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Ya se habían cumplido dos semanas desde el secuestro de Takashi, la investigación junto a Mako llevaba una semana y media, ninguna pista, ninguna conexión, era como si se hubiera esfumado, nadie lo vio por última vez, su última llamada había sido con Mana la tarde anterior a su desaparición para hablar de cosas triviales. Estaban todos de brazos cruzados ¿Cómo era posible que algo así ocurriera? Toda la casa estaba cubierta por huellas dactilares de la misma persona, no había pelos y menos fluidos, no podían avanzar y eso era algo frustrante, Hyakuzawa bien sabía que el tiempo era crucial, solo quería verlo con vida, las cuatro mujeres tenían el alma en un hilo, finalmente pudo acompañar a las hermanas y madre de Mitsuya en su casa para así cuidarlas y darles información "confidencial" a cambio de guardar el secreto, pero la única información que manejaba era sobre la Tokyo Manji.

-Quisiera poder hacer más -dijo cabizbaja Hyakuzawa llevando sus maletas a la sala de estar- perdonen, pero me quedaré hasta que llegue la señora

-No te preocupes -la menor se aferraba a ella como un koala- si debes regresar, entendemos

-Mako -Luna llamó su atención jalándola al sofá haciendo que se sentara- Takashi hizo algo para ti hace mucho mucho tiempo -con un pesado suspiro se sentó junto a ella- nunca olvidaré lo que vi ese día, pero si mi hermano se veía tan preocupado en recordarte me gusta pensar que no fue algo malo -finalizó su seriedad con una débil sonrisa-

-Perdona si te asusté -rio por lo bajo mientras miraba a donde se dirigía pelimorada- Mitsuya hizo mucho por mi ese día, le debo todo

-Esto es para ti -le entregó una vieja caja de zapatillas- ábrelo

Estaba dudosa, no quería romperse frente a las chicas porque si lo hacía ellas también lo harían, que antiguo sonaba ese pensamiento, reunió todo el valor posible para ver qué maravilla había confeccionado su amigo, de manera temblorosa sacó la tapa encontrándose con un conejito de lana lila, estaba prolijamente tejido y detallado con unos tiernos toques de colores en sus orejas, eran los colores de los cascos que usaban en sus tiempos de gloria. Una tonta sonrisa salió sin permiso mientras tomaba cuidadosamente el peluche, Takashi era un prodigio que creaba arte con sus manos, siempre soñó con modelar sus prendas y así todo el mundo se enteraría de cuan talentoso era, sin duda si hubiera estado allí le explicaría el punto que usó y las técnicas para zurcir los ojos, como rellenarlo de manera adecuada y la mejor manera de lavarlo, solo el hecho de pensar en él hizo que unas cuantas lagrimas escaparan convirtiendo su alegre sonrisa en una de total desolación.

-Todos los días desde que lo terminó le ponía tu perfume -la voz de Mana se rompió- Hiro estuvo mucho tiempo con nosotros, le dejó algo tuyo a todos tus amigos

Ya no lo soportaba, sin Hiro, sin Matsuno, sin Mitsuya, sin Draken, los necesitaba más que nunca, las personas que más amaba no las podría recuperar y si ya todo estaba perdido ¿Por qué lloraba? ¿Por eso mismo o porque realmente los extrañaba? Era un sentimiento totalmente valido y entendible, pero en su mente de adulta después de pasar por perdida tras perdida se decía a sí misma "Llorando no volverán", era un círculo sin fin de represión que le carcomía la cabeza.

Le agradaba pensar en que no había perdido el sentido de protección, al menos hacia los otros porque la verdad poco y nada se importaba a sí misma, tenía una vida mediocre con aspiraciones mediocres, esa niña de dieciséis estaría más que decepcionada si la viera, se había estado cuidando esa semana con la esperanza de estar bien para encontrar y recibir a su amigo, pero aquello era algo que no iba a pasar, al menos no en el mediano plazo.

- ¿Dónde estás Mitsuya?

¿Cuántas veces se había parado para contemplar ese río en medio de alguna gran situación? Nada bueno la traía ahí, su madre, Baji y Mikey eran personas que generaban una relación conflictiva con sus emociones, sobre todo sus recuerdos, a los tres los había perdido, pero estaba segura de que al menos el ultimo seguía con vida. Aún recordaba la última vez que fue citada a ese lugar hace once años, fue un tiempo después de que Manjiro decidiera disolver la pandilla, solo eran él y ella, y sus conocidos guardaespaldas.

PERRITA DE TOMAN [ᵗᵒᵏʸᵒ ʳᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ] PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora