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Maratón 3/3

- Vamos demonios levántate!!.- exclamé tirando de su hombro.

La camioneta había quedado ruedas arriba y totalmente mallugada, mi mejilla ardía y podía sentir mi cabeza doler junto con gotas de sangre bajar por mi frente. Ibrahim se encontraba herido presionado con el cinturón de seguridad, aquel atentado se estaba llevando a cabo, las personas corrían y al parecer nadie nos tomaba atención.

Quite el chaleco todo lleno de sangre acercándome a un Dominic también inconsciente.

- Vamos!.- le tanteo la cara, con cuidado le quite el cinturón cayendo en parte encima de mi.

Al estar en tal situación era muy díficil moverse, inútil era la palabra adecuada me sentía completamente inútil. Quite el saco tratando de sacarlo del auto, al abrazarlo toque su arma en la espalda no lo dudes y la tome en mis manos.

Me fui arrastrando de poco a poco sacándolo con sumo cuidado, cortando mis muslos y piernas en el proceso, mire a la izquierda nos encontrábamos en la calle Fiorella con La Catedral, suspiré y termine de sacarlo completamente.

Lo sostuve por unos minutos tanteando de nuevo su rostro, con mi mano libre mientras que con la otra estaba alerta ante cualquier movimiento.- Joder despierta!.- observe que en su oído derecho yacía un audífono, lo tomé y hable.- Juan?.- nada de respuesta, donde demonios estaba el resto de los escoltas?.- Juan!!

De frente en La calle Catedral se podía mirar unos hombres acercándose a pies ya que el tráfico estaba trancado. Deje aquello tirado dejando al primer caído aún lado y llegando de nuevo a Ibrahim.

La puerta no quería abrirse y su vidrio estaba intacto por lo que tome un metal propio del carro estampandolo con el haciéndolo pedazos. Busque el broche del cinturón de seguridad, mis manos temblaban y sudaban a la vez.- Despierta hombre!.- hable mientras lo arrastraba conmigo.

- Señorita!.- hablo para luego toser con intensidad junto con un color carmis brotando por su boca.

- No hables mucho!.- indique empujándolo con mi mano libre y la otra sin soltar el arma.

- Señorita debe irse.

Negué observando ambos cuerpos.- Me imagino que el resto de los escoltas están en camino.

Ibrahim negó.- Para inmovilizarnos de tal manera tuvieron que atacar a los escoltas y luego el pez gordo cosa que lograron.- tosió con dolor.- Debe irse ya.

Observe a Dominic y aquello tenía lógica los chicos deberían de haber llegado.- Pero que pasara con ustedes?

- No piense en ello.

Me levanté caminando hacia la calle Fiorella mientras con la mano que cargaba el arma la pasaba por mi cara secando el sudor. Podía observar a lo lejos acercándose hombres vestidos de negros.

Nos matarían?

Si me iba los matarían a ellos?

Y yo que?

No claro que no podía.

Los volví arrastrar uno por uno, escudandonos por la camioneta empezaron a disparar, tape mi cabeza con mis manos, cada impacto era más latente que otro.

Que demonios haríamos?

Observe un par de piernas querer acercarse por el lado izquierdo, me arrastre tapando mi cabeza, deteniendome en la esquina y cuando el hombre desconocido dio la vuelta hacia nosotros dispare.

Dispare como si no hubiera mañana, aquel ser despreciable lo observé cómo iba cayendo en cámara lenta, reaccione moviéndome aún lado sino hubiera sido impactada por el. Mi respiración era aún más errática, observe el semblante cálido de Dominic inconsciente y tranquilo absorto de todo aquel desnalgue, si tan solo estuviera conmigo en todo esto no me sentiría desplazada aún así tenía claro todo lo que me había enseñado, necesitaba defenderme como siempre lo había hecho.

Alaia: Reina Italiana ✴️[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora