Es el gran enemigo principal de las aldeas.
Sanguinario y despiadado es aquella Bestia que ronda por las noches y los días, pero todo cambia cuando conoce a la chica del futuro que llegó del pozo de los deseos. Dicen que es la salvación. Y tal vez...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo 18:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kagome no está bien, aún se siente acorralada por ese espantoso recuerdo y la manera en como alguien podría profanarla
No ha podido dormir, no ha podido comer, se cuestiona su vida y su familia, deseaba una vida perfecta pero esa no existe.
Desea llorar y gritar, la impotencia que le invade las entrañas es cada vez más sofocante y dolorosa. Además ha salido muy poco estos días, y quienes la han visto de casualidad le agradecen que haya llegado porque es la salvadora de muchas aldeas, e incluso le han ofrecido tributos alimenticios.
Ahora la pequeña choza de la anciana no carece de alimentos.
Al contrario ya casi no tienen espacio para almacenar tanto producto. Pues los chismes vuelan alto así como en las tragedias.
Esa tarde una anciana fue a visitar a su amiga de juventud.
—¡Hola, Kaede!
—¡Moe tanto tiempo sin verte!. Un abrazo fraterno en estos tiempos de dolor es tan reconfortante y cálido. Ambas ancianas no pudieron evitar el llanto.
Y de paso conoció a Kagome. El rostro de la anciana se llenaron lágrimas al contarle lo sucedido con una aldea no tan lejana, dónde no hubo sobrevientes, la Bestia había atacado nuevamente a sangre fría.
Con pasos lentos se acercó a la humana y le tocó el rostro con ternura. Kagome al sentir el roce de esas manos arrugadas no pudo evitar pensar en el dolor que también ha soportado al paso de los años y recordó a su abuelo que había muerto hace unos años.
Trago saliva amarga
—Eres nuestra salvadora, muchacha.
«¿Salvadora de qué?», pensó abrumada. «Sino puedo con mi propia vida, «¿Cómo voy ayudar a estás personas?».
La impotencia es abrumadora porque muchos han puesto sus esperanzas en ella. Y ni siquiera sabe usar un arma. ¿Cómo carajos salvaría a una nación entera?
