Clay
Van a rodar cabezas.
Lo sé desde el momento en que encuentro a RJ y la amiga de Niza, Diane, montando guardia como policías de la CIA en mi puerta, y digo como la CIA porque van vestidos de negro hasta los pies.
—¿Te perdiste?—es lo primero que pregunto al imbécil de mi amigo cuando lo veo.
No estoy de humor para lidiar con él, ni ella. De hecho, no estoy de humor ni para aguantarme a mí mismo luego de la noticia en la prensa, pero por la manera en que Diane me mira como si estuviera luchando para no darme un golpe, sé que no podré escapar de ellos.
—No, te estábamos esperando—comenta RJ con un tono serio que no le queda para nada.
Ojeo a ambos con apatía. El día fue largo y uno de mierda entre clases de composición, chismes y preguntas de compañeros que me negué rotundamente a responder, lo último que quiero es otro interrogatorio por parte de la versión barata del agente K y el agente J.
La castaña da un paso al frente y se cruza de brazos.
—¿Qué está pasando?
—¿Sobre qué?
—Tú sabes qué—espeta con crudeza y permanezco indiferente.
—¿Crees que leo mentes?
—A mí me la lees bastante bien.
—Porque tienes la mente de un niño de cinco, RJ—me quejo y él bufa sin perder la dignidad.
Miro sobre mi hombro y me siento expuesto e incómodo cuando uno de mis vecinos de dormitorio sale al pasillo, se detiene un segundo y nos dedica una ojeada extraña antes de colocarse la capucha y seguir su camino.
—¿Podemos hacer esto adentro?—les pido.— Si van a ridiculizarse, al menos que sea en privado.
RJ niega y Diane asiente.
—¡Oye!—se queja mi amigo.— Así no fue como lo ensayamos, teníamos que hacer que nos respondiera aquí mismo.
—No importa, RJ—lo corta ella sin quitarme los ojos de encima.— Lo importante es que nos explique qué está pasando.
Enarco una ceja mientras hago a mi amigo a un lado y abro mi dormitorio.
—Todavía no sé de qué hablas.
—Claro que lo sabes. Toda la academia lo sabe—apunta entrando a mis dominios como si fuese la reina del lugar. Mira una silla acolchada que hay delante de mi escritorio y tuerce la boca.— ¿Está limpia?
Le obsequio una mirada gélida mientras cierro la puerta y aunque se resiste al principio, deja de hacer preguntas y toma asiento. Permanezco de pie en el centro, primero mirándola a ella y después a RJ. Pasa un minuto y ninguno habla, así que gruño.
—¿Bueno y qué? ¿El fantasma de mi habitación les comió la lengua o qué?
—Dile tú—se apresura el moreno para deslindarse de cualquier responsabilidad. Típico de RJ.
—Cobarde—sisea ella antes de dirigirse a mí.— Queríamos saber qué está pasando con Niza y tu hermano, Bryce.
Aprieto los brazos contra el pecho sin soltarlos y siento la tensión acumulada pesando sobre mis hombros apenas lo recuerdo. No dejó de comerme la cabeza durante el día, pero al menos las clases me distrajeron lo suficiente para no pensar en eso, hasta ahora.
—Sé lo mismo que ustedes sobre eso.
—¿Pero por qué está ella con tu hermano?—increpa alterado.— No lo entiendo, tú y ella estaban...
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Indeleble [+18] [Libro 1 de la Bilogía Artes] DISPONIBLE EN LIBRERÍAS
RomanceCOMPLETA Ella ama el ballet. Él ama los tatuajes. Ambos son distintos, ambos son precisos, sin embargo, la perfección no es siempre sinónimo de felicidad. Niza comienza a trabajar en Ink the Mind buscando una solución a su problema: no ser expuls...