Capítulo 50

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Capítulo 50


Un mes después



Moon SaeRin nunca se había sentido tan confiada.

Había posado ante los reporteros como si tuviera el control absoluto, como si estuvieran ahí por ella. La sonrisa era ligera y elegante, nada demasiado forzado, pero no por ello menos real. JungKook no se atrevió ni dos segundos a apartar el brazo que la rodeaba, al igual que la mano que se posaba con suavidad sobre su cadera. Ni siquiera se habían separado para cuando JungKook se hizo una foto con toda la familia.

A fin de cuentas, desde hacía años consideraban a SaeRin como una Jeon más. Y cada vez esa consideración estaba más cerca de convertirse en afirmación. JungKook había decidido que era hora de contar que, no solo estaban juntos, sino que se habían prometido.

JungHyun, su madre, su padre, él y ella. Posaban en ese orden para la foto. Todos los Jeon con una sonrisa similar. Impecables para la poquita prensa que habían accedido a que acudieran a la gala de despedida del presidente. Solo algunos reporteros amigos y otros tantos de bienes raíces y turismo. Algo que les caracterizaba a todos los Jeon era que no eran precisamente amantes de la lente de una cámara fotográfica... excepto JungHyun, claro. Por razones obvias.

JungKook estaba particularmente nervioso esa noche. Se había tomado el día libre en la empresa solo para relajarse y prepararse para lo que acontecía, dejando a SaeRin encargarse de los preparativos junto con el equipo de fiestas que habían contratado. Iba a ser ascendido al puesto más grande de la empresa familiar, y para eso necesitaba mentalizarse. Era algo insólito. Llevaba toda la vida sabiendo que, tarde o temprano, heredaría la empresa de la que su hermano mayor no quiso saber nada, pero no dejaba de abrumarle. Lo más probable es que se agarrara con esa fiereza a SaeRin porque era lo único que le podía tranquilizar y también porque estaba tan disperso que no podía mantener ninguna de esas conversaciones de cortesía con los invitados.

—Creo que a tu novio le va a dar un yuyu —comentó HeeJi antes de darle un trago a su champán; era su cuarta copa. Era el único momento en el que SaeRin había sido liberada de las garras de JungKook, por eso había sido rápida para buscar a sus amigos entre tanta gente—. ¿Por qué está tan nervioso?

—No le gusta la gente. Tampoco dar discursos —explicó con deje preocupado. Le observaba a lo lejos, secándose el sudor de la palma de sus manos en los pantalones.

—Podría desmayarse en cualquier momento —agregó JiMin. Justo en ese momento, pasó una bandeja con canapés y no tardó en agenciarse cinco y meterse un par a la boca. HeeJi también cogió uno—. Si se muere ahí arriba puedes ser quien herede la empresa. Porque te aseguro que su hermano el actor no está a la altura. ¿Habéis visto su anuncio de las hemorroides?

HeeJi se apartó de la boca el canapé al que iba a darle un mordisco y puso cara de asco.

—No, JiMin, no lo hemos visto. Nadie ve la televisión hoy en día.

—Habla por ti —replicó el otro—. SaeRin también ve la televisión. 

—Por favor, ¿podéis dejar de hablar de temas irrelevantes? —suspiró SaeRin con deje maternal. Sabía que, si les dejaba, podrían empezar a discutir seriamente sobre el uso y la programación actual de la televisión y, sinceramente, era lo último que quería escuchar—. ¿Acaso no tenéis ningún cotilleo que darme esta noche?

Kissing Moon » JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora