PERRITA DE TOMAN [ᵗᵒᵏʸᵒ ʳᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ] PAUSADA.

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-Nosotros siete fundamos la Toman... -hablaba lento y tomaba grandes bocanadas de aire- pase lo que pase el capitán de la tercera división siempre será Pah... Pachin, Mitsuya, Mako, Draken, Mikey, Kazutora... ellos son mi mayor tesoro -a pesar de que las lágrimas corrían por sus mejillas su resplandeciente sonrisa no desaparecía- quería resolver esto yo solo... pero parece que no pude... -Fuyu con cuidado levantó su cabeza evitando que se ahogara con su propia sangre- yo mismo ocasioné mi muerte, Mikey no tiene razones para matar a Kazutora

El joven comenzaba a alucinar, sabía que agonizaba, pero su ánimo no cambiaba por nada del mundo a pesar de estar desangrándose, con esfuerzo giró su cabeza buscando con sus cansados ojitos a una castaña que cubría su boca para no llorar a gritos, movió sus dedos en un intento de alzar la mano a su dirección dándole a entender a la ojiverde que se acercara, Hyakuzawa no esperó ni un segundo, cada paso era una estaca en su corazón, estaba presenciando la muerte de su hermano. Con cuidado se arrodillo frente de Chifuyu, limpió sus lágrimas para darle una última sonrisa a su amigo mientras daba pequeños toques en su fría mejilla, este con sus temblorosas facciones no dudó en darle una débil sonrisa mostrando sus puntiagudos colmillos, gozaba del tacto de la mayor moviendo lentamente su rostro en dirección a su mano y cerrando los ojos, se tomaba su tiempo para disfrutar de ambos. Finalmente se dirigió al pequeño.

-Chifuyu... mataría por un poco de yakisoba...

-Iré a comprar enseguida

-Lo vamos a compartir ¿No?

-Gracias... Chifuyu

Su corazón dejó de latir y su respiración se detuvo, sus ojos se habían cerrado para no ser abiertos nunca más, su sonrisa se desvaneció dejando su rostro en completo relajo, se veía tan pacifico en brazos de su leal compañero, Baji Keisuke de catorce años había muerto y junto a él sus planes a futuro, no tendría su tienda de mascotas ni vería a su mejor amiga en revistas o volaría en un avión pilotado por su mejor amigo. Ese día una parte de Toman se había ido con él.

Un segundo después de su deceso Mikey atacó de manera despiadada a Kazutora, tiraba a matar y no le importaba esconder sus intenciones, en cuanto a su contrincante, se había entregado a su destino. Muchas cosas estaban pasando, había mucho que procesar, la pelea y muerte, disputas internas y lo más importante ¿Cómo le dirían a la madre de Kei lo sucedido?

Su amigo estaba muerto frente a ella, Chifuyu lloraba a gritos, toda la pandilla estaba mirando, Mikey estaba a punto de acabar con Hanemiya ¿Que podía hacer? Estaba perdiéndolo todo, era una inútil, si tan solo no hubiera hecho caso a los demás y hubiera ido con Matsuno a convencer a Baji puede que nada de eso hubiera pasado, pero ya no era hora de lamentarse, su hermano ya no estaba, solo podía mirar la navaja que estaba tirada a unos centímetros de ellos, un impulso llegaba a ella ¿Y si...? Estaba a punto de tomarla, pero la voz del rubio la sacó de ese trance.

-Sabía que no nos habías traicionado... -lloraba el chico aferrándose con fuerza al cuerpo de su amigo- Baji estaba peleando solo... ¡No pude protegerlo! ¡No pude salvarlo!

Entendía a la perfección el sentimiento de impotencia del menor, pero no permitiría que se llamara a si mismo inútil por no estar un segundo al lado del pelinegro, Chifuyu fue alguien más que crucial en la vida de Keisuke y claramente esa importancia era mutua, al parecer aquel acto era algo inevitable, Matsuno conocía mejor que nadie al fallecido, probablemente hasta mejor que Hyakuzawa, con solo una paliza casi mortal logró deducir todo el plan que el mayor tenía, pero no podía leer su mente, nadie se esperaba tal desenlace. Un fuerte grito llamó la atención de la parte de los espectadores que no observaban la pelea, Takemichi que se veía más afectado que los implicados dejó salir toda su tensión para luego con su gran valentía interponerse entre la pelea interna de Manjiro y Hanemiya, quedando cara a cara al enajenado rubio.