Capítulo 9: El Verdadero Lucas

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Luego de ese momento tan dulce y confuso para mi, me dirigí a casa caminando muy lentamente pensando en todos lo ocurrido hace algunas horas, ya era de noche ¿cuando había anochecido? ¿el tiempo paso tan rápidamente? Solo puedo decir que ese día fue perfecto para mi, me sentía en paz y con una sensación que no podía explicar, en ese momento quería estar con el nuevamente, repetir ese abrazo y ese pequeño beso en la mejilla, pero al mismo tiempo estaba contenta con cómo habían sido las cosas, llegue a casa y subí de forma muy relajada a mi habitación, me quite mi mochila y me lancé en la cama, mire el techo y me quedé observándolo, no podía dejar de pensar en lo sucedido y en como me se sentía, no era una sensación de atracción , eso ya lo había sentido anteriormente, esto era algo nuevo, quizás fue porque nunca me había acercado así a un chico o ninguno se había acercado así a mi, quizás eso era todo... Quizás, resulta que entre recuerdos y pensamientos, esta ilusionada chica se durmió y despertó con el sonido ensordecedor de su despertador, 5:30am me desperté desorientada, ¿el tiempo paso tan rápido de nuevo? No podía hacer otra cosa que arreglarme, me levante de la cama dándole un golpe al despertador que se cayo al piso y dejo de hacer ruido —Te lo merecías estúpido— dije observando donde había caído, me dirigí al baño y me di una ducha rápida, de nuevo a mi cuarto y tome lo primero que vi un jean ajustado y para no parecer una perra, me puse un sweater holgado de corazones, unos converse y ¡lista! Me peine y decidí dejar mi cabello suelto, tomé mi mochila metiendo los cuadernos para ese día y salí caminando a la parada del bus, luego mi típico trayecto de allí al instituto y llegué temprano para la primera clase biología, me senté al lado de Jenn saludándola con la mano mientras ella se acercaba.

Poco después la profesora Hale entraba al salón, una señora que aparenta 50 años de edad, con una cabellera mediana de un rubio platinado, es delgada y no muy alta, aunque ahora esta desgastada, se nota que alguien vez fue una chica rompe corazones, y esa actitud quedo en ella es muy altiva y elegante.

—Me preocupaste anoche, no me escribiste para saber si habías llegado— susurró Jenn.

—Lo siento Jenn lo olvide por completo, me dormí al instante.

—Esta bien, pero ¿hiciste la tarea?— Mis ojos se abrieron como platos, lo había olvidado por completo, puse mis codos en el escritorio resoplando. —¡Lo olvide!

—Wow espera, olvidaste la tarea y yo lo hice, ¡me siento inteligente!.

—¡No seas idiota! Nunca serás más inteligente que yo— dije con un tono muy orgulloso y sarcástico, quizás a veces me parecía a ella en algo y por eso nos llevamos tan bien.

—¡Buenos días estudiantes! ¿Jenn, Chloe?— La profesora nos dio una mirada acusadora para que prestaramos atención.

—Buenos días— dijimos las dos en unísono, como dos pequeñas de preescolar regañadas.

—Me imagino que su tema de conversación es sobre la tarea asignada ¿no es así?— La profesora tenía su mirada en Jenn pero rápidamente la fijo en mi.

—Chloe quieres compartir tu investigación con nosotros?

—No... No hice la tarea Sra. Hale— susurré bajando mi vista, sabía que pasaría la profesora Hale era mucho más exigente que el profesor Robinson, el parece un dulce gatito comparado con ella, y para terminar se que no le caigo nada bien.

—¿Chloe Monroe no hizo la tarea?— Me miró un poco sorprendida, mientras todos los del salón hicieron los mismo, quizás eso me pasa por ser una de las más aplicadas de mi clase.

—¿Sabes lo que sucede con los que no hacen mi tarea en MI clase cierto?.

—¿Y no me podría pasar esto por ser la primera vez?— Le rogué a la profesora Hale.

—No tengo preferencia por nadie señorita Monroe, lamentablemente tengo que pedirle que salga de mi clase.

Comencé a recoger mis cosas sin protestar, le temía a la profesora Hale, mire a Jenn mientras ella me susurraba "Lo siento" Y salí de allí, expulsada de una clase por segunda vez en mi vida, no tenía nada que hacer y quedaban muchas clases, así fui al comedor me senté en una mesa y saqué mi teléfono para jugar el único juego en mi celular Geometry Dash, me rendí luego de intentar el nivel tres más de veinte veces, así que me moleste y lo guarde en mi bolso de nuevo, puse los codos en la mesa apoyando mi barbilla en mis manos y mire al rededor, mi corazón se aceleró cuando vi a Lucas sentando a unas cuantas mesas luego de mi —No lo puedo creer— Me levante y camine hacia su mesa y cuando estaba ya muy cerca a punto de sentarme.

—¿Te sacaron de clase nuevamente señorita rebelde?.

Me asuste un poco no pensaba que Lucas supiera que estaba a punto de sentarme.

—¿Cómo sabes que soy yo?— Me senté a su lado, pero no tan cerca.

—Puedo reconocer tu olor, te pones el mismo perfume de cuando te conocí.

—Es cierto, si me sacaron de clase, pero oye espera un momento ¿Qué haces tu aquí?.

La expresión de Lucas cambio rápidamente, su pequeña sonrisa desapareció y puede ver a través de sus lentes oscuros que su mirada se había repleto de tristeza.

—Lucas, dime ¿Qué sucedió?— El negó volteando hacia otro lado, sabía que ocultaba algo, puede sentir que estaba desanimado, pero no sabia como ayudarlo

—Lucas, ¿Qué escondes? ¿Por qué no estas en clase?

Lo sentía muy distante, no era el mismo Lucas de hace tres días, este era el Lucas que describía su madre, tomé su barbilla con una mano y su hombro con la otra y lo puse frente a mi, mire fijamente a sus ojos pero no podía, solo veía mi reflejo en sus lentes oscuros.

—No puedes decirle a mi madre, pero no he entrado a una sola clase desde que llegue aquí.

Me sentí muy sorprendida, en estos pocos segundos puede entender, que el Lucas que yo había conocido era solo un farsante, el no era feliz no era como yo pensaba, el era como su madre decía un chico deprimido que ocultaba estarlo, el verdadero Lucas era un chico que necesitaba ayuda, y yo iba a ayudarlo.

El Amor es Ciego (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora