Capítulo FINAL

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A pesar del frío en la ciudad de Praga, la tarde de aquel día de noviembre, las calles estaban llenas de personas. Todos muy bien abrigados. Los locales, acostumbrados al clima. Los turistas, arremolinándose bajo los toldos de las cafeterías tratando de conseguir alguna bebida que los ayudara a entrar en calor.

Las nubes comenzaban a aglomerarse en el cielo amenazando con caer una tormenta.

Kara debía de darse prisa para regresar a su casa. Pero, luego de salir de la escuela de artes, debía de pasar a la panadería que estaba de camino a casa, para recoger unos deliciosos pastelillos para la cena.

Esa noche le tocaba preparar la cena. Pero, a pesar de haber aprendido un par de cosas mientras estuvo con Lena y Mike, la verdad era que no se le daba particularmente bien eso de cocinar. Por eso, casi siempre su platillo especial para la cena era, pan dulce y un vaso generoso de leche.

A su hermana, Alex, con quien llevaba prácticamente un año viviendo, no parecía importarle. Tampoco a Maggie, así que esa sería otra fabulosa cena no demasiado planeada, pero deliciosa.

El panadero, un hombre mofletudo, con el cabello totalmente blanco y unas gafas demasiado grandes para su rostro, le sonrió al entregarle el pedido ya acostumbrado.

— Gracias — dijo Kara en un imperfecto checo.

Aún no lograba dominar el idioma, mucho menos, imitar el acento de sus vecinos. Pero, siempre trataba de sonreír al hablar, y se esforzaba por pronuncias cada palabra correctamente.

Al salir de la panadería, notó que la temperatura había descendido algunos grados más y que las nubes ya cubrían todo el cielo.

Se ajustó la bufanda y la gorra y, corrió las calles restantes hasta su casa.

Al entrar al recibidor; se quitó el abrigo, la bufanda y las botas, lanzándolas con descuido en el armario que había a un lado de la puerta. Dejo las llaves sobre la mesilla colocada a un lado y revisó el buzón buscando la correspondencia.

Nada.

Ni una sola carta o recibo.

Extrañada, avanzó por el pequeño corredor, hasta llegar al pie de la escalera.

— ¡¿Alex?! — llamó a su hermana en un grito, mirando hacia el segundo piso esperando verla asomarse por el barandal.

— ¡Llegaste!

Alex, se asomó desde la cocina. A dos puertas al final del pasillo a un lado de la escalera.

— ¿Y el correo? — preguntó Kara.

— ¿Trajiste pan? — preguntó a su vez, Alex.

Kara asintió, mostrándole la bolsa de papel que aun cargaba en brazos.

— ¿No vino el cartero hoy? — quiso saber la rubia.

Pero su hermana ya había regresado de nuevo al interior de la cocina, así que fue tras ella. Al entrar, se quedó sorprendida.

— Te pregunté si no vino el... ¿qué estás haciendo?

— Hola, Kara — saludo Maggie, que también estaba allí, deshojando una lechuga.

— Hola — respondió Kara — ¿Están preparando la cena? Pero, hoy me tocaba a mí.

Alex que estaba cuidando unas hoyas sobre la estufa, se giró para responder a su hermana.

— No es que no estemos fascinadas con tu cena de cada semana. Sabes que yo adoro el pan. Pero, hoy tendremos un invitado.

— ¿Qué? — protestó Kara con desagrado.

Don't say GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora