aquella prisión de árboles parecía un oasis. La música siguió y Marinette se imaginó que RenaRouge estaba aprovechando todos los hechizos de flauta que tenía disponibles para armar la trampa.

A los pocos minutos, el sonido del agua en movimiento cobró fuerza. No procedía del estanque, cuyas aguas cristalinas permanecían inmóviles. Venía de fuera del círculo y no paraba de acercarse.

ChatNoir: Se acerca, todo el mundo preparado

Nadie tuvo tiempo de contestar. La sirena, que se movía sobre la tierra a lomos de su propia ola, navegó rápida como una flecha hasta el estanque. En comparación con la primera vez que la habían visto, el agua que gobernaba con su ola era muy poca. Debía haber ido perdiendo su magia de ataque al encontrarse en un entorno tan seco.

Atrapada entre bitsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora