Capítulo 1☀

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El día comenzó con total normalidad para Alicia Lambert, se preparó como de costumbre para ir a trabajar a una de las mejores universidades de la ciudad de Rohrmoser una ciudad bastante pintoresca en esta época del año, tomó su bolso y sus llaves para ir a trabajar, era un día tranquilo, debía de aplicar un examen a sus estudiantes de último año, sin embargo su día cambiaría al llegar a la universidad cuando le informaron que una de sus mejores estudiantes estaba ingresada en el hospital por un accidente automovilístico, debía de ir a informarse de su estado de salud. Lo que nadie sabía era que esa chica era la luz de sus ojos, esa niña fue quien le devolvió la luz a su vida después de su divorcio y su hijo.

No lo pensó dos veces dejó sus exámenes con su amiga y corrió lo más rápido que sus tacones le permitieron, subió a su auto para dirigirse al hospital, no solo iba como su tutora, sino como su amiga y confidente. No eran una pareja sin embargo Ámber era algo más allá que una simple amiga en la vida de Alicia.

Llegó lo más rápido que pudo al hospital y la detuvo la recepcionista.

-Señora disculpe a quién busca.

-Estoy buscando a la señorita Ámber Morúa.

-Sí en sala de emergencias, sus padres ya están aquí.

-Gracias.-Me puse nerviosa cuando oí eso.

No conocía a los padres de esa joven maravillosa, pero al parecer ellos sí ya que se me acercaron lentamente.

-Señorita disculpe, usted es Alicia la tutora de Ámber, llamamos a la universidad para informar y nos dijeron que vendría.-Habló suavemente la que debía ser su madre. Una señora de unos 45 años, parecía simpática.

-Correcto, mucho gusto, no es el mejor momento para conocernos, pero ¿Qué sucedió? –pregunté nerviosa.

-Sí discúlpenos, me llamo Jenny y este es mi marido James. Mucho gusto.

Ella se dirigía hacia la universidad y los que vieron el accidente dicen que el auto se saltó el alto mientras ella cruzaba la calle y la atropelló, él se ha dado la fuga.

-No puede ser, pero ¿Cómo está ella? Saben algo de su estado.-Alicia cálmate por favor controla tus impulsos, lo pueden mal interpretar. Me dije mentalmente.

-Los doctores la están checando y haciendo varios estudios por cualquier contusión o quebradura, en cualquier momento nos avisarán. Le apetece un café profesora.-Habló esta vez su padre.

-Se lo agradezco mucho, pero por favor aquí soy solamente Alicia.-Les sonreí amablemente.

-Por supuesto Alicia, cielo ya regreso.-Me pareció tan natural el modo de tratarse de ellos, esa simpleza que se gana con los años de pareja pero al mismo tiempo sigue intacto el amor.

-Alicia, muchas gracias por venir para conocer su estado, ella nos habla mucho de usted y de lo fascinantes que son sus clases. Otra persona no se hubiera preocupado mucho por ella.

-No sabía que hablaba de mí, somos una clase de amigas, lo que nos permite la universidad, pero conozco lo suficiente a Ámber para saber que es una buena chica y muy inteligente.-Mi pecho se llenó de amor, mi niña hablaba de mí. Pero simplemente éramos amigas, ella sentiría de verdad algo por mí, una mujer mayor que ella, con un pasado del cual no le he hablado.

Me sacó de mis profundos pensamientos su padre, que me entregó el café cosa que agradecí.

Estuvimos esperando al menos 1 hora, hasta que el doctor informó a sus padres que ya estaba en una habitación, que podíamos entrar a verla.

Los dejé entrar antes por supuesto y que hablaran con el médico. Mientras yo esperé en la sala de espera.

Sus padres salieron tomados de sus manos y me hablaron sobre su estado, nada grave pero tenía un pequeño golpe en la cabeza, un brazo roto y 3 costillas casi fracturadas por el impacto, pregunté si podía verla un momento y ellos amablemente accedieron.

Caminé un poco y tomé la manilla de la puerta y la abrí lentamente y ahí estada ella con pequeños rasguños en su cara, su brazo enyesado y su otra mano vendada. Estaba despierta, me volvió a ver y me sonrió con esas sonrisas llenas de alegría.

-Ámber mírate, aun así me deslumbras con tus sonrisas - Me senté a su lado y tomé su mano con delicadeza.

-Estoy adolorida, pero mi sonrisa es especial no es así, pero que haces aquí Alicia, hoy había examen y te conozco no lo suspendiste -Se veía muy preocupada, me enterneció su rostro.

-No lo suspendí, le dije a Cristina que lo aplicara ella, me asusté mucho cuando me avisaron. No me des un susto de estos de nuevo –le di un apretón a su pierna.

-Lo intentaré profesora, pero al parecer debo de quedarme en casa para recuperarme de mis costillas, odio eso perderé mis clases con mi profe favorita -apreté su mano suavemente, desde que conocí a Alicia el semestre pasado quedé flechada con ella y tenemos más que una amistad, hay más complicidad, conmigo no utiliza esa frialdad que es su mejor arma, conmigo es libre y divertida. Muchas veces tomamos un café, le llevo café o almorzamos juntas en su despacho.

A lo poco que me ha hablado de su pasado sé que ha sufrido mucho, es una mujer fascinante y bella de 35 años. Y yo una sencilla joven de 24 años, estudiante de último año de filología hispánica, trabajo en una pequeña floristería en el centro de la ciudad, yo no tengo nada que ofrecerle. Pero la quiero mucho y sé que va más allá de un simple cariño, y estoy dispuesta a amarla con sus fantasmas del pasado si ella me lo permite en algún momento claro.

-No te preocupes por eso, yo te pasaré los apuntes y las tareas, haré una excepción por ti - haría todo por esta chica preciosa de ojitos color cielo, me derrito por ella.

-Eres la mejor y lo sabes, pero debes irte no quiero causarte problemas, estaré bien -le sonreí dulcemente sujetando su mano y dejando un pequeño beso.

-Eres terrible, me iré, pero dame tu número para enviarte la materia, aunque sea para que la leas, te es imposible escribir con tu mano así, tienes una suerte terrible -en sus ojitos había un brillo especial y adorable.

-Al menos me hubieras invitado a un helado si querías mi número, pero te lo daré por ser tú.

-No juegues conmigo, cuando vuelvas te invito un helado y nos ponemos al día. Me retiro cariño, hablaremos pronto, si necesitas algo este es mi número llámame -le dejé un beso en su cabello.

Me despedí de sus padres y les comenté que ella podría volver cuando se sintiera mejor.

Salí del hospital, entré a mi auto y tomé un poco de aire, debo de controlar mis impulsos y emociones. No es ético lo que siento por ella y mucho menos la manera de comportarme ante ella. Sé que no es un secreto para Ámber que me gusta, es muy obvio y yo no sé disimular. Pero es imposible no estar como loca por esta morena, es una joven estudiosa, amante de las letras como yo, ama su carrera, es respetuosa, dulce y divertida.

Fui su profesora el semestre pasado y me pareció una chica muy inteligente y me asombró con su conocimiento y ahora soy su tutora, es prohibido tener una relación ahora, pero me encantaría; con ella soy libre no esa mujer fría y arrogante con sus estudiantes y sus colegas, yo no era así era una profesora simpática y divertida, pero el destino me jugó una mala pasada y tuve que crear un muro de defensa con el mundo y el amor para protegerme, solo ella una joven de 24 años logró derrumbarlo casi por completo, después de 8 largos años tormentosos y de sufrimiento.

Esto no está bien Alicia y tú lo sabes, te cerraste al amor hace años, solo tienes amantes y no te preocupa nada de ellos ¿Porqué con ella es diferente? Será su linda sonrisa, esa bondad, te ha ganado el corazón cada vez que te lleva café y pastel o algo de comer, esa mentalidad tan madura y libre, no lo sé, estoy aterrada por dejarme llevar por aguas desconocidas y poder ahogarme. 


¡Hola lectores de mi corazón! Crear esta historia no estaba en mis planes, pero cuando sientes ese impulso de hacer algo y tienes la inspiración para hacerla, porqué no dejarse llevar. ✨🥰💖

Espero la disfruten tanto como yo. Un abrazo gigante. 

Amor en el OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora