If You Can't Live Without Me, Why Aren't You Dead Yet? X

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18 de junio, casi un año y cinco meses desde el lanzamiento de Corrupción

Es otra noche en la oficina en una serie de noches que han comenzado a hacer que la palabra tarde pierda todo significado. Dazai ni siquiera está pensando en su cumpleaños. De todos modos, nunca le ha importado mucho celebrarlo. El único que había hecho que el día valiera la pena en los últimos dos años había sido Chuuya, y las cosas con él son decididamente precarias en este momento.

Dazai está acostumbrado a constantes intrusiones en su puerta, sus viejos sentimientos de paz y soledad en su oficina son un recuerdo lejano. Pero incluso él está un poco molesto por una interrupción tan cerca de la medianoche.

Dazai se acerca a la puerta, educando su ceño en una expresión más neutral. Sin embargo, no está preparado para lo que le espera. Es un hombre con un uniforme de servicio de entrega que hace rodar una caja grande en una plataforma rodante. Parece aún más disgustado que Dazai por estar aquí.

El repartidor no lo mira cuando abre la puerta, sino que lee su portapapeles—¿Paquete para... Obama Doozy?

Dazai en realidad deja escapar una risa genuina, así de fatigado y aturdido está—Ese soy yo—dice, haciéndole un gesto al hombre para que entre.

El hombre lo hace, apenas entrando en la habitación antes de empujar el paquete de su carrito probablemente con menos cuidado del que se supone que debe hacer. Prácticamente empuja el papeleo en la cara de Dazai para que lo firme.

—Gracias—dice Dazai alegremente al hombre mientras se lo devuelve. El hombre responde con un rígido movimiento de cabeza y sale sin mirar otra vez.

Dazai mira por encima de la caja alta, luchando con un montón de emociones diferentes. Solo podía ser de una persona, pero Dazai no esperaba nada de él.

Chuuya no ha sido muy sutil al dar a conocer su descontento con Dazai en las últimas semanas. Apenas se había comunicado con Dazai, incluso cuando Dazai había sido el que se acercó. Lo ha estado atormentando por un tiempo cómo para compensarlo.

Dazai agarra un par de tijeras de su escritorio para revelar lo que hay dentro de la caja. Su respiración se vuelve un poco más superficial cuando lo hace.

Es un gabinete de whisky, uno de alta gama también. El exterior de madera oscura está elaborado por expertos.

En el interior se encuentra el whisky de aspecto más barato que Dazai haya visto jamás.

Dazai ni siquiera puede recordar el último día en que se rió genuinamente más de una vez. Pero esto logra hacerlo estallar en una risa un poco incontrolable.

Su teléfono está en su mano incluso antes de que tome una decisión consciente de levantarlo, sus dedos marcan el número rápidamente. Examina el gabinete con más cuidado mientras suena.

—Caballa—dice Chuuya a modo de saludo, con una voz infinitamente menos brusca que las últimas veces que Dazai ha hablado con él.

—Slug—responde Dazai, su propia voz llena de una calidez que no trata de ocultar. Sus emociones son demasiado agudas para intentar ocultar la emoción en su voz ¿h cuál es el punto si no engañaría a Chuuya de todos modos?

—¿Que pasa?— pregunta Chuuya alegremente.

—Estoy abriendo tu regalo de cumpleaños—dice Dazai, notando una botella que no se parece a las demás. Lo saca para examinarlo.

—Técnicamente, fue entregado antes de tu cumpleaños—dice Chuuya con aire de suficiencia.

Dazai no sabe mucho sobre whisky, pero la marca parece cara. Aunque conociendo a Chuuya, no estaría satisfecho con igualar el regalo de Dazai de hace un par de meses, estaría tratando de superarlo (como de alguna manera siempre logra hacerlo). Además, el color del interior realmente no parece whisky.

Dazai desenrosca la tapa de la botella para verla más de cerca, retrocediendo al instante ante el olor. Algo en él parece familiar, en la forma en que realmente no puedes olvidar algo tan asqueroso.

—¿Qué pusiste en esta botella?— pregunta Dazai, sin saber cómo se supone que esto es un regalo.

—No me digas que no te acuerdas— dice Chuuya, solo un poco burlonamente—Lo hice importar para ti. Recordé cuánto te encantó cuando lo tuvimos en Beijing. Quería que tuvieras solo el mejor alcohol para celebrar tu decimoctavo cumpleaños.

Dazai reconoce el hedor ahora como la absoluta basura que les sirvieron en el cumpleaños de Chuuya hace prácticamente toda una vida. El sabor había sido tan desagradable que Dazai tuvo que tragarlo de un solo sorbo.

Es más que un estúpido envase de cerveza. Es un recuerdo y una declaración de que Chuuya todavía se aferra a todos los buenos momentos que tuvieron en medio de este conflicto.

Por mucho que Dazai lo aprecie, palidece en comparación con el simple hecho de que Chuuya le haya conseguido algo, que no ha dejado de preocuparse incluso cuando Dazai, sin darse cuenta, le ha dado razones para hacerlo. Dazai no sabe qué haría si eso sucediera, el pensamiento es imposible de contemplar.

—Si querías hacerme vomitar por el olor, lograste tu objetivo—dice Dazai, con una pequeña y sincera sonrisa en su rostro que agradece que nadie pueda ver.

—Oye—dice Chuuya, y Dazai piensa que se va a quejar de que no aprecie su regalo, pero como siempre, Chuuya no se puede predecir—No me digas en tu vejez que tu vista está fallando. Hay más.

La sonrisa de Dazai se desvanece, buscando de qué está hablando Chuuya. Ve una pequeña caja escondida detrás de las otras botellas. Lo agarra y lo abre, aún más estupefacto cuando revela un cepillo de dientes.

Tiene un botón que dice «Play Me» por lo que Dazai lo presiona.

It's a Friday, and it's been a hell of a week— canta la voz de Chuuya desde el diminuto altavoz—Feels like I've been stuck in a losing streak.

Dazai tiene que presionar el botón nuevamente y apagarlo para que sus ojos dejen de llorar. Chuuya obviamente escuchó la música basada en su risa a través del teléfono.

«Entonces hazlo por mí, como regalo de cumpleaños»¹ había pedido Dazai como un ingenuo de casi dieciséis años. Chuuya había cantado para él ese año, sin darse cuenta del efecto que había tenido en él incluso entonces. Luego, al año siguiente, lo había vuelto a hacer, mejorando el efecto eligiendo canciones que harían que Dazai se sintiera descaradamente conocido e inquietantemente feliz.

Si Dazai hubiera sido honesto consigo mismo (como rara vez lo es), habría admitido que el canto de Chuuya es lo que habría pedido nuevamente como regalo este año, independientemente de lo imposible que hubiera sido.

—Pensé que un poco de música podría ayudarte a refrescar tu cabeza dura para que dejes de tirarte al suelo como un idiota—dice Chuuya fácilmente, una vez más sin darse cuenta de lo mucho que significa para Dazai.

«Me encanta» piensa Dazai para sí mismo «Te amo». Está demasiado indefenso como para encontrar excusas para bailar alrededor de esos hechos y recuerdos simples e inevitables. Es gracioso cómo todos los años piensa que finalmente venció a Chuuya en abril con el mejor regalo solo para ser puesto en su lugar en junio cada vez.

—Gracias— dice Dazai, tratando de poner lo mucho que quiere decir en dos pequeñas palabras.

Chuuya parece entender algo de eso, basado en la forma en que su voz cambia para ser más delicada y sincera cuando dice: —Feliz cumpleaños, Dazai.

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Notas de la traductora:

(¹) Supongo que Dazai aquí se refiere a que vuelva a cantar para él. Los dejo a su interpretación.

YA SALIÓ EL TRAILER DE LA TEMPORADA CUATRO. VAMOSSSS. https://youtu.be/I_EJUnTataY EMOCIÓN.

I was screaming your name trough the radio - SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora