Por la tarde vamos a dirección, a ver si me pueden arreglar lo de la taquilla pero me dicen que no hay solución, que están todas ocupadas y que lo único que puedo hacer es cambiarla con alguien.
-No te preocupes , se lo pedimos a Alex que tiene la de al lado mía, él te la cambiará.- exclama Carol.
-Vamos a la pista de hockey y hablamos con él, seguramente está allí.
-Ahora ?! - digo sorprendida
-Claro, así ya lo arreglamos para que mañana no tengas problemas.
La pista de Hockey está a la derecha de nuestro bloque, es gigante con gradas a ambos lados, nunca pensé que fuera tan grande. Tienen que estar en buena forma para poder correr tanta distancia.
Al llegar nos sentamos en la primera fila de las gradas, hay grupos de chicas mirándolos, aplaudiéndoles y animadoras practicando.
Marcos al vernos viene corriendo.
-Hola preciosas- dice sonriendo, ya que puedo ver su cara debajo del casco
-Hola Marcos, dile a Alex que cuando pueda venga tenemos que preguntarle una cosa.
Él se va y lo veo acercarse a otro que está sentado en el suelo, supongo que es Alex. Me da vergüenza tener que hablar con él y encima pedirle lo de la taquilla.
No se levanta, ha pasado de lo que le ha dicho.
-Este tío es tonto, no viene- murmura Carol malhumorada.
-¡Déjalo!. Mañana meto las cosas en la tuya y ya se lo pediremos.
Vemos todo el entreno, correr, abdominales, golpes... Uff estoy sudando solo con mirarlos. A mi nunca me ha gustado mucho el ejercicio físico, eso de sudar no lo llevo nada bien. Los vemos correr a los vestuarios y quince minutos después salen todos.
Alex viene el primero con el pelo mojado, alborotado, peinándose con las manos, lleva una mochila muy grande que parece que pesa muchísimo. Al pasar a nuestro lado ni siquiera nos mira. Será estúpido!!
-Alex, Alex- chilla Carol.
-¿Qué?- dice girando sin parar de andar.
-¿Puedes parar?- le pide corriendo detrás de él
-No. Tengo prisa y no estoy para tonterías.
-No es una tontería, necesitamos un favor!- Exclama ella roja del esfuerzo de haber corrido detrás de él con tacones.
-¿Qué?- gruñe parándose.
-Puedes cambiarle la taquilla a Alicia, es que no llega, está muy alta - eso se lo podía haber ahorrado pienso.
-Ja, Ja ¿Qué pasa que no tienes un taburete?- gruñó divertido.
-¡Déjalo Carol! - digo enfadada saliendo de la pista a toda prisa- oigo sus risas alejándome de ellos.
Enfadada me dirijo a la habitación. Te juro que voy a encontrar un taburete y lo usaré, no necesito que me la cambie.
Al entrar empiezo a preguntar a todas las chicas si por casualidad tienen y cuál es mi sorpresa que me dicen que en el gimnasio hay algunos. Me dirijo hasta allí corriendo para poder coger uno, elijo uno amarillo que es el que mejor esta y me voy a la habitación.
¡Lo tengo! Se tragará las palabras cuando me vea.
Carol sale del baño arreglada para la fiesta, yo estoy tumbada mirando las redes sociales, sabe que no voy a ir y me deja tranquila.
Se despide de mí y me deja sola. ¡Qué tranquilidad!
Hablo con papá y mamá. Los he dejado tranquilos diciéndoles que todo va perfecto, que la gente es muy amable y que me trata muy bien. Pero mientras lo estoy diciendo me acuerdo del idiota y la rabia me consume. que se ha creído? Me voy a dormir temprano porque mañana será un día muy duro ya que el taburete pesa bastante y lo tendré que cargar todo el día.
-Carol estoy lista ya nos podemos ir - le digo cargando la mochila y el taburete.
-¿Dónde vas loca, donde lo has conseguido?- dice mirándome y riendo a carcajada limpia.
-En el gimnasio, así no tendré que escuchar a Alex y no tendré que pedir nada- sonrió saliendo por la puerta.
Sus risas son constantes, la gente me mira, pero a mí me da igual, se va a enterar.
No me conoce, que se prepare.
A medio camino los veo, van los tres, Marcos corre hacia mi, con cara de circunstancia.
-¿Dónde vas con eso?- me pregunta
-A meter las cosas en mi taquilla- pronuncio firme
-Estás loca, lo sabes verdad - dice riendo.
A Pocos pasos está él, mirándome y con cara de asombrado, pienso QUE LE DEN !!
Sigo andando hasta mi taquilla, me subo al taburete y coloco todas mis cosas.
La verdad llevar el taburete por todas las clases hace que la gente me mire raro, a mi me gusta pasar desapercibida pero no me gusta que se rían de mí.
Al terminar las clases, Alex me espera en la puerta, yo hago como que no lo veo y sigo adelante pero noto como me cogen la mochila para no dejarme seguir y me giro con muy mala leche.
-Que? ¿Qué haces?- bufo mientras me giro
-¿Puedo ayudarte? Con el taburete?- responde riendo
-No gracias- le digo girando sobre mi misma y sonriendo.
La verdad que si lo llevara, no me doliera la espalda pero mi orgullo no me deja dárselo.
-Déjame ayudarte Alicia, solo hasta el bloque por favor. Te vas a hacer daño cargandolo.
-Vale tómalo pero solo porque me duele un poco la espalda- espeto dandoselo y la verdad es un alivio.
El camino es en silencio, un silencio incómodo, me mira de reojo y yo lo ignoro hasta que llegamos a la residencia e intento que me lo devuelva pero él pasa de mí y sube los escalones hasta mi habitación.
-Gracias por traerlo - murmuro sonrojada ya que todas las miradas están puestas en nosotros.
Mañana a primera hora te espero abajo- dice riendo
-Para qué?- contesto asombrada
-Para llevar el taburete a clase, para que si no - añade ladeando la cara y girando sobre sí mismo.
Se va y me deja con cara de tonta, el pasillo está repleto de compañeras que me miran.
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CREE EN LA MAGIA
RomansaLa nueva etapa de unos chicos, la diversión, el amor, los sentimientos verdaderos... te atreves a unirte a ellos.