Era oficial. El FBI estaba fuera del caso y no podían ir tras Lex.
Eso le había informado su jefe en la reunión matutina a Lena y Alex. Quien evidentemente no lo tomó de la mejor manera. Prácticamente, Lena tuvo que sacarla del despacho a rastras, y no estaba exagerando. No dejó de tirar de su amiga hasta que la metió al elevador y oprimió, con dificultad, el botón marcado con las letras PB. Incluso dentro del elevador tuvo que forcejear con ella y exigirle que se calmara.
Al final, terminaron en su bar favorito, ahogando su frustración con alcohol. Ya bien entrada la tarde, Lena tuvo que llevar a Alex a su departamento, pues su amiga no habría podido llegar, ni aun pidiendo un taxi. Había bebido tanto que estaba inconsciente y durante el camino, vómito por lo menos dos veces en el asiento trasero del auto de Lena.
La estaba lanzando sobre la cama en calidad de bulto, cuando el timbre sonó. Al abrir, se encontró con Maggie, que llevaba varios recipientes de comida china para compartir.
— ¿Qué tan borracha está? — preguntó la recién llegada una vez dentro, mientras se quitaba el abrigo.
— Demasiado — respondió Lena sacando la comida de las bolsas — Con suerte, despertara hasta el día de mañana. Pero con una resaca de los mil demonios — Maggie suspiró resignada — Vomitó en mi auto, dos veces.
— Te lo mereces por llevarla a beber.
— Bueno, era eso, o dejar que le partiera la cara al jefe.
— Así que al final, les quitaron el caso — comentó Maggie comenzando a comer, sentada sobre la alfombra en lugar de la sala.
Lena, le había sugerido comer en la barra de la cocina, pero ella insistió en que sería mucho más cómodo hacerlo allí.
— Ahora todo está en las manos de la DEA. Y nosotros... tenemos vacaciones.
— Un poco de tiempo libre, no les viene mal — concluyó Maggie, llevándose un trozo de pollo agridulce a la boca.
Lena guardó silencio por unos minutos, asimilando por fin, que tendría que pasar varios días en casa con Mike y Kara.
La dinámica había cambiado, pero ella se sentía como un simple espectador que miraba todo desde la periferia de la acción. Mike estaba mucho más feliz, entusiasta y animado desde el día de la llegada de Kara a la casa. Y ella parecía haberse acoplado de maravilla a la dinámica de "chica necesitada de cuidados" en la que Mike insistía, tal vez inconscientemente, en mantenerla. No estaba muy segura de que tan correcto era, pero ambos parecían felices, así que simplemente lo dejaba ser.
Sobre todo, trataba de que no le importara demasiado las exageradas muestras de cariño que su hermano menor tenía con Kara.
Entre Lena y su hermano, las muestras de cariño no eran tan comunes. Por lo menos no desde que había cumplido 18 y Mike 16. Sin embargo, el amor que sentía el uno por el otro, siempre había sido evidente. Se cuidaban mutuamente y aunque en su familia los abrazos no fueran tan comunes, no eran indispensables para demostrar su amor. Pero, ahora con Kara, Mike no dejaba de abrazarla y besarla en cada oportunidad que tenía. Se estaba comportando de una forma en la que nunca lo había hecho. Demasiado... afectuoso.
Y por alguna razón que no podía entender, verlo, la molestaba en cierta manera.
— ¿Por qué estás frunciendo el ceño? ¿No te gustó la comida? — preguntó Maggie dando unos ligeros aplausos para quitarse las migajas de la comida de las manos. Eso logro sacar a Lena de sus pensamientos.
— ¿Recuerdas el nombre que te pedí que investigaras? — pregunto ella sin dar mayores explicaciones.
— ¿Ya tienes datos de utilidad? — Maggie regreso la pregunta.
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Don't say Goodbye
FanfictionEn este universo, Lena y Mike son hermanos. Y se encuentran con Kara en las más turbias y raras de las situaciones. Mike, queda fascinado con la joven rubia desde el primer segundo, pero Lena... Lena sabe que involucrarse con ella no les traerá más...