—Lo siento mucho, señor, lo único que podemos hacer es retrasar lo inevitable con medicamentos...
—Déjeme solo, por favor, gracias por su diagnóstico.
Me limpié las lágrimas.
—Era algo que debía pasarme, mi madre tenía el mismo padecimiento que yo, y temía que me pasara tan a temprana edad...
Saqué el diario donde relataba todas nuestras aventuras. Sus hermosos ojos azules comenzaron a brillar con intensidad al ver aquel cuaderno.
—¿Lo guardaste todo este tiempo? —Me preguntó con un nudo en la garganta.
La abracé con fuerza mientras llorábamos juntos.
—Nunca lo olvidé, ni tampoco el amor que tengo, es solo que no sabía lo que tenías, por favor, perdóname... —Le pedí mientras se levantaba un poco de su camilla y me besaba los labios.
Correspondí con llanto en mis ojos, pero... era de alegría, besarla me hacía sentir en un refugio el cual solo encontraba en ella.
—Por favor, cuéntamelo todo, y cuando termines la historia déjame ir...—Me pidió con una sonrisa...
—No puedo hacerlo, dejarte ir, tengo mucho miedo a perderte...—Sus palabras me golpeaban el corazón como espinas.
Me tomó la mano con fuerza.
—Esta vida que llevo está condenada, por más medicamentos existentes, no puedes salvarme de mi condición, no gastes tus energías, por favor, no quiero ser un estorbo como mi madre... —Sonrió al verme.
Accedí a regañadientes.
—Ahora, acuéstate, que tengo muchas historias que contar... —Le sonreí dulcemente.
En el pasado.
Mi nombre es Daniel Martínez, nací el 18 de diciembre de 1970, en México, en una comunidad al norte de la ciudad, a la par de la chica de la que estoy enamorado, su nombre, no lo sé, pero pienso averiguarlo...
Desde que entré a la escuela, tengo este diario como mi mejor compañía, debido a que, tanto en mi familia, como en la escuela, se burlaban de mi debido a mis gustos por el baile, y las artes...
Si no era mi madre o mi padre que me decían "maricón", eran los compañeros de secundaria, los cuales me ponían apodos, hasta que llegó ella...
5 de septiembre 1984.
El sonido de las aves mexicanas llenaba mis oídos con aquella dulce melodía que pregonaba el amanecer.
Me vestí para la secundaria.
— ¡Buenos días, mamá! —Exclamé mientras me tomaba un vaso de leche y tomaba un cereal.
No contestó.
Me fui a la escuela corriendo como siempre.
Al llegar, los profesores nos llamaron para darnos una noticia.
— ¡Queridos alumnos, es un placer anunciarles, que nuestra escuela fue seleccionada para viajar a Inglaterra, y quiero decirles a todos, que estoy muy orgullosa de ustedes!
Los alumnos comenzaron a celebrar.
—¡Nuestros invitados de honor serán nuestros actores y actrices, así que después de clases, vengan conmigo, por favor! —Exclamó la profesora de artes.
Después de un día en aquella escuela que parecía una jungla, sonó el timbre y salimos entre empujones y gritos.
El grupo de siempre comenzó a molestarme.
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Tengo Miedo a Perderte
RomanceDaniel Martinez, es un hombre sumido en la tristeza al descubrir que el amor de su vida tiene Alzheimer y poco a poco lo va a ir olvidando. Sin embargo, esta curiosa pareja tiene un secreto sobrenatural... ******************* Ella ha escapado de var...