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Despertó por el violín de su hermano, dos días habían pasado ya y aun no lograba sentir un ápice de arrepentimiento o algo parecido, no entendía la razón, pero estaba agradecida, ya no quería sentirse mal por las cosas que sucedían, no era vida, menos cuando era una situación que probablemente se repetiría. En algo ayudó la conversación anterior con Hiro, pero todavía quedaba una duda rondando su mente y movida por esa incertidumbre se aproximó al cuarto continuo, no quería interrumpir la práctica del menor, pero si no hablaba en aquel instante, ya no tendría el valor, así que disfrutó un poco más de la música inexperta para tocar la puerta.

-Perdona que te moleste -levantó su mano en signo de disculpa al entrar a la habitación- pero tengo una pregunta -sin hacerla esperar el pelinegro guardó el violín en su estuche y le indicó a la mayor que tomara asiento en su cama- solo quiero saber por qué te metiste -ya no había hostilidad en su voz, estaba siendo lo más suave posible, pero aun así hizo que Hiro se pusiera nervioso-

-Yo... -tocaba sus brazos en busca de consuelo, pero optó por tomar asiento, reuniendo el valor para mirar a su hermana a los ojos, debía ser sincero- me siento un inútil, siempre te veo golpeada y corriendo para todas partes pendiente de todo, así que pensé "¿Por qué no?" "¿Por qué no puedo hacer algo así?"

-Lo pensaste y lo hiciste a pesar de todas las veces que te dije que no

-Si, Mako... tu no lo entenderías -una risa nerviosa salió entre un suspiro mostrando su frustración- eres capitana de Toman, tu división es la tercera con más miembros, eres amiga de todos esos chicos geniales igual que tú ¿Cómo esperas que no quiera hacer algo así?

-Porque te lo repetí un montón de veces Hiro, y no solo yo te advertí -su tono agudo y el excesivo movimiento de manos demostraba que ya no sabía cómo hacerlo entender- ¿Te lo digo de nuevo? Mi mejor amigo murió a causa de esto, casi matan a Draken, Hanagaki lleva cinco meses y debe tener todos sus huesos rotos, te lo preguntaré otra vez ¿Quieres eso? ¿Quieres morir?

-No, pero tampoco quiero verte golpeada y llorando todas las noches quejándote por tus heridas y por las cosas que viste... soy tu hermano y cuando mamá murió prometí cuidarte y lo haré

Que grande se mostraba el chico hablando de manera segura y sin siquiera parpadear, cada palabra era un paso firme, aún tenía un montón de cosas que decir y que hacerle entender, pero ya no era necesario, se sentía liberado y a la vez ganador por ser la primera vez que dejaba a Mako sin palabras. El pequeño blanquito no le diría que su parecer cambió el día en que la vio pelear a golpes con Korai, menos le diría de esa vez que Keisuke lo llamó para básicamente obligarlo a cuidar de la chica, podía ver como el peso de su hermana iba desapareciendo, cambiaba su rostro medianamente inexpresivo a una tierna sonrisa, Hiro ni esperó a una señal, solo se lanzó a los brazos de la mayor para abrazarla como si su vida dependiera de ello.

-No quiero que termines como esos chicos -acariciaba con cariño el sedoso cabello de su hermano- no todos son buenos

-Soy consciente y... -tragó antes de seguir hablando, su voz se había quebrado- nunca pensé que esto iba a pasar, por favor perdóname -restregaba su rostro por el hombro de la mayor como si de un gato se tratara-

-Está bien, presentía que era algo que eventualmente iba a ocurrir -Hiro repentinamente se separó del abrazo para observar a Mako, a pesar de estar herida seguía teniendo una tranquilizante sonrisa, esa imagen y ese cariño le traían millones de recuerdos de su infancia con su madre-

- ¿Qué fue lo que hicieron? -sus ojitos estaban preocupados, no era tonto, tenía una idea, pero debía confirmarlo, le daba un poco de miedo lo que iba a escuchar, sentía culpa-

PERRITA DE TOMAN [ᵗᵒᵏʸᵒ ʳᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ] PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora