Capítulo 14

1.9K 237 37
                                    


Capítulo 14



JungKook intentó ser fuerte, pero Moon SaeRin era superior a sus fuerzas. Ella acunó su mandíbula entre sus manos y le besó con hambre, como un animal que ha estado desamparado en mitad de un bosque por días sin alimento cerca. Colocarse encima le daba el control absoluto de la situación, aunque él solo había necesitado dejarse llevar por tres segundos de irracionalidad para introducir la lengua y apretar el trasero de SaeRin con sus grandes manos.

Tal era la fuerza de SaeRin, incontrolada por la inhibición de los sentidos, que empujó a JungKook contra el respaldo del sofá. Se apartó, elevando una coqueta sonrisa y echándose el cabello para atrás. Lucía tremendamente sexy de esa manera.

—¿Quieres seguir? —preguntó juguetona.

De nuevo JungKook se sentía embriagado. Ella causaba el mismo efecto que el alcohol. Asintió con la cabeza tan rápido que resultó ser un ruego. Una necesidad. Un deseo a punto de ser concedido. Fue él incluso quien que se incorporó un poco más para unir sus labios. Estaba desesperado por su toque, por su sabor, por su olor. Nunca había deseado tanto estar con una mujer; nunca tampoco se imaginó acostarse con SaeRin, ni siquiera en sus más lujuriosos sueños.

—Empiezo a pensar, JungKook, que sí que nos besamos en ese karaoke —habló, mientras bajaba la cremallera trasera de su falda—. Porque me suena mucho esta sensación.

—Ya te dije que no mentía —gruñó él, molesto por haberse dejado de besar.

—¿Acaso has mentido alguna vez?

—La confianza en tu pregunta delata mi respuesta.

Ella sonrió confianza.

—No mientes nunca. No te gusta porque...

—Acarrea muchos problemas.

Prefería herir con la verdad a personas a las que amaba que intoxicar el aire con palabras inciertas.

SaeRin enrolló sus brazos alrededor del cuello de JungKook.

—Entonces a mí tampoco me habrás mentido nunca, ¿verdad?

Pero en ese momento, se quedó callado. Nunca le había mentido porque nunca le había preguntado algo lo suficientemente importante que lo necesitara. Si SaeRin le hubiese preguntado alguna vez por sus sentimientos hacia ella, entonces habría mentido.

—Jamás traicionaría la confianza de mi secretaria.

—Respuesta correcta. La única respuesta, más bien.

Las manos de SaeRin se distribuyeron: una de ella agarraba el rostro de JungKook y la otra su cabeza. Le volvió a besar. Al final el sofá tragaría al muchacho de la presión que la secretaria otorgaba sobre él. Dominar. Amaba dominar. Desde hacía mucho tiempo DongWoo solo le dejaba hacerlo en contadas ocasiones.

Encontró mejor dominación en SooYoung, pensó SaeRin.

Y él siempre quiso tener a SaeRin bajo su poder. En la cama y fuera de ella.

Entonces empezó a mover las caderas hacia adelante y hacia atrás, frotando las telas y proporcionando calor y roce en una zona que no tardó en activarse. JungKook gruñó el nombre de su secretaria entre ruegos y cerró los ojos cuando SaeRin empezó a atacar su cuello.

Le dejó una marca rojiza que se transformaría en violeta.

—Para que mañana me acuerde de esto —dijo ella. Le miró, hizo un puchero y dio un pequeñito salto sobre el regazo de su jefe—. Quítate la camisa.

Kissing Moon » JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora