Capítulo 42

1.5K 174 70
                                    

Capítulo 42

—¿Cuándo pensabas decirme que te has tirado a SooYoung?

Apenas SaeRin había emitido ese «tenemos que hablar», JungKook se puso alerta. Esas palabras nunca sugerían buenas noticias, mucho menos si iban acompañadas de esa voz hostil y distante y desde la boca de una mujer con la que mantenías una relación sentimental. La conversación urgía a tal nivel que no pudo esperar a llegar a casa, a pesar de la privacidad que eso les otorgaba, así que fueron a su despacho.

Se había puesto en lo peor. En un «ya no te quiero» o un «quiero romper contigo» o cualquiera que se pareciera remotamente. ¿Pero eso? ¿A cuento de qué? Inevitablemente le costó responder. Frunció el ceño y se frotó la frente.

—¿A qué viene eso?

—¿Te has follado a SooYoung?

Él sacudió la cabeza.

—No estoy entendiendo nada.

—Oh, yo te lo explico muy clarito: hoy me he encontrado a SooYoung y me ha dicho que estuvo acostándose contigo ¡durante tres jodidos meses!

SaeRin abrió y cerró los puños como gesto para calmar sus nervios, queriendo evitar que su corazón sufriera un infarto. Estaba visiblemente más alterada que en la cafetería, y es que todo el trayecto andando desde ahí hasta la empresa no había servido para enfriar su temperamento, sino todo lo contrario. El paseo había sido lo justo y necesario para que le diera más vueltas al asunto de las que eran sanas para su mente. Era como una olla a punto de estallar.

—No sé por qué te ha tenido que contar nada de eso.

—¿Entonces es verdad? —preguntó. La expresión de JungKook le indicaba varias cosas, entre ellas que parecía estar indignado por las inclemencias de la conversación. Apretó la mandíbula, cerró los puños de nuevo—. ¡Dímelo!

—¡Sí, SaeRin! —replicó con el mismo tono. Chaqueó la lengua molesto—. Me acosté con ella mucho antes de estar contigo, hace años.

Ella se frotó el rostro totalmente alucinada.

—O sea que no me mentía, de verdad estuvisteis liados. ¿Se puede saber por qué no me lo has contado nunca?

—¿Y de qué serviría?

—¡Pues de bastante! ¡Sabes perfectamente que la odio!

—¡Precisamente porque las odias me ahorré decírtelo!

El primer parón de la discusión llegó en ese momento. SaeRin se paseó por el despacho negando con la cabeza constantemente hasta colocarse detrás del sofá. Lo consideró óptimo para que sirviera a modo de escudo, aunque la verdad llegaba a través de palabras, no de actos, y claramente las palabras de JungKook llegaban sin problemas a sus oídos. Apoyó los brazos sobre el respaldo.

—Ya, pues me hubiera gustado saberlo —confesó—, porque deberías de haber visto mi cara cuando me lo ha dicho antes. No me ha hecho ni pizca de gracia que se riera de mí. No te haces idea de lo ridícula que me he visto. ¡Porque dije que tú nunca me habías mentido y mírate: lo hiciste!

—¡Yo no te mentí!

Golpeó el sofá con el puño cerrado, indignada.

—¡Me ocultaste la verdad, que es lo mismo! ¡Y soy tu novia! ¡Deberías habérmelo dicho!

JungKook expulsó una carcajada. Por primera vez en meses, deseaba haber regresado a casa sin SaeRin, así se habría ahorrado —al menos por un tiempo— todo este jaleo. Y es que no podía creerse que de verdad estuviera sacando antiguos trapos sucios, decisiones que él tomó sin pensar ni por un momento que luego fueran a echárselos en cara.

Kissing Moon » JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora