Sara
- Andrés, perdón por eso no he estado en mis mejores días. Yo sacaré a Sara, ustedes resistan. Ve a mi manada busca a mi beta Alexander, dile que te di órdenes explícitas de que dispongas los dos del ejército de mi manada como dispongan. Vienen por Sara así que nos esconderemos lo más lejos posible. - Andrés asintió más serio que nunca, sabía que era el momento de separarnos, pero no podía. Los cuatro se acercaron a despedirse de mí. Pero yo sólo podía pensar en que el mundo se me iba de las manos, que se me escurría su vida entre los dedos y que todo era mi culpa, culpa de mi existencia que termina asesinando a todo él que se me acerque.
- ¡No! ¡No, puedo! ¡Yo me entrego! No puedo dejarlos acá, no puedo vivir sabiendo que están muertos por mi culpa, no puedo con esto. Yo sin ustedes moriré. ¿Quién me cocinará? ¿Quién me hará reír? ¿Quién me cuidará? Ustedes me dieron todo lo que me había falta y más, son mi familia. No puedo. – Dije fuera de control, no podía controlar mis gritos o las lágrimas que salían de mis ojos, el corazón me latía a mil y sentía que el aire quemaba al entrar por mis pulmones y que cada grito me desgarraba las cuerdas vocales. No podía dejarlos, no podía volver a perder a mi familia, no podía quedarme sola y sobre todas las cosas no podía volver a vivir con la culpa de haber sido la causa de la muerte de alguien cercano. Quería entregarme y dejarlo todo, entregarme y parar estas muertes estúpidas que sólo prolongan levemente mi vida, al mismo tiempo que se cobra la de otras personas. No había forma en el mundo que los dejaría solos.
- Yo te prometí que daría mi vida por ti mil y una veces, y tú me prometiste a mí que vivirías la vida más feliz posible. La vida es así hermosa, a veces es injusta, pero tú no te vas a quedar. Ni hoy ni nunca, tú tienes que irte por esa cachorra, por esta manada. Tienes que vivir, por nosotros si en necesario. Tú prométenos que vas a intentar seguir a delante y yo te prometo que haremos los posible para volvernos a ver. - Escuchar a Sebastián decirme eso sólo lo empeoró, en sus ojos veía que su esperanza de que nos volviéramos a ver era cero, yo no podría superar su muerte. Sentía que hablaba con un muerto en vida porque está es la última vez que nos veremos a pesar de mis esfuerzos, a pesar de hacerlo todo bien, mi necesidad de respuestas vino por todos y en este mundo hacer lo que está bien sólo trae el mal.
- Sara, tienes que dejarnos ir – Dijo Camilo con los ojos llenos de lágrimas, mientras que se separaba de mí.
- Tienes que salvarte y a nuestra sobrina – Dijo Andrés soltándose con fuerza de mi agarre mientras, para luego besarme la frente y el vientre, antes de salir corriendo a lo desconocido con Camilo que se negó a darme una última mirada, pero no lo podía culpar.
- ¡No! ¡Tú no! – Grité sintiendo que se me iba el alma y el corazón.
- Te amo, te amo demasiado y a tu cachorra más, nos volveremos a ver mi hermosa Alfa -Me susurro Sebastián al oído con la voz entrecortada y las manos temblando de la ansiedad y el miedo mientras que me abrazaba con fuerza. Sin darme tiempo de procesar se soltó con fuerza de mi agarre y me empujó a los brazos de Alejandro. - ¡No! ¡Alejandro, suéltame! ¡Esto no te lo perdonaré nunca! ¡Ellos me necesitan! ¡Es mi culpa! – Su agarre se hizo más fuerte a penas comencé a gritar, lo rasguñé e intenté morderlo, pero no podía solárteme, yo tenía que quedarme. Ellos iban a luchar algo que no les correspondía, estarían solos y asustados y morirían solos y asustados. Mientras que yo estaría bien sin saber ni a qué tumba tengo que llegar.
- Sara, perdóname. Lo hago por tu bien. Te amo. – Me dijo Alejandro mientras que miraba al horizonte esperando a que ellos se arrepintieran y regresaran conmigo. – Duerme – A penas lo escuché sentí que no podía abrir los ojos, pero la angustia no se fue nunca.
- Despierta – Mis ojos se abrieron y la ansiedad en mi pecho era la misma de hace unas horas, mi cabeza daba vueltas entre pensamientos de desesperanza.
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Black & Moon
Werewolf- Yo Alejandro Black te rechazo a ti Sara Moon, como mi mate y Luna de la manada Black. - Me miró con superioridad, cómo si el fuera rey y yo una simple basura en el suelo, mi alma se quebró en dos y el corazón me quemaba mientras que lágrimas bajab...