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—Creo que debí contarle a Jungwon que su madre falleció cuando supo que el había desaparecido — dijo Sunoo mientras bebía de su té helado.
—No, estuviste bien al no decirle aún — le admitió el mayor mientras miraba para el frente al conducir.
—¿Por qué lo dices? —preguntó el menor confundido.
— Porque eso será mucho para él, le lastimará tanto que tardará en recuperarse, así qué hay que esperar a que empiece a recordar las cosas por si solo — le dijo Sunghoon mientras que se detuvo en el semáforo en rojo. Volteó a ver al menor con una sonrisa en los labios.
— Quiero teñirme el cabello — le contó Sunoo viéndolo con una sonrisa. Sunghoon rió mentalmente.
—¿De que color? — preguntó con curiosidad para después revolverle el cabello suavemente con su mano. El semáforo se puso en verde y siguió conduciendo.
— Rosa — Sunghoon se sorprendió y volteó a verlo fugazmente y notó que su novio no bromeaba.
— ¿Es enserio? — rió el mayor.
— Claro, ¿por qué habría de mentir? — rió en voz baja el menor y después le subió volumen a la radio, solo un poco para que al menos se escuchara de fondo.
—¿Cuando? — le preguntó el mayor.
—Hoy mismo — aplaudió suavemente mientras veía fuera de la ventana del auto.
—Está bien, te acompañaré por que es fin de semana y tengo tiempo — le guiñó cuando el menor lo volteó a ver.
Sunoo se sonrojó. — Gracias Sunghoon — sonrió. Este se detuvo nuevamente en otro semáforo en rojo y ahora se acercó al menor pero ahora le agarró el rostro con sus manos y lo besó suavemente. Se separaron cuando un auto les pitó, Sunoo rió cubriendo su rostro y Sunghoon continuó conduciendo para ahora cambiar de ruta y dirigirse a su habitual lugar donde se cortaba el pelo o se teñía.
Sunghoon rió. —No lo creo, me gusta el negro de ahora — admitió.
—Por favor -dijo en tono de súplica haciendo un puchero, el mayor lo volteó a ver rápidamente y con una mano estrujó sus mejillas.
—Ommo Kim Sunoo, ¿como puedes ser la persona más hermosa y tierna en este mundo? — Sunoo tenía un puchero en los labios.
—No lo sé —trató de formular pero casi no se entendía por que el mayor aún tenía sus mejillas sostenidas. —Pero porfi tiñe tu cabello conmigo —dijo tiernamente. El mayor no podía decirle que no a su novio. Siempre lo convencía en cualquier cosa que le pidiera cuando hacía ese tipo de gestos y cuando cambiaba a su tierna voz.
Sunghoon lo soltó y después asintió.
—¡Yei! — Sunoo se emocionó y se acercó a él para tomarlo con cuidado del rostro y darle un corto beso en la mejilla. Sunghoon sonrió al sentir el beso de su menor, y condujo con una sonrisa de oreja a oreja hasta su destino escuchando como el menor tarareaba la canción que se escuchaba en la radio.
