18.

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Gabriel empezó una pequeña charla con Catalina en el descanso.

- ¿Enserio te gusta Sebastian Yatra? - le miro con una sonrisa y bastante sorprendida.

- Si, ¿por qué tan sorprendida? - le pregunta dedicándole una sonrisa.

En eso entró Juan Pablo Villamil, con una cara de enojo.

- ¿Por que le coqueteas a mi prometida? - le dice enojado.

- ¿Perdona? ¿Tú prometida? - le pregunta él a Villamil - Pensé que ustedes ya no estaban juntos - arquea él su ceja.

Él estaba celoso, se le notaba en la cara. Pero no tenía razones para estarlo.

- No, te equivocas. - le responde cogiéndole del brazo bruscamente, dándole entender que ella era suya - Ella es mía.

- Ya Juan Pablo, ¿A tí que mosca te ha picado, esta vez? - comenta ella, mosqueada por esos celos enfermizos que tenía.

- ¡Que tú solo eres mía y de nadie más! - le mira a sus ojos.

- ¡No soy tuya Juan Pablo! - le respondí - ¡No soy de nadie! - empiezo a caminar enojada, dejándolo con las palabras en su boca.

El la sigue, encerrándole en su camerino.

- Que te quede claro, no soy tuya. ¿Por qué piensas eso todavía?

- Eres la madre de mis hijos, ¡tienes que estar a mi lado!

- No, así no es - niego con la cabeza apoyándome en la pared - ¡Terminamos y tú ya tienes mujer!

El la agarra del cuello asfixiándole. Se acerca a ella, sin dejarle respirar.

- Juan Pablo - le puse una mano en su brazo - ¡me vas a dejar sin respiración! - le decía al perder su respiración.

Él, apartó su brazo de su cuello y la mira - ¡Eres jodidamente bonita, carajo! - se pone sus manos en cura y se pasa uno por su pelo recién cortado - Cada vez estas mas buena, ¡me dan ganas hasta de hacerte mía!

Ella le aparta, negando con su cabeza - ¡Esta vez será que no, Villamil! - ella le mira con un tono de seriedad - Aprendí bastante después de separarme de ti. ¡Ambos somos tóxico entre nosotros!

Él se sienta en el brazo de aquel sillón, duro. Poniendo su mandíbula tensamente.

- No quiero dejarte ir Catalina - le confiesa el avergonzado - No puedo vivir sin ti.

- Eso siempre lo dices, y finalmente siempre acabamos mal. ¡Ya no puedo volver contigo! - niego con la cabeza - A no ser que finalmente me hagas tú esposa y me respetes, ¡darme el lugar que merezco!

- ¿Tú quisieras ser mi esposa, después de como te trate? - le miro en sus ojos.

Ella se acerca. Le coge de las mejillas y asiente varias veces.

- Si, si lo sería. - le dice susurrando, mientras el le acaricia su mejilla - Quisiera ser tu esposa, ¡pero eso sí, no ahora!

Se distancia de él, dándole la espalda. Sale de su camerino con una expresión bastante triste, lo lastime como él me lastimaba.

Mi corazón se achicaba cada vez más al no poder tenerlo cerca, que se perdiera el crecimiento de los niños.

Llegan a Colombia, devastados durante 3 meses otra vez de Gira.

Catalina había perdido el contacto de sus dos mejores amigos, Yoshi y Rocio. Le dejaron de hablar después de que se quedara embarazada de su segundo bebé. La razón nunca lo supo.

Aunque sintiera celos, debía tener amor propio y respeto propio hacia ella. No dejarse a que la lastimaran.

Pero era una mujer fuerte, que podría seguir adelante con sus hijos.

La verdad no necesitaba de ningún hombre para seguir adelante. Gabriel, estaba en la conquista para que Catalina pudiera darle el sí.

Finalmente, Catalina lo rechazó pero con una razón, no quería lastimarle. Quedaron como buenos mejores amigos.

- Si, Nath - le respondió ella - ¡Juan Pablo, pensó que me iba a casar con él ayer! - le mira - Pero no, le dije que debería cambiar sus actitudes. ¡Que me casaría con él en un futuro!

- Harían bonita pareja si se casaran en un futuro y regresaran - le mira dedicándole una sonrisa - ¿Y como están Josh y Ginny?

- Están un poco enfermos de la barriga. Ahora están con Susana, quisieron quedarse esta noche con ella y él pequeño Thomas. - le respondió mientras caminan - ¡Son un tanto traviesos Ginny y Josh!

- ¡Terremotos! - comenta ella Nath con una sonrisa y siguen caminando hacia alguna cafetería del centro de Bogotá.

- No me lo puedo creen - mira de lejos a Villamil, con su mujer - Este hombre no cambia, ¡me había comentado que estaba con los niños en el parque!

Ella se tensó, al verlo que estaba mintiendo sobre el tema de sus hijos. Decidí dejarlo esta vez, entramos a la cafetería para tomarnos un café.

- Me purga que me mienta, y más si es sobre los niños. - no dejaba de pensar en él aunque quisiera.

- Oye, ¡no deberías de preocuparte tanto! - le dice su mejor amiga - Deberías enfocarte más en ti en tus hijos y en vuestro futuro.

Se toman sus cafés ambas mientras revisaban sus móviles. Mirando sus agendas cuáles eran sus planes.

No puede ser, Juan Pablo me seguía coqueteando por mensajes pero nunca le había respondido solo le dejaba en visto.

Me rio irónica sobre todos los coqueteos que recibía de él, suspiro y apago mi móvil.

-¿Y no vas a volver a los estudios Catalina? - ella preguntó, ella niega por el momento.

- No lo sé, por una parte si quiero pero por otra parte no - le responde ella - Estoy muy confusa últimamente.

- Entiendo, amiga - toma un sorbo de su café - Hay que tomarse todo a su tiempo.

- Si, he estado estos últimos meses muy estresada por culpa del padre de mis hijos - suelto un suspiro y doy un sorbo de mi café - Todo es tan extraño, difícil de procesar lo que ha pasado.

Este proceso de sentimientos hacia Villamil, me costaba en sacarlo de mi corazón. Quería dejar de amarlo, dejar de sentir cosas por el cada vez que lo veía.

Quería sentirme libre, completa. ¡Pero no podría si seguía pensando en él!

- Lo entiendo y entendemos por lo que estas pasando y lo que tienes que pasar por culpa de Juan Pablo.

Salimos de aquella cafetería, nos fijamos que Villamil entraba con mi hermano Isaza.

- ¿Que hace Izasa por estos rumbos? - bromeó su hermana riéndose y hacen el saludo entre hermanos.

- Veníamos a por nuestro pedido, ¡pastelitos! - comentó riéndose y entra a buscarlos - ¿Y ustedes que hacen por estos rumbos?

- Paseábamos - ambas responden a la vez riéndose, mientras ambos ex novios se miraban.

Se quedan todos en silencio, le coge de repente de su chaqueta extraerlo hacia ella para besarle nuevamente - ¡Para que veas de lo que te pierdes! - Le susurra ella.

𝙼𝚒 𝙴𝚜𝚙𝚘𝚜𝚘 [𝙹𝚞𝚊𝚗 𝙿𝚊𝚋𝚕𝚘 𝚅𝚒𝚕𝚕𝚊𝚖𝚒𝚕]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora