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Lo que hice fue abrir la puerta tire los zapatos junto con mi bolso al suelo, mire la botella con mala cara. Cómo se me había acabado tan rápido? Quedaba solo cuatro dedos de ron.

Los lujos no me sorprendían para nada, Dominic Mafioso, ejecutor, empresario muy adinerado que iba a babear por su dinero para nada. A la final yo podría darme ese lujo solo que no quería nada de ello.

Si contradicciones de la vida.

Me tire en aquel enorme sofá.

- Soy toda oídos.- exclamé llevando la botella a mi boca sin apartar mi vista en él.

- Cuando Nicolás pensó que uir de Italia y emigrar al amazonas sería de mucha ayuda pensó mal.- hablo caminando hacia el sofá con sus manos metidas en los bolsillos.- Bueno discúlpame puede que si fue la mejor opción, lo que nunca pensó o quizás sí lo pensó pero, no le dio tanta importancia fue que los De Angelo te olvidarán.

- Al grano Salvatore.

- El punto es que nunca Alaia has dejado de ser vigilada.- tomó asiento frente de mi, después de desabrochar su saco.- Fueron muchas personas cuales te estudiaron durante todo este tiempo.- se inclinó hacia atrás y suspiro.- Jamás te olvidaron siempre te tuvieron  en la mira de ellos.

Que si le creí? Obvio  siempre el personaje frente mío tenía todo estudiado, jamás se le pasaba algo. Entonces por esos impresión aquel sentimiento que alguien me miraba desde lejos.

- un coño Dominic.- me levanté ya exasperada.- Dime qué tengo que ellos quieren?- tome el último trago de ron que quedaba limpiando mi boca con el dorso de mi mano.

Me importa una madre si se molestaba.

Se levantó todo amanazante, podía mirara su mandíbula da tensada y sus músculos contraídos, si como no, estaba molesto ya. Aquellas jemas azul cielo me miraron mientras se quitaba el saco se dirigió al mini bar y sacó una botella saben cara, cual destapó y tomo sin dejar de verme.

- Eres irritable

- Preguntame si me importa.- sanje volviendo a caer al mueble.

Ajá estaba un poco altanera pero, oiagan era mi cumpleaños y pensé que me olvidaría de todo el rollo aquello de magia y poder ya estaba cansada, no sé cuanta veces he dicho en lo que va del libro que estoy cansada.

Su teléfono sonó aún así no dejamos el duelo de miradas.

- Listo eres la más buscada ahora.- hablo con la mirada en su teléfono.

Y que hice solo reí.

Solté la risa del siglo. Ni que fuera tipo Pablo Escobar o Vínlade o si?

Dominic enarco  una ceja mientras con una mano estaba en el teléfono y la otra en el bolsillo. Ajá! Chicas no podía dejar que mi mente lujuriosa y sin nada de sexo por meses dejara de ver lo condenada mente buenarro que estaba el hombre que tenía en frente.

-Tan niñata como siempre

Pare la risa colocando una mano en mi cadera.- Bajale mijo

Rodeo el mini bar.- Alaia me estás decepcionando.- agrego sentándose en el mueble.

Me voltee al verme sin  nadie con quién hablar.

- La verdad tus palabras frías no me harán llorar.

- Tsk tsk...- chasqueo la lengua después de haber tomado de su whisky.- De ángel a Víbora que encanto tu.- agrego arremangado su camisa blanca hasta los codos.

Lo mire incrédula la verdad es que el muy puto se fijaba muy bien en mi, siempre estudiando mi actuar y mis expresiones corporales.

Cómo lo hace?

Alaia: Reina Italiana ✴️[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora