ATAQUE SANGUINARIO

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Capítulo 15:

A veces el enemigo no es el villano del cuento, sino aquellos que le temen.

—¿Por qué corres tan deprisa, Bestia?

Yako simplemente ignoro su pregunta.

«Silencio humano»

La Bestia necesita concentración y seguir el rastro, escondiéndose entre los árboles, escucha las burlas y los llantos de la humana quien suplica que no le hagan daño.

Sesshomaru se sorprendió al darse cuenta que aquella humana que pide auxilio es la que le atrae sexualmente, enfurecido por no ser uno de aquellos hombres. Pero sigue atado a la Bestia que no mueve un músculo.

—¿Por qué no la salvas maldita sea?— reclamó Sesshomaru lleno de ira. Pero Sesshomaru sabe muy bien que la Bestia es quien desea ser el único quien la mate, nadie más puede tocar su pertenencia.

Burlándose por la incompetencia de la Bestia. —¿Prefieres que alguien más la asesine y tú no?

«¡Eso jamás humano!».

Yako ataca cuando es necesario, infraganti, para exitarse con los rostros llenos de pánico al percatarse que son los últimos momentos de su vida, suplicantes entre lágrimas porque no quieren morir, sin ser escuchados mueren rápidamente en un instante.

La Bestia vio que el miembro asqueroso del soldado está a punto de penetrar y dañar la pureza de la chica. Fue entonces cuando supo que debía atacar.

Gruñendo enfurecido.

Uno de los hombres levanto la mirada y lo vio. Quería llamarle a su amigo para que gire la cabeza, o mejor dicho huyerán.

—¿Qué carajos te sucede?— ya la penetrare.

—¡Creo que es mejor que no lo hagas!

—¿Por qué?

—Date la vuelta.

Aquel soldado abrió los ojos de par en par.

—¡Es la Bestia!— grito aterrado.

Kagome lo escucho pero no podía moverse, por fin está viendo a aquella creatura que todo el mundo le teme. Blanco como la nieve, ojos rojos y con una media luna morada en la frente y dos franjas en cada mejilla. Con colmillos grandes, una lengua larga con un osico grande, piernas largas y una cola muy esponjosa.

—¡Salvala, Yako!— ordenó con un tono de suplica en su mente. Sesshomaru observa a la pobre chica con lastima y preocupación.
La Bestia llegó a tiempo... Para evitar el peor de las catástrofes en la vida de Kagome. Una violación dañaría no sólo su cuerpo sino también su alma y su inocencia se mancha de sangre por la fuerza.

Con una mordida arranca la cabeza de un soldado deborándo en un instante, tan terrorífico en las comisuras de su osico se han manchado de carmín y el cadáver ha caído quedando a un costado de del soldado. En símbolo de advertencia. Kagome está paralizada, temblando mirando aquella escena que no es tan grave como la que estaba a punto de vivir.

El otro soldado quiso huir y correr lo más rápido posible pero el pantalón bajo le era casi imposible y de un solo zarpazo la Bestia cayó sobre el cuerpo del soldado. Colocando todo su peso sobre la columna vertebral que se ha roto en pedacitos, que casi podía escuchar el crujir de sus huesos. El hombre gritaba agonizando, pero la Bestia está furiosa. Sabía que no era lo único que haría, defendía a su hembra, con garras y colmillos.

Con la pata giró el cuerpo del humano quién sufre un arañazo en el rostro y la armadura rompinsose, la carne viva y el hombre no lo soporta.

Kagome sólo observa, temerosa pero agradecida.

«Tal vez la Bestia no es tan mala», pensó. Aún así debía marcharse de ahí si quería vivir, pero hay una conexión que le impide moverse, una sensación extraña pero algo gratificante.

¿Qué le impide moverse?

No lo sabe pero quiere descubrirlo.

El soldado está vez ha perdido los huevos y el pito. La Bestia se los arranco de una mordida.

El hombre tuvo su merecido. Y la Bestia decidió no asesinarlo, ganas no le faltan pero es más gratificante una muerte lenta, dolorosa y agonizante.

Tanto Sesshomaru como Yako se sienten satisfechos.

Yako se ha girado en dirección de  la humana que aún permanece inmóvil, pero no tiene miedo.

Sigilosamente avanza directo a Kagome que lo espera tranquila...

Estando frente a frente, Bestia y humana se miraron detenidamente.

—Me has salvado, Bestia— levanta el brazo para acariciar su nariz o abrazarlo. —¡Gracias!.

Pero Yako no dejo ser acariciado.
Apartándose de la humana, no sin antes olfatear su parte íntima.

Ese acto la dejo en shock con el rostro colorado, cubriéndose la cara de la vergüenza.

Pero la Bestia sólo quería saber si su virginidad seguía intacta al saber que seguía pura levanto el rostro. Y lamió el cuerpo de la chica que lleva la sangre de aquellos malditos embarrada en la piel cremosa manchandóla casi por completo.

Estando sin rastro de sangre la Bestia huyó.

—¡Espera no te vayas!— grito Kagome intenta alcanzarlo pero no lo logra.

Sólo lo ve marcharse. Giró la cabeza y los cadáveres siguen ahí, la chica se marchó de ahí. O al menos buscar a Rin en otro lugar para que no se de cuenta de lo sucedido. Porque si de algo está segura que el villano no es la Bestia.

 Porque si de algo está segura que el villano no es la Bestia

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