𝙼𝚒 𝙴𝚜𝚙𝚘𝚜𝚘 [𝙹𝚞𝚊𝚗 𝙿𝚊𝚋𝚕𝚘 𝚅𝚒𝚕𝚕𝚊𝚖𝚒𝚕]

8.

25 de diciembre 2017
Ya era navidad, estábamos todos reunidos. Toda la familia y los amigos de mi hermano.

- ¡Nath! - le abrazó al verla entrar junto a Simón por la puerta principal - ¿Por donde estabas? ¡Estabas muy perdida últimamente!

- Por ahí, visitando a nuestra amiga Juana y a su novio. - le respondió con una sonrisa a su amiga, mientras ella saludó a Simón - Perdón por no llamarte.

Ella la disculpa, sonriendo. Y les deja pasar para que puedan dejar sus abrigos en el perchero y entrar a la sala. Estaba buscando con mi mirada a Juan Pablo Villamil, pero no lo encontraba. Estaban empezando a tener una relación estable, así que decide en buscarlo por la casa.

- ¡Será mejor que no entres Catalina! - le comenta su hermano negando con su cabeza, agachando su cabeza.

- ¿Por qué no? - frunció su ceja y escucha gemidos, y aprieta sus labios por dentro e intenta hacerse la fuerte.

Ella se dirige por donde había venido, pensaba que para él esto no era un juego pero por lo que Catalina escuchaba, pensaba y miraba si lo era. La cena estaba lista, todos van a la mesa menos Catalina que le había comentado a su madre que saldría con Yoshi.

- No sé que hago mal Yoshi, que siempre acabo lastimada - le confiesa con tristeza y se pone sus manos en sus bolsillos de su chaqueta.

- No haces nada mal, Cat - le dice - ¡No te sabe valorar! - el niega con su cabeza y le da su bebida.

Ella mira como pequeños copos de nieve caían del cielo en ella y se pone un poco nostálgica.

- ¿Vamos a por un chocolate caliente? - le pregunta ella a su mejor amigo.

- Si, ¡me muero de ganas por uno!

Se sonríen mutuamente, llega a media noche y la gente aún estaba despierta. Ella abre la puerta, media borracha o ya un tanto borracha llega ella ahí.

- Pequeña, ¿donde estuviste? - se levanta Villamil, del sofá preocupado.

- ¿Acaso te importa en donde estuve toda la noche? - le comenté intentando estar un poco sobria pero no podía.

Él asiente - Claro, que me importa. Me tenías preocupado.

- ¡Ajá! ¿Eso no te importo cuando te acostaste con tu ex? - le dice ella mirándole, tambaleándose.

- C...Catalina y...yo - el dice mientras tragaba saliva - ¡No pensé en que me buscarías!

Ella sonríe bastante irónica a su comentario, dándole una cachetada. - ¿Acaso siempre me vas a lastimar?

Él niega - No, yo no te quiero lastimar bebé - intentando acercarse a ella, pero ella se niega a que se acerque.

- ¿Y entonces por qué lo haces? ¿Por qué follaste con ella?

- ¡Por que soy débil! - le confiesa.

Ella se marcha hacia su habitación, estaba cansada y ebria. Cansada, se quita la ropa para ponerse el pijama para después irse a dormir.

Día siguiente...

El dolor de cabeza le estaba matando a la adolescente y va a tomarse un paracetamol para que el dolor de cabeza le disminuyera. Tenía ganas de vomitar y va corriendo al baño, después baja y saluda al resto.

¿Que hacía Camila en su casa? ¿Quien le había invitado? ¿Por qué estaba tan encima de Villamil? ¿Por que él se dejaba?

Lleve a mis hermanas a otro lugar más seguros y le solté - ¡No me ha bajado la menstruacion! ¡Llevo ya casi 1 mes de retraso! - les susurro.

- ¿Cómo? ¿Que no te ha llegado? - le pregunta ambas abriendo sus ojos - ¿Y ya te hiciste la prueba de embarazo? - ella niega aunque se la había comprado.

Ellas se dirigían junto esta vez con Nath hacia la habitación, esperando a que Catalina saliera de su baño. Con su cabeza cabizbaja, asiente.

Estaba a sus 17 años embarazada de aquel joven cantante que decía que era débil. Tenía varias inseguridades en ella al saber ahora del embarazo.

Le había escrito por mensaje a Juan Pablo Villamil, "estoy embarazada, ¡es tu hijo!"
"Un hijo, ¿estas embarazada? ¿mío?"

Una pequeña discusión entre ambos, finalmente acabó con un beso tierno. Le iba apoyar, a cuidar. Decidieron en que a partir de ahora ella vivirá con el, durante el embarazo.

- Ya he echo una cita para la ecología. ¡Estoy nerviosa! - le confiesa ella.

No eran pareja, pero lo que ella llevaba dentro suyo era sangre de aquel joven.

- Todo va estar bien, pequeña. - asiente y le da un beso en su frente - ¿Y para cuando es la cita?

- Para el viernes a las 12, ¿podrás venir? - le comenta ella con ternura.

- Hare lo posible - le responde esta vez seco mientras le sonríe al móvil ella de reflejó podía ver que estaba hablando con Camila.

Ella se sienta en ese gran sofá, esperando a que hicieran algo. Pero solo eran pequeñas palabras o nada.

- ¿Aún la sigues queriendo a Camila? - le pregunta ella a Juan Pablo Villamil.

El la mira a sus ojos, los cuales brillaban y no sabía que responder y él asiente. Ella solo se queda en silencio.

Solo debía aceptar que sus sentimientos hacia ella no eran tan fuertes como los de Camila. Se levanta del sillón, y le comenta - No estas obligado a estar conmigo, solamente por que estoy embarazada.

- Catalina, ¡no te sientas así por mi! - le confiesa - Me siento mal de que estes pasando por esto, ¡es mi culpa!

- Estoy acostumbrada a que me lastimen. - comenta ella en busca de sus maletas y hacerlas - Ella debería estar aquí, no yo. - niego con la cabeza.

El hace que no siguiera buscando, que no se debería de ir, solamente por que él no pudiera amarla como la ama a Camila.

- ¿Algún día me podrás perdonar, Catalina? - le pregunta en frente suyo.

- No lo sé, Juan Pablo. - ella le responde negando con su cabeza - No podría - se le escapa una lágrima - Íbamos tan bien, ¡y me haces esto!

Él no habla.

- Siempre esperas a que te perdone, y siempre te acabo perdonando. - ella lo mira tristemente - ¡Y ya me canse de que vengas a mí cada vez que se peleen! - le comenta cerrando sus ojos - Tu ya elegiste, ¡y esta bien! Si es por el grupo, ¡lo entiendo! - tragó saliva - Solo nos unirá el bebé.

Abrazo solo recibió ella, y un beso en su frente.

[ 6 meses más tarde...]
6 meses de tener a un bebé que sería niño, llamado Josh. La relación entre ambos, era muy baja. Descuidaba mucho de Catalina y su hijo, ella estaba cansada de su actitud. La lastimaba y lastimaba a su hijo.

- ¡Hasta que te dignas aparecer! - le dice ella, mientras tenía un bolde de papas fritas de bolsa mientras camina por el pasillo para ir a la sala.

- Lo siento - se rasca su nuca rodando los ojos - ¡Pero aquí estoy! - se saca la chaqueta, un poco molesto - ¡Cada vez te pones más foca! - murmura él.