𝙼𝚒 𝙴𝚜𝚙𝚘𝚜𝚘 [𝙹𝚞𝚊𝚗 𝙿𝚊𝚋𝚕𝚘 𝚅𝚒𝚕𝚕𝚊𝚖𝚒𝚕]

17.

Habíamos llegado a Colombia.

- ¿Cómo? - levantó mi ceja y miro a Villamil - ¿Como que vas a invitar a Julia aquí? ¿Quien es Julia?

Él le daba comida a ambos, mientras mira a Catalina - Es mi prima, Catalina - le comentó tranquilamente - ¿Por qué tan celosa?

- No soy celosa, Juan Pablo. - niego y le sonrió - ¡Protejo solo lo que es mío!

Él termina de darles de comer a sus hijos, los deja en su zona de jugar. - Así que soy tuyo, pensaba que ¿tú eras mía? - le señaló con una sonrisa - ¿Cuando me vas a dar el si? Ya no se que mas hacer para que te enamores de mi

- Piensa un poco más Juan Pablo - le doy un par de toques en su hombro - Se un poco más creativo

- ¡Se me han terminado las ideas!

- ¿Un picknick, un paseo por la playa? - dándole las ideas - ¡Que poco romántico eres!

Llama a Gloria, la que limpiaba nuestra casa con amabilidad claro.

- Gloria, ¿le darías ideas a Juan Pablo para conquistarme?

- Como no... - mira a Villamil con una sonrisa - La podrías llevar a dar un pequeño paseo por la playa o el centro, llevaba la a sus lugares favoritos.

Juan Pablo Villamil, rodea la cintura de aquella chica, y se avergüenza al no ser tan romántico. Los niños, se estaban en estos momentos peleando por el mando.

- Josh, ¡no sea grosero con su hermana! - le dice el padre con una voz suave al pequeño de 1 año y medio - Debes aprender que las damas van primero

- ¿Niñas primero? - le dice con su voz de niño y tierno chupando el mando.

El le quita el mando de la boca y asiente, tenia la mirada triste apunto de llorar pero él le coge de los brazos haciéndole el avión. Ginny estaba tranquila viendo los dibujos. Y comiendo un poco desordenada.

- ¿No crees que es momento en que debamos de tener otro bebé? - le susurra con una voz algo pervertida - ¡Quiero volverte hacerte mía!

- Tendrás que esperar - le susurro mirándole dandole un beso corto en sus labios - ¿Otro hijo? ¿Ya no es suficiente con dos?

- Bueno, más o menos - bromeando y se ríe.

- Idiota - le comentó riendome también.

Le dejo con los niños para poder ayudar a Gloria con la comida.

- No cal, mi niña. - le comentó ella sonriendo - Ya me las tengo apañadas.

- No quiero ser una inútil, Gloria. - niego con la cabeza - Tu haces mucho al cuidar de nuestros pequeños.

- Lo hago con mucho gusto, pequeña. - le dice con una sonrisa, sin dejarle ayudar.

Se va a la habitación, estaba un poco agotada. Así que va a descansar un poco, mientras que ellos se ocupaban del resto. Estaba un poco tan confundida últimamente, todo ha pasado tan rápido en mi vida.

Estos últimos días me he sentido un poco algo deprimida, sin energía. Les había comentado que no estaba en mi mejor momento.

Estaba mirando por la ventana a mis dos hijos jugando con su padre en el jardín, en la piscina. Yo solo les dediqué una pequeña sonrisa, el anillo me lo quito él cuando supo que me estaba deprimiendo en mi misma, y no sentía nada.

El desvío su mirada y mira a sus hijos y de reojo a la hija de Gloria, la cual estaba conociendo, una lágrima se le cae en sus ojos.

Me quito rápidamente las lágrimas antes de que el la mirara nuevamente.

- Me siento una estupida Susana - le confiesa ella, tristemente - ¡Perdí a Juan Pablo!

- Claro que no, ¡solo está confundido! - le responde dándole más ilusiones a su hermana.

Siempre hay que pasar pagina, ¿dicen? Eso es lo que estaba haciendo el padre de sus hijos. Renaciendo su vida, ya no podía darle más oportunidades.

Bajan todos a comer, todos tenían sus puestos. Catalina le estaba dando comida a sus hijos al igual que Susana con su hijo.

- Noah, ¡no me molesta que seas la pareja de mi ex! - le comenté con una ternura - El y yo solo somos conocidos, el padre de mis hijos. Nada más, así que no estes preocupada de que me meta en medio.

Terminamos todos de comer, y todos se marchan a sus casas. Pongo los niños en su carrito para marcharnos en donde me estaba hospedando. - Decirle adiós a papá, Ginny y Josh - les comentó y se despiden con su manito.

- Catalina, ¿enserio no quieres que te lleve? - le pregunta él mientras ella niega.

Sale de la casa esa, la cual fue su casa antes. Solo recordaba las últimas palabras: "deseo hacerte mía" nunca llego hacerla suya.

Llegaron a la casa, les quita la chaqueta y se van corriendo al jardín a jugar. Se va también a fuera a observarlos.

- ¡No puedo parar de preocuparme por ti, Catalina! - el entra por la puerta principal de la casa.

Ella se sorprende al verlo ahí parado. - Gracias, chicos. - les da un gesto con su dedo gordo un poco irónica.

- ¡Lo sentimos! - comentan los hermanos Vargas apenados - Pero es mejor que hablen, antes de que vuelvan a discutir.

- ¿Por que me ignoras cada vez que te pregunto algo? - el se cruza de brazos.

- Por favor, no quiero discutir sobre eso. - le responde.

- Pero yo si, ¡CONTESTA A LA PREGUNTA! - le exclamó el.

- Por que necesito olvidarme de TI, ¿comprendes? - le exclamó ella levantando la voz - Tu y yo nunca seremos feliz.

- Eso lo sabemos los dos muy bien, ¡PERO PERDISTE LA CONFIANZA EN EL DÍA QUE ME LLAMASTE INFIEL!

- Y tú perdiste la mía, ¡AL LLAMARME ZORRA!

- Es lo que eres, ¡una zorra de mierda!

Ella le da una cachetada nuevamente - Eres un imbecil, Juan Pablo Villamil. ¡Fuera de mi casa y de mi vida!

Él se toca su mejilla, levantándole la mano y ella traga saliva. - ¡No se como pude fijarme en alguien tan simple como tú! - me mira con una mirada de repugnancia. - Y haber tenido contigo unos bastardos, iguales a ti!

- ¡Auch! - le comenta ella con una voz apagada - ¿Te podrías ir? Quiero que te alejes de mis hijos, ¡no quiero que estes cerca de ellos ni ahora ni después.

- Hazle un favor al mundo y muéranse los tres - comentó y se va.

[...]
1 mes después, volvieron a tener otro concierto pero esta vez empezaron en Chile, Santiago.

Los niños esta vez se quedaron con la abuela en Colombia, Juan Pablo tenía prohibido ver a sus hijos o acercarse a ellos.

Ella estaba detrás de escenario viendo como su hermano tocaba la guitarra con tanta afinidad.

Entre con una sonrisa en la cara, aunque no pudiera - Esta vez, cantaré ¡Sálvame! De RBD.

Imágenes pasaban por su cabeza mientras cantaba esa canción, se le salen un par de lágrimas hasta terminar.

- Bueno, tampoco es para tanto - comenté riéndome una vez que terminó.

- Es que es enserio, ¿no viste como Gabriel te miraba? - dice esta vez Simón - ¡Hay amor en el aire! - lo dice esta vez cantando.