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Me había quedado dormida por unos minutos, unos pasos alertaron la presencia de alguien y la luz brillante me golpeó dejándome más ciega de lo que estaba por lo soñoliento. Una figura me bloque la vista, no podía mirara la luz quemaba mis ojos, sentí unos brazos tomarme de las muñeca su jalarme hacia la puerta, del otro lado se oía gritos.

No me caía el veinte que quizás estaba siendo transportada a otro sitio o solo estaba siendo secuestrada por otros.

Jesús, María y José!

Estaba en grandes problemas.

Tire de mis brazos mientras batallara con aquella figura, aquel desconocido solo tomo mis manos con fuerza soltando muchísimas palabras en otro idioma, para luego colocarme de espaldas a el y su mano inyectaba algo en mi cuello.

Que si me desmaye?

No, para nada solo parecía una momia andante siendo arrastraba por el, tenía casi todos mis sentidos, carecía de una y era la movilidad por mi misma,trataba de que mi mente le mandara la orden a mis músculos que pasaba? Nada, no podía moverme sola, tenía que estar parada oyen y sin poder hablar o gritas me habían anestesiado, caminaba solo por el concentimiento de otra persona para arrastrarme a donde el quería que fuera.

Es increíble lo que aquello sustancia había hecho, se había apoderado de toda mi persona haciéndome una estatua andante o quizás un títere.

El descontrol empezó al salir de aquella recámara, habían cuerpos sin vida tirados por todo el pasillo y creí gritar de la desesperación contenida, nada salió de mi ser. Joder aquello era un desastre total.

- Reina Listo!- hablo el desconocido a los auriculares que traía.

Caminamos derecho, el hombre estaba atento a cada movimiento, sus pasos errante ágiles y firmes, caminé a trompezones estaba a merced de aquella personas, me encontraba atrapada sin poder defenderme, mis mejillas estaban húmedas por las lágrimas, lágrimas que Malditamente tampoco había sentido bajar.

Aquella sustancia era poderosa.

Terminamos de cruzar todo el pasillo y doblamos a la derecha una puerta nos esperaba con Lucio en ella.

- Has tardado joder!- exclamó con enojo.

Me tomo del brazo terminando de salir.

- Lucio que haces?- pregunto una figura agitada saliendo de las sombras.

Thiago.

Un Thiago muy sorprendido, sudor bajaba por su cara y su respiración ion parecía la de un caballo desbocado.

Lucio bajo el arma y camino a él.- Thiago los Rusos la quieren hermano y vamos a darse la, el dinero que nos darán acabara con nuestra preocupaciones y este trabajo no da para tanto.- Lucio Tendo una mano en el hombro.- Vamos podemos olvidarnos de todo esto en unos días.- agrego dándole un último apretón.

En el rostro de Thiago no había expresión alguna, oh si tan solo todas estaba hechas un lío mentira, traición y enojo sus ojos negros buscaron los míos, quise hablarle decirle que no me dejara sola, pero no pude allí estaba como muerta andante tan solo abrí muchos mis ojos al oír los Rusos.

Y pensar que estos eran los buenos, es increíble como una persona puede tener tantas caretas.

Thiago hizo lo impensable, sacudió el hombro y camino hacia mi guardando su arma.- No puedo hacer esto Lucio.- llegó a mi, mientras me sarandeaba.- Que le hicistes?- se volteó a verlo y luego me miró.- La llevaré y...- mis ojos se agrandaron.

Quise gritarle lo que iba a contener.

Malditamente no pude, Thiago miró la muerte através de mis ojos almendrados. La muerte no lo abrazo ni nada, la muerte le dio a traición.

Alaia: Reina Italiana ✴️[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora