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"En el parque Yoyogi a las cuatro"

Fue un mensaje realmente inesperado, lo vio durante un descanso del club cuando eran las tres, nunca había corrido tanto en su vida, logró librarse al decir que su hermano estaba en el hospital, pero con un mensaje así ameritaba dar tal escusa. ¿Por qué mierda quería verla? El imbécil estaba con arresto domiciliario después de golpear a un policía ¿Qué pasaba? ¿Por qué no le dijo que fuera a su casa?, el otoño se hacía presente y el frio también ¿Por qué querrían juntarse ahí cuando ambos eran intolerantes a las bajas temperaturas? ¿Por qué mierda no lo cuestionó? Ya estaba ahí, era muy tarde, nada de eso tenía sentido.

Se estaba congelando a pesar de llevar abrigo, su falda no ayudaba mucho, esperaría cinco minutos más, su amigo llevaba un retraso de veinte lo que ya la tenía más que enojada, tal vez solo le estaba jugando una broma y por tonta cayó, solo se limitaba a observar los árboles apoyada en el barandal, su corazón se aceleraba con los pensamientos que pasaban por su mente.

- ¿Mako? -la llamaron, pero no era la voz del pelinegro, con pocas ganas dio media vuelta quedando paralizada al instante-

Alto y de cabello teñido, había crecido un montón, pero sus ojos no habían cambiado en nada, Hyakuzawa no podía creerlo o más bien no quería creerlo, estaba helada, temblaba más de lo normal y sentía que en cualquier momento se desmayaría ¿Cómo era posible que estuviera aquí? ¿Para esto Baji mandó ese mensaje? Como pudo caminó lentamente sin dejar de mirar los grandes ojos amarillos del chico, debía ser él, tenía el mismo tatuaje que aquel niño privado de libertad hace dos años, las lágrimas caían sin control por sus mejillas. Sus ojos brillaban otra vez.

- ¿Kazutora? -como si de un cristal se tratara tocó la mejilla del contrario, era suave y cálida, tal como recordaba, tratando de darle confianza, el más alto tomó la mano de la chica apegándola totalmente a su rostro y la abrazó por la cintura-

Ese sentimiento, ese tacto, sin duda Hanemiya Kazutora había regresado, estaba ahí frente a ella, abrazándola como si su vida dependiera de ello. No contuvo su desconsolado llanto al corresponder el abrazo, escondía su rostro en el cuello de su amigo, olía tan bien y aquello se sentía de maravilla, no recordaba el día en que su corazón latió a tal velocidad, ni en esa época cuando estaban juntos y se esforzaban por ocultar sus sentimientos había experimentado algo tan intenso como en ese momento. Solo con un abrazo habían provocado un montón de cosas en el otro.

- ¿Te has vuelto más pequeña? -dijo de manera divertida una vez que se separaron-

-Tu creciste inútil -respondió riendo con falsa molestia mientras golpeaba suavemente las cejas de Tora, hasta ahí le llegaba- mi metro sesenta y ocho te aborrece

- ¿De verdad? -su tono medianamente grave y su mirada directa a los ojos hizo que cada vello de su cuerpo se erizara-

Algo cambió dentro de ambos, la única entretención de Kazutora al estar detrás de las rejas era su imaginación, dos años pensando en ese momento, el reencuentro, dos años preguntándose como se vería de grande o si lo recordaba. Entendió que aquel sentimiento generado en la niñez había crecido exponencialmente con los años cuando vio el largo cabello marrón oscuro de quien era su amiga, pero ya no quería llamarla más así, haría que tarde o temprano Hyakuzawa Mako fuera suya.

-Te perdiste de mucho -esa mirada retadora era su favorita-

No recordaba la última vez que se había sentido así, era como una niña pequeña corriendo por todas partes, así se veía ante los ojos de Hanemiya, se aguantaba un gran nudo en la garganta cada que miraba los verdosos ojos de la chica, ese brillito especial fue visto por última vez cuando tenía trece años, para ese entonces eran niños que no tenían idea de la vida y solo sabían que debían vivir como fuera, pero en el momento que se encontraban era distinto. Amaba escuchar su risa, verla sonreír y hablar de la pandilla, aunque esto último le producía una gran incomodidad, ni siquiera se percató que Hyakuzawa evitaba todas las partes donde aparecía Mikey.

PERRITA DE TOMAN [ᵗᵒᵏʸᵒ ʳᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ] PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora