❄️Capitulo 31

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TIEMPO.

10:00am.

Ya es primero de enero, el año se a acabado.

Y que manera de acabarlo ¿no Ruth?

Dios aquí ya no hay pudor.

Después de lo que pasó en el baño, no recuerdo mucho, solo que al final terminé dormida sobre un inflable de la piscina.

Me desperté gracias a la ráfaga de aire frío que me recorrió todo el cuerpo y me di cuenta de que no era la única que se despertó por lo mismo, todos estaban o en los camastros, en el suelo o en inflables dentro de la piscina durmiendo.

Ahora todos nos encontramos desayunando si es que se le puede llamar así a solo tomar bebidas energisantes y comer mantecadas de vainilla para curar la resaca, mientras hablamos de lo poco que recordamos.

—¿donde habían estado?— pregunta Iker viéndonos a Nick y a mi acusatoriamente —de un momento a otro deje de verlos.

Me atraganto con la mantecada y toso como loca mientras Nick esconde su rostro detrás de su bebida como si fuera un gran escondite.

Siento todas las miradas de los chicos sobre nosotros y trato de controlar mis nervios y encontrar una buena mentira pero desgraciadamente no soy capaz de pensar en algo bueno y Talina es quien se da cuenta enseguida.

—espero al menos hayan limpiado donde lo hicieron.

Mateo deja salir una carcajada y le doy un golpe en la nuca para callarlo, miró con reproche a Talina y está solo me sonrie como niña pequeña tal cual.

—oh por dios ¿es por eso que Lane camina como cangrejo?— espeta Cassandra sin más —Nick, que le hiciste a la pobre Lane.

—más bien que tiene entre las piernas para que ella ahora camine asi— dice Sam burlon.

Mis mejillas se tornan coloradas, puedo sentirlo, mis ojos hacen contacto con Nick quien me da una pequeña sonrisa antes de golpear a Sam para que se calle.

Yo agachó la cabeza sintiendo un poco de vergüenza y se me viene a la mente  lo que hicimos en aquel baño.

—más...más rapido— sostengo su cabello en un puño y hundo su cabeza en mi cuello el cual no duda en besar y lamer.

—joder...— sus manos se aferran más a mis muslos para no dejarme caer ya que estamos parados —no puedo aguantar mas.

Acelera sus movimientos haciendo que lleguemos los dos a nuestro cuarto orgasmos juntos.

Sale de mi y me baja de sus brazos, mis piernas tiemblan como gelatina y apenas me puedo sostener así que me dejo caer por completo en el piso, el queda sentado sobre la tapa del inodoro regulando su respiración.

Nos quedamos unos segundos en silencio y el dolor empieza a sentirse, miró mi entrepierna y está sumamente roja, pasó las yemas de mis dedos sobre la zona y me arde.

Y así fue como Nick cumplió la promesa de que hiba a dejarme sin poder caminar.

Vuelvo al presente y sigo comiendo una mantecada y para desviar el tema tan vergonzoso en el que estábamos comenzamos a hablar mejor sobre que haremos por la tarde o mañana.

Y como han de imaginarse esto esta siendo una batalla campal.

—vamos a la plaza, y ahí mismo comemos— propone Talina.

—no, yo digo que mejor vallamos al parque de diversiones y pasamos a comer a un restaurante de comida italiana— dice Mateo en propuesta.

—no, ¿de verdad crees que estamos en condiciones de subirnos a esos juegos? Vamos a acabar vomitando todo— reprocha Sam.

Recuerdos De Diciembre©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora