Capítulo XXII

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Capítulo XXII

Sara

Ha pasado más de un mes desde mi último encuentro con Alejandro, he tenido muy poco tiempo para pensar en eso. El embarazo es agotador, levantarme de la cama requiere un gran esfuerzo, me siento cansada e inútil todo el día, no hago nada y aún así al caer la noche siento que fue el día más duro de mi vida. También tuve una cita con la obstetra, dijo que la cachorra se estaba desarrollando más rápido de lo esperado, sigue sin moverse lo que nos preocupa a todos. Debería haber empezado a moverse hace tres semanas, pero no parece querer intentarlo, nos tiene a todos en la casa comiéndonos las uñas, va a ser una cachorra dramática. Sonreí con ese pensamiento.

Andrés ha hecho maravillas con el ejército, lo logró triplicar en menos de un mes, ahora cualquier manada lo pensará dos veces antes de intentar algo. Sin embargo, Sebastián está asustado, el gran esfuerzo de Andrés por fortalecer la manada nos puso en la mira de todos. Las manadas llaman intentado que les otorgue cinco minutos de mi tiempo. Por obvias razones no puedo ni salir del centro de la manada, y cada que lo hago todos los miembros no me quitan la mirada y están atentos a cualquier cosa que signifique un peligro, al principio me gustó, ahora es exasperante. Hace mucho que no me siento libre, vivir así es otro tipo de cárcel.

- Sara, sé que no quieres hablar de esto, pero siguen llamando. Hoy llamó Marcos Beta de la manada Bloody implorando por una reunión para su Alfa. Sería muy desatento decir que no, sabes que con ellos no se juega son irracionales.- Dijo Sebastián tronándose los dedos ansiosamente.- Sé que no te debo molestar, pero no sé que hacer.- Susurró agotado. Me acerqué a él y lo abracé, Sebastián suspiró más calmado y lo hice sentarse a mi lado en el sofá.

- Le dirás lo mismo que a los demás, por motivo de seguridad y mientras reforzamos las defensas de nuestra manada. Ningún invitado podrá entrar al territorio, si el tema a tratar es de importancia, la Alfa Sara lo llamará.- Dije tranquila acariciando mi vientre.- Si no le gusta al hijo de perra, yo misma llamaré, y si se vuelve más intenso veremos qué hacer.- Sebastián suspiro y asintió poco convencido.

- Camilo se ha tomado muy enserio el papel de detective, casi no lo veo. ¿Ha encontrado algo importante?- Después de la muerte de Alfonso, seguí con mi lista de prioridades en las que estaba investigar la muerte de mis padres, tarea que quedó a cargo de Camilo.

- Hasta ahora no hay indicios de que la manada Black haya participado, Camilo llego a la manada Fang, sabes que por aquellas épocas esa manada era muy débil, debieron ver la oportunidad perfecta cuando comenzó la guerra contra los Black y se alió con alguien. Debieron pensar que mis padres me llevarían con ellos y moriríamos los tres, la manada se quedaría sin Alfa y sería fácil ganar; pero no fue así y Alfonso aunque era un idiota, también era astuto. Como pudo logró evitar todos los ataques y los Fang nunca pudieron invadirnos. Sigue sin ser claro quién ayudó a los Fang en su vago intento de lograr algo y el cómo sabían a donde se dirigían mis padres. – Dije pensativa.

- Nunca he entendido por qué comenzó la guerra contra los Black, cuando los visitaste por primera vez no fueron malos, aunque fueses la Alfa de la manada Moon. No parecía que sintiesen rencor por tu familia, pero deberían sentirlo, si eran tan amigos ¿Por qué comenzar una guerra?- Sebastián hizo una pregunta que me había causado curiosidad desde que está locura comenzó.

- Mis padres y los padres de él Alfa Alejandro fueron muy buenos amigos, hasta que la guerra comenzó, pero el motivo por el que inició no quedó registrado y se manejó cómo un secreto entre el Concejo y mis padres. No pudo ser una invasión, los Black estaban bien en ese momento, por más que llevo diez años investigando sigo sin saber por qué. Le quise preguntar al Alfa Jaime, pero me pareció imprudente y sabes que no puedo salir y él está al otro lado del mundo. – Me levanté y comencé a caminar a la cocina, dando por terminada la conversación. Sebastián me siguió y con poco esfuerzo me levantó y me sentó en un mesón, desde que mi olor se intensificó se volvió más apegado y atento conmigo.

Black & MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora