PERRITA DE TOMAN [ᵗᵒᵏʸᵒ ʳᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ] PAUSADA.

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- ¿Listo? -miró a su amigo que estaba sentado en la cama junto a ella- ¿Es tu primera vez haciendo esto?

- ¡Claro que no! -dijo Peh-yan con tono de molestia- pero hacer esto contigo me pone nervioso -su voz temblaba un poco al mirar a la joven que se notaba tranquila moviendo la envoltura de plástica-

-Como sea, hagámoslo

Hyakuzawa con manos firmes abrió el plástico y acarició el contenido, por primera vez levantó la mirada a su compañero listo para comenzar, era algo nuevo para los dos y solo por error llegaron a esa situación. Peh se notaba realmente perturbado, pero ya no había marcha atrás, tomó aire de manera profunda y sonora para abrir la revista, Mako escondió su rostro en una almohada para contener la risa, se había puesto pálido, estaba acostumbrado a ver revistas para mayores junto a su mejor amigo, pero con temática de mujeres.

-No puedo -Ryohei tiró repentinamente al otro lado de su habitación haciendo que su amiga estallara aún más en risas-

- ¡Ah! Pero si puedes ver chicas desnudas -reía mientras movía los hombros del enrojecido chico que estaba sentado de brazos cruzados- tú me retaste y aceptaste de vuelta, ahora cumple -finalizó con un zape que fue devuelto en menos de un segundo- ¿Qué opinas?

-Que estoy triste -rio por lo bajo para luego levantarse a recoger la revista- ¿Te gusta esto Mako? -se sentó a su lado mostrándole una página doble de tres chicos-

-No precisamente

-Eres una pervertida -refunfuñó Ryohei dándole un codazo-

- ¿Me lo dices tú?

Si, era una extraña situación hasta para esos dos, el menor nunca se imaginó compartir ese tipo de cosas con la única chica del grupo, aunque restando y sumando daba lo mismo ya que con los años se convirtió en un hombre más, pero el tema era que nunca fueron muy cercanos, entre Hayashi y Hyakuzawa no había nada más que compañerismo, pero eso no significaba que no se llevaran bien, él todo el tiempo estaba con Pah quien aún no estaba cien por ciento convencido de tener a una chica en la pandilla, aunque hubieran pasado dos años, sin embargo estaba mínimamente agradecido de que la morena fuera abierta y buena para formar lazos. Mako tampoco se quejaba de pasar tiempo con él, le agradaba estar con quienes no hablaba mucho, sobre todo siendo un ex subcapitan sin su mejor amigo, quería servir al menos de apoyo para el menor.

Hace dos días los altos mandos de Toman se habían juntado en casa del castaño claro para pasar el rato y como intrusa la ojiverde hurgó donde no debía y encontró las revistas de su compañero iniciando una pelea y posterior reto a ver esas revistas más una de chicos, trabajo fácil para ella, pero no para él. Rieron un buen rato de las expresiones del otro, el menor sabía que si llegaba a excitarse siquiera un mínimo Mako lo molestaría de por vida, le contaría a Pah y a todos los demás.

-No voy a perder mi tiempo con un niño de escuela media -dijo la mayor con aires de grandeza mientras buscaba su mochila- tengo un trabajo muy importante que entregar y no lo he hecho

- ¿Para cuándo es? -preguntó Peh observando como su amiga guardaba la controversial revista más el dinero de la apuesta-

-Para el diez

- ¿Y a cuanto estamos hoy? -volvió a preguntar con una sonrisa ladina-

-A nueve

La excesiva seguridad de la mayor hizo reír de manera estrepitosa al chico, aún más cuando esta salió corriendo de la casa de Hayashi. Ya había pasado más de un mes de esa fatídica tarde y todo marchaba relativamente bien, los nuevos miembros se mantenían a raya junto con sus nuevos comandantes, los temas internos de la pandilla estaban demasiado tranquilos para ser verdad, cosa que no dejaba de molestar a los tres más perspicaces, Mako, Takashi y Ken vivían con una oreja levantada listos para actuar en caso de que Hanma o Kisaki actuaran en contra de ellos, pero estos parecían ser más dóciles de lo esperado. En cuanto a temas fuera de la pandilla, todos se preparaban para los exámenes finales antes de las vacaciones de invierno, o al menos los que si se notaban preocupados por su educación, Hyakuzawa ya no tendría otra oportunidad, sus faltas a clases y al club la estaban dejando en la cuerda floja, aquel trabajo de economía del hogar decidiría si pasaba a segundo año o no.