Es el gran enemigo principal de las aldeas.
Sanguinario y despiadado es aquella Bestia que ronda por las noches y los días, pero todo cambia cuando conoce a la chica del futuro que llegó del pozo de los deseos. Dicen que es la salvación. Y tal vez...
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Capítulo 17:
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Sesshomaru no dejaba de burlarse por el acto tan benevolente de la Bestia.
—¿Qué sucede contigo, Yako?
La Bestia lo ignoro.
Pero era la oportunidad perfecta para reírse. —¿A caso no eres un hijo de puta que le vale madres la vida humana?
La Bestia no hablo.
—Pudiste consumir toda su sangre en un instante... ¿Por qué la salvaste Yako? ¿A caso la vida humana empieza a valer algo para tí?
«Tú nunca te mantienes en silencio... Pero estás satisfecho que salve el pellejo de la mujer que te atrae sexualmente»
—No me atrae— era tan sencillo negar lo inevitable ante la Bestia.
Ambos están confundidos por sus decisiones e inquietudes.
Hacerse idiotas es más sencillo que decir la verdad. Ambos tienen interés pero no lo van admitir sencillamente. Son creaturas orgullosas.
Sea lo que sea. Porque muy en el La Bestia se enfureció. Indignada por que Sesshomaru había visto la debilidad que causa esa humana en él.
—Los humanos te importan, Yako aunque muy en el fondo quieras negarlo... Sólo atacas a aquellos que dañan a otros de manera cruel como a esa mujer.
Molesto por esas emociones y por demostrar que aquella afirmación de Sesshomaru es mentira la Bestia decidió atacar a un pueblo no muy cercano por que su plan es dejarla totalmente vacía de vida humana para bañarse en carmesí. Sigilosamente se oculto entre las sombras mientras observa a su primera presa. Un hombre, flaco que regresaba de un encargo afuera de la aldea. Escuchó un gruñido y lo vio. Por la necesidad de querer salvar a su familia decidió advertirles, sabía que debía lograr escapar, pero la Bestia es más rápida y en un instante le quitó la vida. Otro hombre salió de su pequeña choza y lo vio —¡Es la Bestia!— grito un aldeano asustado. ¡Corran!.
