XXXIII. ¿Cuántos años?

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Ubicación desconocida.

De pronto, desperté en un templo que tenía la forma de la luna.

—¿Qué es esto? —pregunté— ¿Dónde estoy?

—Bienvenido a tu hogar, Bright Apple, soy tu padre...—Me respondió mientras me adentraba en aquel lugar siniestro y frío.

—¿Por qué estoy aquí? —Le pregunté mientras me acercaba a la cámara central de aquel lugar.

—Siento mucho lo que pasaste estos días y...

Estaba molesto y triste.

—¿Por qué mis poderes estaban fallando? —Le pregunté— ¿Por qué no la pude salvar!

—Es el flujo de la vida, aunque tengo una sorpresa...

— ¡No me interesa tu sorpresa, yo tenía esposa, una familia feliz...!

—Jimena está viva...—Me respondió—tomé su vida para devolvérsela, aún no termina su propósito que es estar a tu lado...

Aquellas palabras me dejaron frío.

—Es imposible...—Le respondí con temor— ¿Qué es este juego retorcido, padre?

— ¿No era lo que más querías cuando la conociste?

Me preguntó mientras lo observaba con seriedad.

—Ya no, he cambiado, además, ya la había olvidado, ¿Por qué traerla de vuelta? —Le respondí mientras me adentraba a la zona donde estaba mi padre, Erick.

—Porque tú no lo ves, pero ustedes están destinados para estar el uno con el otro.

—¿Qué secretos oculta esta resurrección?, ¡porque se bien como todo tiene un precio!

Le volví a preguntar mientras me acercaba a Erick.

—Tendrás que cuidarla toda su vida, debido a que hicimos un trato ella y yo...

—Hubiera preferido que Sofía estuviera viva, no sabes lo buena y dulce que es ella, pero yo ya ni siquiera estoy enamorado de Jimena...

—Tu eres un guía de los humanos, los llevas hacia su final junto a ella, pero Jimena es tu trabajo más importante, debido a que tiene el poder, pero su enfermedad le impide recordar quien es ella.

Me explicó mientras me sentaba en una mesa.

—O... quieres que te quite a la niña.

— ¡Ni siquiera lo pienses! —Exclamé enfadado.

Solté un bufido.

—No me complace, pero lo haré, padre...

—Sabia decisión, hijo, lamento que tengas que pasar esto, sin embargo, no podemos hacer que alguien tenga la vida eterna, solo un alma eterna, el cuerpo físico es temporal...

Accedí a regañadientes mientras volvía al mundo de los mortales.

—¿Papá, estás bien? —Me preguntó Lilia con preocupación mientras corría a abrazarme.

Rompí en llanto mientras la abrazaba con fuerza.

—No lo estoy, pero saber que estás aquí, me da la fuerza para seguir juntos hasta el final...—Le di un beso en la frente.

Sonrió dulcemente.

La cargué en mis brazos y entramos a casa.

Comencé a prepararle la cena, sin embargo, la oí llorar mientras terminaba.

Tengo Miedo a PerderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora