Capítulo 24

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— ¡Matarte no hará que ella vuelva! ¿Cómo... cómo pudiste ser tan imbécil?

— Creí que podría recuperar a Imra. Yo...

— ¡Kara confiaba en ti! — grito Lena llena de furia. Un nudo en la garganta, el corazón golpeando fuerte en su pecho y el alma rota — Y tú... la traicionaste.

— Lo lamento — sollozó Mike dejándose caer de rodillas delante de su hermana — Lo siento, no era mi intención.

Lena no estaba segura de que eso fuera cierto, porque de haber tenido un poco de sentido común, no se habría dejado engañar de esa manera. La ira que sentía por su hermano en ese momento era demasiado abrumadora. Tuvo que cerrar fuertemente los puños, clavándose las uñas en las palmas de las manos para contener su necesidad de destrozarle la cara a golpes. Se quedó muy quieta, esperando, observándolo deshacerse en llanto y lo que parecía arrepentimiento. Observo la caída de las pesadas lágrimas en su rostro, pero no le causo el menor sentimiento de compasión.

Tal vez era estúpido preguntar, pues en su interior ya conocía la respuesta. Y sin embargo, necesitaba escucharlo de la boca de su hermano.

— ¿A quién se la entregaste?

Mike no contesto.

Furioso, Lena se acercó, lo aferro por los cabellos, le hizo echar la cabeza hacia atrás y exigió una respuesta.

— ¡¿Habla?!

— Lex.

La respuesta de su hermano hizo tambalearse el mundo entero y entonces desato la tormenta de cólera en su interior.

Durante los siguientes veinte minutos, Lena se encargaría de sacarle toda la información a su hermano. Tratando de poner algo de control en sus manos y no perder la cordura. Fue una lluvia de preguntas difíciles y respuestas a medias. Tal vez, si Mike hubiera conseguido controlar su llanto, habría sido más fácil. Pero el menor, parecía un niño pequeño y eso irritaba más a Lena.

— Cuando se fueron, corrí — Mike miro muy nerviosos a su hermana, paso un trago amargo de saliva y se obligó a continuar — Ella estaba allí. Usaba su misma ropa. Tenía que ser ella. La abrace con fuerza ¡Por fin la había recuperado! — el rubio se miró las manos con anhelo, con dolor y con arrepentimiento — Pero no era ella — concluyo al mismo tiempo que cerraba los puños — ¡No era Imra!

— Eres un imbécil.

Solo un segundo después de que pronunciara aquella oración, la puerta de la habitación se abrió de golpe y un nuevo torbellino entro arrastrándolos a todo en el caos que se desplomo directamente sobre Mike.

Alex, encolerizada, perdida en su propia desesperación y miedo, lo sujeto por la ropa, lo puso de pie y lo azoto contra la pared más cercana.

°°°

— ¡¿Dónde está mi hermana?!

— ¿Q-qué? — el rostro de Mike se puso rojo por el subidón de adrenalina y la falta de oxígeno por los puños apretados de Alex contra su pecho.

— ¡Alex por favor! — Maggie había entrado detrás de ella y ahora estaba a su lado tratando de controlarla.

— ¡Tienes tres segundos para decirme donde la tienes o de lo contrario! — volvió a amenazar la recién llegada sin prestar atención a nada más.

— Alex, suéltalo — Lena no se acercó sin muchas ganas de intervenir. No sabía lo que estaba pasando, pero tampoco iba a dejar que lastimaran a su hermano, por mucho que lo mereciera.

— ¡No hasta que me diga dónde está mi hermana!

— ¿Por qué él tendría que saber en dónde está? — pregunto Lena confundida, colocándose al otro lado de Alex, sujetándola por un brazo para que soltara a Mike.

Don't say GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora