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Subí por un tramo que daba hacia la ventana, había pasado dos horas desde que había salido del hotel desafiando a la sombra italiana, ahora me encontraba con nervios de punta.

Levanté la ventana sin que nadie me viera, mientras quitaba la ropa y volví a colocarme la bata cuando de golpe la puerta se abrió.

Y allí estaba el rubio loco e indiferente comiéndose el mundo.

- Donde estabas?

Que mierda era todo aquello? Suspiré recostandome hacia atrás en la camilla y mire por la ventana.

- No te interesa.

En tres sacadas llegó a la cama, una mano la situó en el respaldo y la otra cerca de mi pierna un lado. Joder! Salvatore estaba muy enojado y aún no entendí el porque, oh bueno si pero debía de hacerme la tonta.

- Responde Dolce!.- hablo muy cerca de mi cara, le dedique una mirada de odio y saben porque? Porque el muy tarado estaba actuando de nuevo como si fuera mi dueño, quizás la ilusa sea mi persona al pensar así o quizás darle más importancia de la que no tiene.

Sin embargo estaba actuando como un loco compulsivo y explosivo spicopata de mierda.

- Desde cuando te tengo que dar explicaciones a ti Dominic?- allí si voltee y mire sus grandes ojos azules cual era un pozo lleno de mucha intriga.- desde cuándo?- volví a preguntar su respiración pasiva chocaba en mi cachete.- Desde que cogimos a noche es eso?.- y aquello fue como si viera escupido ácido por la boca Salvatore en un segundo estaba tan cerca de mi y al otro lejos, se había alejado.- Porque tienes que comportarte como un idiota y quererme gobernar? Solo fue....

Se volteó alzando un mano en señar que me callara.- Solo fue sexo fuerte y duro.- indico relamiendo sus labios con rabia.- Malditamente puedes hacer lo que se te venga en gana, aún así soy tu maldita sombra y tú jodido guardián.- llevo sus manos a ambos bolsillo. Y hay va el hombre bipolar! Padre santo Dominic era peor que la caja de Pandora.

Bufé pasando mi mano por la cara.- Me vale madres si era el condenado príncipe Dominic no...

- Comportarte como una adulta y reacciona Alaia.- grito de golpe.

Jesús! Me ha gritando el muy idiota? Me achique en la cama, mis ojos picaron y que mierda era todo aquello? Iba a llorar. Tape con ambas manos mi cara mientras contaba.

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Alce mi vista ya controlada. Sus ojos azules me miraron con dulzura, estaba lejos y quería su tacto, sus labios.

Concéntrate Alaia mijitica!

Sacudí mi cabeza fuertemente.- Si sigues comportándose como un imbécil queriendo controlarme y hacer cosas sin consultarme, lo siento pero no te seguiré.- musite mirando mis manos.- Yo soy las que llevo las malditas fórmulas tu no.

- La que debería de comportarse eres tú, reacciona de una vez por todas no puedes andar suelta sin alguien que te cuide.- soltó el aire de golpe y se volteó a la ventana.- Hace unos minutos el chip de rastreo no brillo más, dime a dónde estabas? Porque algo me dice que no estabas aquí.?- pregunto pegando sus caderas a la ventana mientras se cruzaba de brazos.

Padre Amado ayudame!

Una mentira buena Necesito una mentira buena.

Su mirada descudriñada jamás me dejó, quise por más de una ocasión evadir la pero, joder dejaría al descubierto todo el teatrico que había montado.

-Estoy esperando!

Rode los ojos con enojo.- Viene a chequiear el método anticonceptivo que está aquí contento?- hable rápido sin verle la cara.

Alaia: Reina Italiana ✴️[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora