Alaia: Reina Italiana ✴️[Terminada]

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Advertencia +18

Señores!!

Si usted queridísimo lector que se ha calado toda la trama hasta llegar acá. Dirán y cuando la pobre Alaia tendrá un poco de Chucu chaca en la buchaca a
dirá la abuela Rosa.

En este momento estoy en ello.

Siendo bien atendida y sucumbido por la flamantes y dominantes caricias de Dominic Salvatore la sombra oscura cual olvidó la distancia en ambos.

No había escapatoria ya.

Había tomado una decisión quizás mala, quizás buena.

Muchas cosas habían cambiado de nuevo, ahora era buscada por las estúpidas fórmulas que Amaranta había implantado en mi cuerpo, tenía un sicópata por familia cual me estaba buscando instruido por mi desquiciado abuelo Donatello, tenía un chip en mi tobillo cual Dominic había implantado aquel día estando drogada y ahora me encontraba aquí encima de tal cuerpo con unas tremendas ganas de follar.

Si mi vocabulario era incontenible en cuestión de deseo.

Nuestros labios estaban teniendo una batalla carnal, realmente aquel hombre tenía un hambre atroz y en cada estocada con sus labios firmes y gruesos hacían que mi cuerpo colapsara de la excitación. Aún no dejaría que el tuviera el control de todo, a pesar de mi poco experiencia en el ámbito sexual muchas veces dejaba que hicieran conmigo lo que les placiera y si, eso fue en un tiempo atrás ahora la nueva yo quería tener el control de todo.

Hoy siendo mi cumpleaños dejaría tan saciado a Salvatore.

Mientras mi legua ejerció el poder necesario al domar la del, mi mano están en sus cabello rubio, mis dedos haciéndole un tipo de masaje de donde había salido eso? No lo sé, solo sé que mi imaginación estaba aún grado alto e imparable. Mi mano derecha fue bajando desde su mejilla hasta estacionarse de poco a poco en su pecho desnudo. Sus manos increíblemente ágiles manoseaba mi trasero por tal posición en la que me encontraba y cuál era?

Pues.

Yacía pegada contra la pared del hotel con la pelvis de Dominic acorralandome la mía, sus labios fervoroso  lamiendo, succionando y mordiendolos con determinando dejándolos adoloridos en el acto. Mi pantalón al igual que el top estorban ya.

No tenía mente ya, si nada de mente en aquel instante.

Solo podía pensar...

Dios mío !

Santa Barbara bendita!

Jesus, María y José!

Si quizás era un poco desvergonzada por estar nombrandolos en pleno acto, si quizás después iría a misa y orar hasta el cansancio por caer ante semejante tentación.

- La Reina por fin Toma cartas en el asunto.- hablo mientras sus cálidos labios bajando desde mi mejilla a mi clavícula succionando mientras su mano derecha apresaba mi seno izquierdo sobre la tela.

- Como reina cobraré cada una de la cosas por las cuales me han hecho pasar tu y tu maldita mafia.- indique alzando su mentón y allí en medio de la mañana sus ojos azul cielos estaban completamente dilatados. Había algo más en ello cosa que jamas había visto y era deseo del más puro enloquecedor deseo, ese que quizás tarda tiempo en desparecer, ese una vez que sucumbes es díficil de saciar y como sabía? Me mire en ellos chocando con mis ojos almendrados igual de lujuriosos que los del.- Una reina jamás deja pasar nada, jamás!- indique acariciando con mi dedo índice su barba.- Así que quiero verte de rodillas ante mi.- agregué tomando su cara y besando con lentitud cada espacio y con educación mejilla.