Capítulo 29

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Capítulo 29

No sabía si los espectadores se estaban riendo porque había que darle sentido al supuesto género «comedia» de la obra o porque se estaban riendo de JungHyun. Por desgracia, todo se decantaba más por lo segundo. Y ni siquiera se sorprendía. Es más, lo entendía completamente.

No había visto nada más terrible en su vida y mira que había sido testigo de muchos horrores. No había venido tampoco con las expectativas muy altas, pero Jeon mayor las había conseguido superar todas.

A su lado, JungKook se hundía avergonzado en la butaca. Se frotaba la frente y usaba la mano como visera para evitar en todo lo posible mirar el escenario. La madre no había dejado de apretar los dientes ante la grima que todo le estaba dando y su marido, ni siquiera bajo su experiencia de décadas forzando su expresión ante situaciones que le sorprendían, podía ocultar esa mueca de alucine.

—Mamá, me voy a marchar —escuchó susurrar a JungKook—. No podéis tenerme aquí en contra de mi voluntad. Es secuestro.

—Esto es una tortura a estas alturas.

JungKook entonces miró a su secretaria y la señaló con dedo acusador.

—Todo esto es culpa tuya. —Ella forzó una sonrisa y se hundió de hombros—. No vuelvo a hacerte caso en mi vida.

—Piensa que por lo menos no hemos tenido que pagar las entradas.

—Con el tiempo que estoy perdiendo, no compensa —se quejó. En ese corte de la conversación, se escuchó momentáneamente ese guion tan estúpido e inconexo que JungHyun soltaba sin parar. JungKook solo quería quedarse sordo—. Por favor, que se acabe ya.

—Solo quedan quince minutos.

Él lloriqueó. Era la primera vez que SaeRin le veía tan lleno de sentimientos. Normalmente JungKook tenía esa cara seria e inexpresiva.

Fueron los peores quince minutos de su vida. Tan eternos que pareció una hora más. Por puro compromiso, cuando la obra finalizó y el reparto hizo una reverencia dados de la mano, los señores Jeon se levantaron para aplaudir con una de las sonrisas más falsas del mundo. SaeRin los acompañó, pero JungKook agarraba los reposabrazos de la butaca como si estuviera siendo empujado por una fuerza superior, así que hubo que forzarle a levantarse.

—¡Papá! ¡Mamá! ¿Qué tal os ha parecido? —preguntaba entusiasmado un JungHyun que volvía a estar vestido como persona, aún con el maquillaje corrido por su rostro—. Creo que a la gente le ha encantado.

—Ha estado genial, tesoro —dijo la mujer.

—Ha sido una porquería —confesó JungKook con ambas manos en los bolsillos y su voz grave.

Estaban en la sala recibidor del teatro y a su alrededor no quedaba mas que algún crítico teatral. Solo estaban el puñado de actores recibiendo de buena gana los halagos de sus familiares y algún que otro espectador que se había quedado en la conversación posterior para saber si les había gustado la obra.

—Sería capaz de ganar un Oscar que a ti te seguiría pareciendo una porquería, así que no voy a tomar en cuenta tu opinión. Pero te agradezco que por lo menos hayas venido. No puedo exigirte tanto —gruñó su hermano, haciendo una mueca de queja—. ¿A ti qué te ha parecido, Rin? ¿He estado bien?

—Bueno, sí. No ha estado...

—¿Secretaria Moon?

SaeRin se dio rápido la vuelta cuando escuchó ese nombre tan formal en ese ambiente y con una compañía que casi podría considerarla como su segunda familia. Le dio rostro a esa voz sorprendida cuando Min YoonGi se acercó hacia ella. La confianza del hombre se había evaporado un poco cuando los cuatro Jeon le hicieron un estudio científico de nivel universitario. Ninguno parecía especialmente feliz por la presencia de Min, pero sí curiosos.

Kissing Moon » JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora