XXIX. La mejor boda en la historia.

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Fui a dormirme en silencio, sin embargo, Sofía me escuchó.

—¿Qué están planeando? —Me preguntó.

Me quedé suspendido por un momento y me mordí la mano para no hablar.

—Tu amigo Jahel es muy ruidoso...—se burló en voz baja—pero no oí nada más.

—Eso sí, solo revivíamos tiempos pasados muy agradables...—Mis mejillas se sonrojaron.

—Se bien que estás mintiendo, Bright Apple...

—Volvamos a dormir...

Me tomó del cuello y me lanzó hacia la cama. Pronto, ambos nos quedamos dormidos.

3 de enero 2000.

Despertamos temprano, la mañana estaba nublada, pero me sentía muy alegre.

Me vestí con un atuendo para el frío y desayunamos todos juntos.

— ¡Buenos días a todos, amigos míos, hoy es un gran día, salgamos a disfrutar de las vistas invernales que nos ofrece Irlanda! —Exclamé mientras el frío congelaba mis huesos.

— ¿A dónde iremos? —Me preguntó Sofía.

v—Vamos a montar a caballo, sin embargo, Jahel y yo saldremos por unas cosas a la ciudad...—Nos dimos un codazo Jahel y yo.

Mi amigo asintió mientras íbamos colina abajo por nuestro auto.

—Bien, lo hicimos, ahora, pisa el acelerador hacia Dublín, debe ser una sorpresa para ella...—Me indicó.

Conduje hasta la ciudad y buscamos un lugar para comprar el anillo

El vendedor me mostró varios anillos de compromiso.

Jahel me ayudó a revisarlos.

—Mira este de aquí...—Me enseñó un anillo de oro con incrustaciones.

—Creo que el oro no es de mis favoritos, la plata por otra parte le gusta mucho, debido a que es muy buena en varios aspectos curativos...—Le comenté.

Entre ambos observamos los diferentes anillos hasta encontrar uno muy hermoso.

Un anillo de plata, con incrustaciones de zirconio muy hermoso.

—Quiero este anillo...—Mencioné con una sonrisa.

—Buena elección, caballero...—Respondió el joyero.

Nos fuimos de la joyería.

—Yo tendré que desaparecer un rato, volveré para la cena, encárgate de sorprenderla, yo... me encargaré de otras cosas con mi esposa...

—Solamente no la vayas a dejar embarazada...—Le guiñé un ojo.

Ambos nos reímos.

—Te dejo el auto. —Le di las llaves.

—Gracias, pero ¿Cómo te vas a ir? —Me preguntó.

—Me iré con mi caballo, tranquilo...—Le respondí con una sonrisa.

Fui a esconderme y llamé a Luna. Cabalgué a casa mientras miraba los hermosos paisajes que tenía Irlanda.

Preparé la comida en tiempo récord mientras admiraba el anillo de compromiso con una sonrisa.

— ¿Sabes lo que me gusta de Inglaterra e Irlanda? —Me preguntó Sofía.

Solté un suave golpe y guardé en mi bolsillo la cajita, estaba asustado.

Tengo Miedo a PerderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora