—Debes levantarte temprano para empezar con los postres y venderlos en la ciudad.
Terminé de cenar y me fui a dormir.
Actualidad.
Mi relato fue interrumpido uno de los médicos.
—¿Qué quieren aquí? —Les pregunté de forma agresiva mientras entraban unas personas por la puerta.
—Soy la psicóloga Jessica Souza, me pidieron ayuda mis colegas en cuanto notaron que usted actualmente padece lo que llamamos, las etapas del duelo...
— ¡Tengo a mi esposa al borde de la muerte por una enfermedad incurable!, ¡Y ellos creen saber lo que me pasa dentro? —Exclamé lleno de ira.
Rompí en llanto a los brazos que ya me negaban poco a poco de Jimena.
—¿Me recuerdas, mi amor? —Le pregunté con el llanto cubriendo mis ojos.
—No puedo recordarte...—Me respondió mientras se le trababan las palabras.
—Acompáñame, Lobito...—Me pidió la voz de aquella psicóloga.
Aquellas palabras activaron en mi una tristeza e ira profundas.
—¿Quién le dijo ese nombre? —Le pregunté con un bufido.
—Una gran amiga que conocí en Inglaterra...
Mencionó.
No la reconocía, no había leído esa parte del diario de Jimena.
Bajé la cabeza mientras la acompañaba a su consultorio.
La nieve caía en el exterior.
—En el invierno de su vida, aquel ángel apareció como un destello del cielo en su cabaña y lo recibió con los brazos abiertos, partiendo de esta vida como iguales...—Comencé a parafrasear sobre la obra que había realizado de pequeño junto a su espíritu.
—¿Qué sucede contigo Daniel...? —Me preguntó mientras me encogía de brazos.
—No puedes ayudarme, necesito continuar leyendo estas historias para ella, ¡déjame ir, por favor! —Le rogué.
La psicóloga se negó rotundamente.
— ¡Su memoria está en peligro y no quiero que se muera! —Exclamé lleno de furia.
—Nada va a hacer que ella se mejore, ni siquiera leyendo sus historias, no se puede regresar la memoria de ninguna manera. —Respondió con tranquilidad.
—¿Po r qué no sales un rato para despejarte? —Me preguntó.
Bajé la cabeza.
—No tengo ánimo de pasar las fiestas con nadie, debo estar con ella. —Le respondí.
—Escucha, debes dejarla que descanse, solo pásatela bien en esta navidad, yo...bueno, tengo una amiga mía que disfrutaría la compañía de un buen actor de teatro.
—Antes de irme, quiero hacerte una pregunta, ¿Por qué nunca me habló de ti Jimena? —Le pregunté.
Soltó una risita.
—Yo soy su amiga más confidente, ella siempre me contó de ti con una gran sonrisa en los labios, pero también tenía un temor que se hacía más grande conforme avanzaba su edad.
—El alzheimer...—Murmuré—Me enteré muy tarde de todo ello, si hubiera podido, hubiera hecho todo lo posible porque no sucediera lo mismo que a sus padres...—De una u otra manera sentía mucha culpa.
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Tengo Miedo a Perderte
RomanceDaniel Martinez, es un hombre sumido en la tristeza al descubrir que el amor de su vida tiene Alzheimer y poco a poco lo va a ir olvidando. Sin embargo, esta curiosa pareja tiene un secreto sobrenatural... ******************* Ella ha escapado de var...