Capítulo XXI

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Capítulo XXI

Alejandro

Ha pasado un mes, un mes en el que soy un fantasma. Nombré a Alexander oficialmente como mi Beta, desde entonces mis supuestos amigos no volvieron y lo último que supe de Marcos es que se iba de la manada. Todo se oscureció desde la última vez que vi a Sara, Zach a duras penas me habla y siento un horrible peso en el corazón. Aunque sé que no es culpa de nadie lo que sucedió, tal vez todo sería diferente si no hubiera sido tan inmaduro e irracional.

- Alfa, lamento interrumpir, pero alguien de la manada Fang ha venido a verlo.- Alexander se había hecho cargo de todo, está siendo más comprensivo de lo que pude imaginar.

- ¿Qué podrán querer? La última vez dejaron muy claro que no hablarían con un niñato. – Fruncí el ceño, ser Alfa no es lo mío.- Déjales pasar ahora tengo curiosidad con el repentino cambio de opinión. – Alexander asintió y fue por ellos.

- Alfa Alejandro, siempre es un placer estar en su presencia.- Qué necesitara este lamebotas para rebajarse así, después de negarse a hablar conmigo. – Lamento mi reacción pasada, espero sepa entender y en su inmensa sabiduría perdóname.- Dijo el Beta de la manada Fang.

- Dígame a que se debe su visita. – Pregunté curioso.

- La manada Moon.- Mis sentidos se alertaron al escuchar eso. Sara, el dolor regresó. – Han estado entrenando, triplicaron su ejército, silenciosamente algo traman. Su armada ya superó en números mi manada y entenderá que es algo que preocupa a mi Alfa. Nos enteramos de que son aliados, déjeme decirle que esa fue una astuta estrategia Alfa, vine a preguntarle si cree que es un problema. – Así que a eso te has dedicado, por alguna razón no me asombra, sonreí. Hubiese sido una gran Luna y el dolor empeoró. – Verá Alfa, la Alfa Sara ha estado investigando sobre las muertes de sus padres, y hay una verdad que no nos conviene a nadie si se destapa. Cuando encuentre la razón nos atacará enseguida. - ¿Qué demonios está pasando?

- Qué yo sepa mi padre nunca le llegó a tocar un pelo a los padres de la Alfa Sara, si bien tuvimos una guerra contra los Moon, el día que ellos murieron se iba a pactar la paz, por lo que después de a la manda Moon, su muerte nos afectó también, significó años de sangrienta guerra. – Cobardes hicieron algo y ahora les cayó encima la realidad, la furia me recorrió. – Así que tu manada asesinó a el Alfa Carlos y a su Luna, los dos reconocidos por ser justos, no tenían ninguna razón para hacerlo. ¡¿O sí?! ¡Ahora su hija la Alfa Sara logró superar con creces lo que algún día fue la manada Moon, y tu Alfa se acobarda! ¡¿Eso quieres decir?!- El Beta me no se atrevía a mirarme asustado por mis gritos.

- Amigo, bájale a tus feromonas asustas a todos, sé que últimamente todo lo que tiene que ver con ella te altera pero tienes que calmarte.- Susurró Alexander, el cobarde Beta estaba tan preocupado por no orinarse en sus pantalones que poco le importaba lo que hablásemos. Zach aprovechó lo molesto que estaba y tomó el control.

- No entiendes, él la lastimó, él y su sucia manada la lastimó, y todo el que se haya atrevido a hacerle algún mal pagará, apártate.- Alexander se apartó al ver mis ojos rojos, mire al Beta de la manada Fang y al ver mis ojos usó toda su fuerza para intentar no desmayarse.

- Dime, oh querido Beta ¿Qué quieres de mí? ¿Quieres que rompa el acuerdo con la manada Moon? ¿Por tu débil y asesina manada?- La sarcástica y sombría voz de Zach se deslizaba por mis cuerdas vocales.- ¿Quieres que te ayude a lastimar a su Alfa? ¿Quieres asesinarla y acabar con los problemas que se buscaron?- Zach intentaba no transformarse y quitarle la cabeza. El Beta se quedó congelado sin palabras. Si bien nunca será mía, la protegeré hasta que yo muera.

- Deja de asustar al pobre. – Entró Marcos.

- ¿Qué demonios haces acá?- Preguntó Zach aún más molesto.

Black & MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora