Capítulo 20:
Los suicidios están hechos de "hubiera hecho". ¿Pero quienes realmente se acercan a preguntar ¿Estás bien? ¿Qué tienes?, ¿Qué pasó? Porque todas esos interrogatorios pudieron haber hecho la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Alguna vez te ha llegado la sensación de querer perder la toalla y no seguir adelante?
Luchar no sirve de nada cuando tienes mala suerte en la vida creyendo que estás bendecida con agua de mar.
Es horrible sentirse una fracasada sin futuro, con sueños perdidos y sin poseer aquello que tanto anhelas.
Nuevamente Kagome es acorralada por los sentimientos de desesperación y suicidio. Se siente perdida entre sus ideas y ese grande paisaje, abrumada por tanta presión por parte de la anciana y los aldeanos. No ha podido dormir, desde aquel día, piensa en su madre y la empieza a extrañar su origen, pero no puede regresar.
Está cansada de ella misma. Cansada de su mala suerte, cansada de no tener aquello que desea, sintiéndose una anciana porque sabe muy bien que aunque intente esforzar por alcanzar sus metas el destino la castiga con el peor Karma.
Hoy decidió salir sola, y caminar hasta cansarse, y que las piernas le fallen. Tal vez sin un rumbo fijo. Sus ojos de repente se han llenado de lágrimas y se habló así misma en un estilo monólogo...
—¿Por qué a mí?— es lo que se pregunta. Con frecuencia.
Piensa que toda la gente que conoce se ha superado y ella sigue estancada en el mismo abismo.
Absurdamente su edad puede ser corta pero ella ya se siente vieja para mejorar su miserable vida.
Sus amigas, sus conocidos, la gente que conoce le va mejor que ella.
La falta de un empleo fijo y el no haber estudiado lo que quería ed uno de los detonantes más fuertes para desear el suicidio. Porque algo que sabe perfectamente, sin dinero no puedes tener lo que quieres porque en esta vida es lo más importante. Y muchos dicen que no. Pero sin dinero no tienes nada, no puedes viajar, tener ropa de marca o un automóvil último modelo. Y quizás son vanalidades de la vida humana que se quedarán aquí el día de tu muerte pero para ella era indispensable.
Quería llevar a su madre a España y durar una semana por allá.
Sin embargo no será posible.
Se ha cansado de llorar y caminar así que se refugia sobre un árbol donde las hojas caen con el viento, haciendo menos tormentoso su día.
—¿Qué haré? No puedo con esto.
Se reprocha y se cuestiona preguntas que no tienen respuesta.
Después de un buen llanto continúa caminando.
Grita de desesperación, que cualquiera podría llamarla loca.
Tal vez ya lo está...
A pesar de tener una madre comprensiva ella siente que no la merece, porque la paciencia que posee su madre hacia ella es grande. Cualquiera podría decirle un reproche por no ayudar económicamente en la casa, sin embargo nunca lo hizo y por supuesto Kagome está agradecida por ello
Pero ella tenía sueños, sin embargo nunca habrá una posibilidad.
Se ha levantado de aquél sitio limpiándose los ojos con las muñecas y miro al cielo por unos segundos y después decidió irse, pero no de vuelta a la casa de la anciana y la niña, tampoco al pozo para intentar en otra ocasión volver a Tokyo.
Sino aquel sitio que le hablo Rin y que por casualidad se toparon. Esa tarde se pudieron a jugar a las escondidas pero un poco apartado de las aldeas a pesar del peligro que eso representa. La Bestia podría estar en cualquier sitio vigilando a dos suculentas presas.
Sin embargo la suerte estaba de su lado, Yako nunca apareció.
Pero si se toparon con aquella enorme acantilado, con aguas turbulentas aquellas aguas que dividen el este del oeste. Dónde muchos han muerto por accidente o curiosidad de cruzar la frontera para buscar una mejor vida...
Y entonces pensó. «Ese es el mejor sitio para suicidarse». Una sonrisa de tranquilidad e incluso paz se refleja en su rostro. Sólo era cuestión de lanzarse sobre el precipio y dejar que la corriente hiciera lo suyo. Al fin y al cabo ella no sabe nadar. No habría arrepentimiento o supervivencia.
Así que se dirigió a ese sitio.
Tratando de recordar lo poco bueno y valioso que hubo en su vida. Lo poco rescatable.
Su vida era más mala que buena.
La subida era agotadora pero tenía que llegar. Pronto anochecería, nadie se daría cuenta de su ausencia, hasta que su cadáver estuviese flotando lleno de putrefacción.
Continúo despacio, su respiración es agitada y está mormadá por tanto moco.
Camino y camino...
Hasta que por fin llegó a su destino...
Se colocó de frente al acantilado y miró hacia abajo, la brisa que emana es helada y el rugir de las aguas chocando entre si y las rocas es agudo.
Tenía miedo, quizá podía arrepentirse.
«¡No lo pienses más, sólo hazlo!», le ordenaba su mente.
«¡No desaproveches esa oportunidad!».—¡Joder, Kagome no seas cobarde por una vez en tu miserable vida entiéndelo!— se dijo así misma.
Y entonces suspiro, cerro los ojos y se lanzó al agua, sintiéndose liberada. Su cuerpo cae sobre la gravedad extendió sus brazos... Hasta que por fin cayó, ni siquiera luchaba para salir de ahí, dejaba que su cuerpo se sumergiera hasta el fondo y llenar sus pulmones de agua.
Sentía que su vida se iba para siempre... Sus ojos se cerraban, su cuerpo se entumecía y sus pulmones se llenan de agua.
Era el fin, que tanto anhelaba.
Pero entre sus alucinaciones se aparecía una enorme Bestia blanca y de grandes colmillos que intentaban rescatarla...
—¡No, no, déjame por favor! ¿A caso que no ves que quiero morir?
Su subconsciente era quien le hablaba a la Bestia.Ella intentaba luchar... Para no ser rescatada... Sin embargo no pudo, su conciencia se había perdido y lo último que esos ojos pudieron presenciar fue al enorme e imparable Yako.
ESTÁS LEYENDO
BESTIA
FanfictionEs el gran enemigo principal de las aldeas. Sanguinario y despiadado es aquella Bestia que ronda por las noches y los días, pero todo cambia cuando conoce a la chica del futuro que llegó del pozo de los deseos. Dicen que es la salvación. Y tal vez...