PLÁTICAS

561 78 88
                                    

Capítulo 24:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 24:

Hay conversaciones que son prácticamente inolvidables

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hay conversaciones que son prácticamente inolvidables...

Para Sesshomaru esta conversación lo sería porque de alguna manera extraña hablaría con la chica de cualquier tontería pero para él sería reconfortante

Emocionado, pero no sabía por dónde empezar. Ni siquiera que decir o preguntar. Son situaciones complejas sin embargo debía hacer algo para romper el hielo. Pero si de por si contemplarla era un lujo. Sonreir era lo único que quedaba, de alguna manera eso podría funcionar, hacen contacto visual por segundos y Sesshomaru ingenuamente le dedica una sonrisa, pero Kagome ignoró ese gesto tan espontáneo, inclinando la cabeza, acomodando su kimono rojo.

«Parece que la humana no tiene interés en ti Sesshomaru». La Bestia se burla en su interior.

—¡Silencio!— murmuró seriamente.

Kagome lo observa algo contrariada

—¿Dijiste algo?

—No...

Sesshomaru se llenó de vergüenza. Nadie debe saber que él es la Bestia.

Kagome levanta el rostro y observa con delicadeza la luna y aquel brillo irradia ante la luz de sus ojos tristes.

—Será una noche larga...

Sesshomaru desea que no termine.

—¿Gustas comer algo?

No tengo hambre, ni frío.

Sesshomaru toma asiento a un costado de la chica. La Bestia podía escuchar el latido de su corazón. Si tan sólo pudiera estar ahí.

—¿De dónde eres?— pregunto Sesshomaru, aunque en el fondo ya lo sabe. Él quiere averiguar cuál sería su respuesta.

—Ni de aquí, ni de allá— dijo la chica encogiendo sus hombros. No quería revelar su identidad ante tal hombre, porque al parecer él no sabe que la llaman la "salvadora"
Prefiere que siga siendo de esa forma. —¿Tú por qué vives aquí?

BESTIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora