Capítulo 15

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Aquella mañana, Lena se levantó temprano para llevar a Mike al aeropuerto. Cuando regresó a la casa, el sol ni siquiera había salido, así que volvió a su cuarto para intentar dormir un poco más. Sin embargo y a pesar de que se metió bajo las cobijas para conciliar el sueño, no logró hacerlo. Estaba demasiado ansiosa.

No tenía idea de que iba a hacer durante el próximo par de días. Y lo peor, no sabía cómo iba a socializar con aquella joven de ojos azules que la mantenía con los nervios de punta.

Pasaron los minutos y ella, a pesar de tener siempre los ojos cerrados, no podía dejarse envolver por los brazos de Morfeo.

Un par de horas más tarde, el mensaje de Mike para avisar que ya había llegado, apareció en la pantalla de su teléfono y acepto eso como una señal para levantarse y salir de la cama. Fue al baño de su habitación y tomó tal vez una de las duchas más largas de su vida. No iba a admitirlo, pero estaba tratando de hacer tiempo, por eso se demoró bastante eligiendo la ropa que usaría ese día.

En realidad, no era que tuviera mucho de donde escoger, porque la verdad era que tenía muchos trajes del mismo color y estilo para ir a trabajar, y su ropa "casual" era escasa. Quizá tendría que ir de compras durante los días que tendría libres. No parecía una mala idea, sí había tenido tiempo y paciencia para surtir el armario de Kara, porque no lo haría con el propio.

Finalmente se decidió por unos vaqueros, el único par de zapatillas deportivas que poseía y una playera negra que en realidad no supo de dónde salió. Iba directo a la puerta cuando decidió regresar para hacer su propia cama. No era común que lo hiciera, pero aquella mañana parecía necesario y correcto. Utilizo otros 20 minutos viendo un video de cómo hacerlo correctamente, en internet.

"No era tan complicado" Pensó, al colocar el último cojín en su lugar. Sonrió complacida y luego camino a la puerta. Sujeto la perilla y se quedó inmóvil dejando que los segundos murieran. No tardó mucho en darse cuenta de lo tonto de su comportamiento.

¡Estaba en su propia casa!

No era ella quien debía de sentirse como un extraño o como si estuviera fuera de lugar. Podía ir a donde quisiera. Podía hacer lo que quisiera sin importar a quien pudiera o no despertar. Podía poner música a todo volumen y no había razón para sentir que molestaba a alguien. Podía caminar desnuda por todo el lugar si así lo quería.

¿Caminar desnuda? Se pregunto ¿Por qué querría caminar desnuda? 

Sin embargo, esa extraña sensación en el fondo de su estómago, no desaparecía por más que se lo repitiera.

Podía ser hambre. No iba descartarlo y por eso, finalmente salió de su habitación.

Los pasillos desiertos y silenciosos no hacían más que burlarse de ella y de su actuar nervioso y sin lógica. Aun así, trato de caminar de lo más normal, pero, silencioso posible.

Bajó por las escaleras y fue directo a la cocina para preparar el desayuno. Rápidamente se sintió de nuevo como pez en el agua, y la preocupación que había estado cargando en su mente, se fue difuminando al mantenerse ocupada picando fruta y preparando hotcakes.

Puso un poco de música en el reproductor, no demasiado alta, y se dejó llevar.

— Eso huele delicioso — comentó Kara a sus espaldas provocando un salto por parte de Lena.

No había escuchado su llegada, y estaba tan concentrada en los hotcakes que lo tomó completamente desprevenida. Casi lanza por los aires el pastelito que estaba terminando de cocinar en la sartén.

— ¡Mierda! — grito Lena, girándose para ver a la chica a un par de pasos detrás de ella.

Kara, sonrió divertida por la reacción de la ojiverde.

Don't say GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora