Capítulo 20

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Lena no podía más, así que al siguiente fin de semana tomo sus cosas, rento un jeep y fue por Alex para ir a pescar, escalar y acampar a la reserva natural más cercana. Ella odiaba pescar, pero amaba dormir a la intemperie bajo las estrellas, aunque tampoco llevaba su telescopio.

— ¿Una cerveza? — pregunto Alex a Lena mientras esperaban a que las cañas hicieran algún tipo de movimiento luego de tardar mucho más de lo normal en instalarlas.

Ninguna de las dos era particularmente experta en el tema, y sabían que sería un milagro si lograban atrapar algo; sin embargo, no lo iban a admitir. Salir de la ciudad les había hecho bien a las dos y, después de todo, ambas sabían que solo había sido un pretexto para que Lena se atreviera a contar lo que tenía atorado en la garganta desde hacía semanas.

Lena la rechazo amablemente. Alex rodo lo ojos y luego busco entre sus pertenencias.

— ¿Wiski? — ofreció mostrándole la botella.

Lena la miro sorprendida, pero con una sonrisa termino aceptando.

— ¿De dónde salió esto?

— Soy una mujer precavida. Sabía que no estarías muy contenta con las cervezas.

Lena solo sonrió y ambas bebieron.

— Bien. Ya estamos aquí. Ya tengo mi cerveza y tú tienes tu trago ¿de qué querías hablar?

Lena la miro confundida. Abriendo y cerrando los ojos un par de veces.

— ¿Cómo? — pregunto tratando de entender la pregunta de Alex.

La castaña, bebió un gran trago de cerveza antes de continuar — ¿De verdad quieres que te crea que de pronto te dieron ganas de venir a pescar?

— ¿Qué tiene de raro?

— ¡Odias pescar! — grito Alex a media carcajada.

— Bueno, sí. Pero me gusta el aire fresco y poder ver las estrellas.

— Entonces debiste traer el telescopio y no obligarme a gastar dinero en una maldita caña de pescar — a Alex realmente no le molestaba, más bien le divertía la situación — Es obvio que solo buscabas un pretexto para alejarte de casa.

Lena se quedó pasmada unos segundos y luego se echó a reír.

— Que buena detective resultaste ser ¡Oye! Deberías de unirte a la policía — bromeo la ojiverde.

Alex en respuesta, se levantó un poco de su silla plegable para darle un fuerte puñetazo en el brazo.

— ¿Vas a hablar o me obligaras a ponerte borracha y luego sacártelo a golpes?

La sonrisa desapareció de los labios de Lena. Bajo la mirada a sus manos y comenzó a mover el líquido de su vaso en pequeños círculos.

Alex la observo preocupada. Su amiga no era precisamente la persona más abierta del mundo y sabía que hablar de sus cuestiones personales le causaba muchos conflictos. A ella misma, le había tomado años de amistad para que Lena se abriera poco a poco, hasta llegar a pensar que por fin podía hablar de cualquier cosa entre ellas. Pero ahora, al verla tan indecisa, entendió que el tema era realmente serio.

Entonces decidió que lo mejor, por el momento, era no insistir. Lena podía sentirse muy presionada y terminar por no contarle nada y seguir sufriendo sola.

Así que, para pasar a otro tema y dado que el sol no tardaría en ponerse, decidió qué era hora de encender el fuego y preparar la cena. Sabía que no iban a pescar nada, por eso había comprado un par de truchas para tener peces para cenar.

Don't say GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora