Es el gran enemigo principal de las aldeas.
Sanguinario y despiadado es aquella Bestia que ronda por las noches y los días, pero todo cambia cuando conoce a la chica del futuro que llegó del pozo de los deseos. Dicen que es la salvación. Y tal vez...
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Capítulo 14:
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Yako está fuerte y fortaleciendo, la sangre de la humana ha tomado su efecto de manera eficaz, e incluso su aspecto físico es más tenebroso.
—¡Estarás satisfecho!— reclamó Sesshomaru. —¡Dañaste a la chica sólo por tu ambición de probar su sangre. Ella pudo morir.
«Te preocupas bastante, no exageres sólo fue una pequeña herida»
Se burla por aquella preocupación naciente y una atracción evidente, Sesshomaru sin duda le tiene envidia a la Bestia porque por lo menos puede clavarle los colmillos en su piel delicada y caliente. Él no puede tocarla.
Sin embargo la Bestia hoy quiere experimentar su poder destruyendo algún pueblo solo por el simple gusto de devastar
Sesshomaru lo presiente.
—¿Piensas atacar nuevamente, no es así Yako?
«Yo no doy explicaciones».
Simplemente se dirigió hacia el horizonte, cerca de un lago donde podría tomar algo de agua, antes de comenzar su masacre no muy lejos de ahí hay un cerro y dentro de él viven pocos aldeanos morirían sin que alguien pueda salvarlos.
Pero hubo un olor que lo hace perder la concentración, esa mezcla entre cereza y su orina.
«Es la humana, no cualquiera, su humana».
La necesidad de querer probar aún más lo hace desviarse de dirección. Quiere ver a su adicción y de alguna manera volver a probar de su sangre.
Sesshomaru no lo sabe.
—¿A dónde vas?
La Bestia no respondió, simplemente corrió y corrió para encontrar su escencia y la sangre que lo obseciona.
