Capítulo 22

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Sentada frente a la chimenea, Lena trataba de ordenar sus ideas, acompañada por el silencio, las llamas danzarinas, y la copa de wiski que había estado llenando con regularidad.

No había esperado que las cosas se salieran de control. Aunque por una parte se sentía aliviada de poder liberar un poco de su frustración. No había sido la mejor forma, pero ya nada podía hacer. Sin embargo, sentía remordimiento por la pelea con Mike.

Sepultada por sus pensamientos, no escuchó los golpecillos en la puerta, y de igual manera, no fue consiente de la presencia de Kara (que al no recibir respuesta había entrado al despechado) hasta que la tuvo parada frente a ella.

- Toqué - explicó la rubia luego de que la mirara con sorpresa.

Lena no habló.

Bajó la mirada a su vaso, suspiró, volvió a mover el líquido en círculos y luego se lo llevó a la boca para beber de un trago. Tomó la botella de wiski que tenía en la mesa de al lado, y volvió a llenar su copa.

Kara se sentó en el piso, delante de ella, con las piernas cruzadas para observarla en silencio.

Realmente no sabía que decir. No se sentía cómoda preguntándole por la discusión con Mike, no directamente. Pero tampoco estaba muy segura de por dónde iniciar la conversación.

- ¿Estás molesta? - soltó sin más. Porque tampoco era una persona a al que le gustara darle demasiadas vueltas.

Lena volvió a suspirar. Solo que esta vez, su suspiro fue más profundo.

- ¿Te divertiste afuera? - la respuesta de Lena fue una pregunta.

¿Acaso eso era un reproche? Pensó Kara tomándose varios segundos para analizarla.

- Estás molesta - afirmó finalmente.

- Eso depende - agregó Lena con tono cansado.

- ¿De qué?

- De si tú lo estas.

- ¿Yo? ¿Por qué debería de estar molesta?

- Porque te he mantenido encerrada aquí, mientras podrías disfrutar de las cosas que Mike te mostró este fin de semana. De... ser libre.

- Me divertí - respondió la rubia con seriedad - Pero entiendo porque tú querías que me quedara aquí. Querías protegerme. No estoy molesta por eso ¿por qué debería de estarlo? Lo único que has hecho durante este tiempo es cuidarme, preocuparte por mí. Y eso... nadie lo había hecho antes - sonrió dulcemente y luego continuó - Además, siempre me has dicho que soy libre de irme. Nunca he estado realmente encerrada. Y en todo caso - la chica dudó un segundo - sería un placer, seguir encerrada aquí... contigo.

Lena miró la sonrisa en los labios de Kara y se sintió conmovida por sus palabras. La rubia era encantadora y  le estaba regalando una confianza que muy probablemente no merecía.

- No estoy molesta. Ni contigo, ni con Mike.

- ¿Pero...?

La vergüenza la abrumo, así que desvió la mirada y no respondió.

Kara se acercó a ella poniéndose de rodillas, tomó su rostro entre las manos y con delicadeza la obligó a mirarla.

- ¿Qué pasa?

- ¿Puedo...? ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Claro, lo que sea.

- Mike... él... ¿él te pidió que fueras su novia?

El silencio se alojó entre las dos. La ansiedad de Lena crecía con cada segundo que moría después de haber preguntado. Mientras que Kara la miraba sin expresión alguna, pero con intensidad. Los segundos siguieron muriendo y la respuesta nunca llegó.

Don't say GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora